24/11/08

La “Araña” es escorpión, el DT ya no lo es más

Última fecha. Horneros llegaba al partido con Mapuche Azul con el descenso ya bien digerido y muchas ganas de entrarle a un tremendo asado que se prometía para la noche dominguera. Pero la tarde traería sorpresas, dentro y fuera de la cancha. Jugadas mágicas y malas noticias, caras alegres y tristes, comedia y tragedia, como en el teatro, como en la vida.

El Club de los Once salió a la cancha con el manual para días calurosos: control de pelota, toque fácil, ahorro de energías y ritmo cadencioso hasta encontrar el espacio para lastimar. Por eso, el rojinegro dominó el trámite desde el principio y sorprendió a un equipo local que tampoco estaba dispuesto a arriesgar demasiado (con un empate se quedaba en la “A”).

La llegada más clara para Horneros estuvo en los pies del Doc Loncharich. Mano a mano con el arquero, el Cirujano la empaló con su zurda “quirúrgica” y la pelota se fue rozando el palo (si operara como define, el Doc ya tendría varios juicios por mala praxis). Después, una volea “tremenda” de Franky y un par de tiros “furibundos” del Melli y Bubu que hasta le dieron tiempo al arquero de tomar un poco de agua de su rústico termo.

Pero lo mejor llegaría en el segundo tiempo, luego de los cambios posicionales que el Profe Loncha tanto había anunciado: la Araña al arco, Rodri de enganche, Bubu y el Melli a marcar en el fondo. Si alguien esperaba la debacle, se equivocó: el rojinegro siguió haciendo control de pelota y –aunque pasó más de un sofocón- el marcador no se movería del cero.

Y llegó la jugada más espectacular del partido, esa que hará que en el futuro muchos digan: “Yo estuve esa tarde en Mapuche”. Los padres le contarán a sus hijos y estos a sus hijos y así irá pasando de generación en generación la historia de aquella tarde en la que la Fernando La Araña Lombraña tiró un “escorpión rastrero” cuando ya su valla parecía vencida.

Centro desde la derecha. El peligroso “9” local se eleva y saca un cabezazo lento pero bien colocado. El Negro se estira y alcanza a rozar el balón. La pelota da en el palo y enfila hacia la línea de cal. Parece que se va a meter, pero en una reacción absolutamente arácnida, el “1” rojinegro le mete un suelazo desde el piso al mejor estilo René Higuita (aunque con unos rulos menos). ¡Paradónnnn!, dirían en México. Pero la cosa no termina ahí. El arquero hornereano se levanta y con una sonrisa de oreja a oreja grita: “¡¿Nico, viste lo qué hice!?”. Histórico.

Mapuche tuvo un par más pero no logró concretar, Horneros mantuvo el toque pero casi no generó peligro en el arco rival. Rodri y el Escandi hicieron algunos movimientos interesantes y dejaron promesas para el año que viene. El local se conformó con el empate, el árbitro pidió un pulmotor y el partido se fue diluyendo para quedar en el 0-0 final.

Y el final vino con una sorpresa. Tremenda sorpresa. El Profe Loncha pidió la palabra y dijo lo que había madurado en su cabeza y pocos esperaban. Habló hasta donde pudo, porque nuevamente las lágrimas le impidieron seguir. Precisamente, dijo que no iba a seguir al frente del equipo. Y el plantel, ese Club de los Once que siempre estuvo junto a su conductor, se quedó en el más absoluto silencio. El DT dio sus razones y luego fue el tiempo de los abrazos. El final del campeonato traía otro final, mucho más duro aún de digerir. Por suerte, más tarde llegaría el asado, mezcla de festejo y despedida. Y Horneros volvió a demostrar que, a pesar del descenso y los retiros inesperados, en 2008 ganó mucho: consiguió un grupo que se divierte en las buenas y en las malas. Felicitaciones a todos.

Resumen del partido:

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Adrián Kaminker, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Francisco Augeri, Fernando Lía, Tomás Melamed, Diego Peluffo, Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Resultado: Mapuche Azul 0 - Horneros 0

Cambios (posicionales): Fernando Lombraña (arco); Rodri Agesta (enganche); Adrián Kaminker (delantero), Bubu Melamed (defensor central), Diego Lombraña (defensor).

La figura: Fernando Lombraña. Sólido cuando tuvo que defender, mantuvo la valla invicta en el segundo tiempo y dejó un escorpión “rastrero” que dejará su sello por varios años en la máxima categoría.

17/11/08

Un partido especial, un empate desopilante

Era una tarde especial. Horneros ya estaba descendido, pero en la previa del partido ante Armenia la noticia sacudió al plantel: aquel sería el último encuentro en el Reducto de Francisco Pusineri Augeri. Las lágrimas que asomaban por los ojos de uno de los referentes del equipo decían mucho más que aquellas palabras que por algún motivo no podían salir de su boca. Simplemente, el sentimiento rojinegro.

Así salió a jugar Horneros: con la emoción encima, pero también con muchas ganas de disfrutar un domingo de fútbol y despedirse de su casa con una victoria. Y las cosas no le salieron nada mal a los del Profe Loncha, aunque el partido tendría un condimento extra: una actuación lamentable y desopilante a la vez del árbitro, que no pegó una en toda la tarde y a veces hasta pareció cobrar con mala intención.

En el primer tiempo, le costó un poco acomodarse a las marcas al rojinegro, pero luego logró neutralizar al hábil “20” y las acciones se emparejaron. Para destacar los quince minutos iniciales de Totono Pérez, dando pases con la canilla y habilitando siempre a los rivales. La magia aparecería en el segundo tiempo con un caño es-pec-ta-cu-lar que se llevó un “10” y le valió al Narigón el primer puesto del ranking lírico.

Fue el propio Totono el que gestó la jugada del primer gol de Horneros, a través de un buen quite en tres cuartos de cancha que derivó para Franky. En su despedida, Pusineri metió un gran roscazo al segundo palo y allí apareció Bubu para poner el 1-0 para el local. Golazo y todos a abrazar al clon de Quintanita.

El rojinegro se fue al descanso con la victoria parcial. En la segunda parte, el cansancio hizo que el equipo se tirara un poco atrás, pero los rivales seguían estando bien controlados. El contraataque se ofrecía como una opción tentadora, aunque faltaba precisión para dar la estocada final. Y comenzó el show del árbitro…

En realidad, ya había empezado en el primer tiempo, con un planchazo terrible a Rueda (ni siquiera cobró foul!) y una amarilla a Totono por gritarse a sí mismo, consciente de la espantosa tardecita que estaba teniendo. Además, todas las divididas eran para Armenia.

En el segundo, directamente se inventó un reglamento, como cuando sólo le sacó amarilla al “20” por una agresión sin pelota al Escandinavo. Increíble. Mientras tanto, seguía sacando amarillas a los rojinegros por protestas leves. Y se ponía quisquilloso para marcar faltas cuando eran a favor del visitante. Verdaderamente, parecía un chiste (ni que hablar de la torpe actuación del “4” en el área que despertó sonrisas en propios y ajenos).

En el juego, Armenia se quedó con diez jugadores por lesión, pero igual logró llegar al empate. El “20” conectó fuerte de volea un centro pasado, Agesta logró rozarla y la pelota dio en el palo, pero el rebote le cayó a uno de los de azul y ni Fefé ni el arquero pudieron evitar el 1-1 que sería final.

Horneros empujó, pero no pudo llevarse los tres puntos. El equipo se fue tranquilo por lo hecho dentro del campo de juego, triste por la noticia de Pusineri y extrañamente alegre por haber presenciado hechos inauditos que no se dan siempre en una cancha de fútbol. Sin dudas, fue un partido muy especial y una tarde desopilante.

Resumen del partido:

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Adrián Kaminker, Juan Peluffo, Fernando Lombraña; Francisco Augeri, Fernando Lía, Diego Peluffo, Federico Pérez Acquisto, Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Resultado: Horneros 1 – Armenia 1

Gol, en el primer tiempo: Bubu Melamed.

La figura: Franky Augeri. Por el centro del primer gol y por factores subjetivos a los que este cronista se rinde por completo.

4/11/08

Siamo (casi) fuori

Horneros llegaba con una tenue esperanza al partido contra Mapuche Celeste, líder del torneo por la Permanencia. Luego de la dura derrota ante Indio Cuá, sólo quedaba ganar para mantener encendida la ilusión de seguir en la “A”. Por eso, el Profe Loncha puso al mejor equipo que tenía para la ocasión y la Araña Lombraña se hizo dueño de los tres palos rojinegros.

Mientras Franky Augeri, el Doc Loncharich y Rodri Agesta tomaban un daikiri de durazno y jugaban al backgammon en Solanas, la Araña se mataba entrenando con un sparring de lujo: su hermano Diego, un goleador temible. Dicen que el “Pepe” Sand lo mató a pelotazos en la exigente práctica y el “1” llegó algo falto de confianza al decisivo encuentro con Mapuche.

El Profe también se vio obligado a poner a Café Café Kaminker como segundo marcador central, mientras que en el medio armó un “doble cinco etílico” con Rueda y Totono Pérez, dos jugadores que hablan el mismo idioma dentro de la cancha: el del vino tinto. Por el carril izquierdo, apostó por el ida y vuelta de Bubu, y por el izquierdo, por la ida de Fefé. Arriba, Tomi Sirvarjer tenía su oportunidad junto al Melli Diego. Para los cambios, toda la explosión del Chapulín y Jesús.

Así salió Horneros a jugar el trascendental choque. Y no lo hizo nada mal: el rojinegro logró el dominio de la pelota en varios pasajes de aquel primer tiempo, aunque faltaba tranquilidad y profundidad en los últimos metros. Totono entró al “Lírico” con el primer taco exitoso de todo el torneo y en el arco la Araña respondía cada vez que se lo necesitaba.

Pero llegó una desafortunada jugada y Mapuche encontró el 1-0. Un centro desde la izquierda tomó una extraña parábola y se le metió atrás al fenomenal golero rojinegro. Palo y adentro, imposible para el “1”, que igual se adjudicó responsabilidad en el tanto. Sin embargo, el trámite no cambió y Horneros seguía teniendo la pelota. Claro, tampoco se generaba mucho peligro en el arco de enfrente: tan solo un tiro libre que desperdició Bubu y otros tibios intentos que no terminaron en nada.

En el segundo tiempo, la cosa se puso más complicada cuando Juancho dudó en una salida desde el fondo, tropezó, perdió la pelota y la jugada terminó en el segundo gol de Mapuche. Horneros siguió intentando, el local se quedó con diez y Bubu metió el descuento con un derechazo tremendo desde afuera del área. Golazo y esperanza.

La ilusión de la remontada no duró mucho. En una jugada dudosa (pareció que la pelota se había ido al lateral) llegó el 3-1 y más tarde llegaría también el cuarto. El rojinegro siguió yendo y luchando hasta el final, buscando entrar por todos los medios y chocando con sus propias limitaciones a la hora de la creación.

Con el pitazo final, pareció terminar el sueño de Horneros en la “A”, aunque queda una remotísima posibilidad matemática. En los dos partidos que quedan, los muchachos del Profe Loncha saldrán a homenajear a la camiseta, a sus compañeros, a este maravilloso grupo. Y a disfrutar del deporte más hermoso del mundo, claro. Mientras tanto, Totono ya prepara los festejos de fin de año.

Resumen del partido:

Formación inicial: Fernando Lombraña; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Adrián Kaminker, Marcos Peluffo; Fernando Lía, Diego Peluffo, Federico Pérez Acquisto, Bubu Melamed; Tomás Sirvarjer y Diego Lombraña. DT: Nicolás Loncharich.

Resultado: Mapuche Celeste 4 – Los Horneros 1

Gol, en el segundo tiempo: Bubu Melamed

Cambios, en el segundo tiempo: Chapulín por Fernando Lía; Matías Di Tullio por Tomás Melamed.

La figura: la Araña Lombraña. Por actitud, buena pilcha, entrenamiento previo y un aceptable rendimiento en la cancha.

27/10/08

Sin reproches

Por Nicolás Loncharich

Simplemente les escribo para decirles que estoy triste, nada más que eso. No tengo ningún reproche ni hacia ustedes ni hacia mi. Estoy triste y tranquilo.

Ayer, cuando no podía contener mi emoción y mi tristeza, lo que les quería decir es que mis lágrimas eran sólo por eso. Di todo, desde lo profesional hasta lo personal. Siento que hice lo mejor que pude, y si no pude llevarlos por el camino de conseguir el objetivo fue porque no supe. Créanme, que si bien me duele no haberlo sabido hacer, eso no me mortifica ni me hace llorar. Me da tristeza que nos hayamos privado de la alegría de conseguir el objetivo, quería abrazarme con ustedes, con todos ustedes que confiaron tanto en mi.

Pero bueno, no se dio. El fútbol es así, y cuando uno pone tanto, el dolor por no conseguirlo es mayor. No me arrepiento de haber puesto todo y sé que ustedes tampoco. Sé que a la mayoría de ustedes le duele tanto como a mi. Pero también sé que, si tuviesen que volver a dejar todo, lo harían.

Siempre les dije que había que arriesgar, que podíamos quedarnos con las manos vacías, y que eso nos iba a doler mucho. Así fue. Duele y mucho, pero también les digo que con el tiempo el dolor va a ir pasando y quedarán guardados con más fuerza dentro nuestro, todos los momentos lindos que pasamos juntos.

Hay muchas cosas positivas para rescatar y valorar, lo que yo me llevo de ayer es el saludo de cada uno de ustedes ayer cuando se iba. Recuerdo cada abrazo y cada palabra. Eso a mi me paga todo.

Ahora, resta seguir con dignidad estas tres fechas, por respeto a todo lo que hicimos durante el año y esperando un milagro. Sigamos dsifrutando de juntarnos a jugar al fútbol. Me despido dejándoles un fuerte abrazo a cada uno de ustedes.

Nico.

Un domingo cualquiera

Era el partido clave, ese que podía definir el destino de Horneros en la máxima categoría. Por eso, el Profe Loncha apeló a todo tipo de artilugios motivacionales: extractos de emotivas palabras de jugadores rojinegros, algunas molestas palabras de los muchachos de Indio Cúa y un video de Un domingo cualquiera, aquella película de Oliver Stone en la que Al Pacino levanta a su equipo de fútbol americano con un encendido discurso (recurso que supo utilizar el Cholo Simeone antes del recordado clásico que Estudiantes le ganó a Gimnasia por 7-0).

Bajo un intenso calor, arrancó el partido en el Reducto. La cosa empezó pareja, aunque a Horneros le costaba mucho tener la pelota y debía hacer mucho gasto físico para controlar a los peligrosos delanteros rivales. La primera clara la tuvo el Melli Diego frente a frente con el arquero, quien metió el manotazo justo para mandar la pelota por arriba del travesaño. Del otro lado, el otro travesaño devolvía un remate que Rodri sólo había atinado a mirar.

La apertura del marcador llegó de forma casi insólita. Juancho ejecutó al arco un tiro libre desde atrás de la mitad de la cancha, el arquero de Indio Cúa dudó y la tuvo que ir a buscar al fondo de la red. Festejo apretado de Horneros, que conseguía un paso importante: empezar ganando. Pero seguía faltando mayor dominio del trámite y el visitante empezó a venirse con todo.

Ahí apareció la figura de Agesta, siempre rápido para salir y atorar, sumado a las piernas de los defensores que siempre llegaban en el momento justo para evitar los remates con destino de red. El rojinegro se aferraba a la ventaja y hasta pudo haber aumentado, cuando el Bufo quedó mano a mano, la picó de zurda y la pelota dio en el palo derecho.

En el segundo tiempo, la premisa era jugar con la desesperación de Indio Cúa, pero todo se iría desmoronando rápidamente. A los cinco minutos, el rápido "16" elaboró una buena pared y, solo ante Rodri, definió con clase. El excesivo festejo con puteada y "Topo Gigio" irritó a los rojinegros, pero el árbitro no sancionó la provocación del delantero visitante. El 1-1 era un duro golpe, pero todavia faltaba muchísimo.

Sin embargo, poco después llegaría el segundo, esta vez por un doble error defensivo. Agesta la gritó suya en un bochazo cruzado, el Melli Negro devolvió de cabeza hacia el medio, un delantero rival recogió el rebote, amagó un par de veces y remató al arco: el balón fue cerca de la posición del guardavalla hornereano, que alcanzó a manotearla, pero luego no tuvo reacción y sólo pudo ver cómo el esférico entraba mansito y establecía el 2-1. Durísimo.

A partir de ahí, ya no hubo respuesta. Salió el Negro Lombraña, quedaron tres en el fondo y Horneros intentó dar vuelta el partido, pero no hubo reacción física ni anímica. Indio Cúa hacía lo que quería cuando atacaba y así llegarían el tercero, el cuarto (increíble blooper Juancho-Rueda-Juancho) y el quinto para el definitivo 5-1. El sueño de una tarde gloriosa se desmoronaba estrepitósamente y sin consuelo.

Y llegó el final (¿el final?). Bronca, tristeza, vergüenza, todo junto. Las genuinas lágrimas del DT, ratificando y honrando nuevamente el sentimiento hornereano, ese que -de verdad- nunca muere. El sentimiento por la camiseta rojinegra, ese que está en las buenas y en las malas. Ese acompañamiento "terapéutico" que varios hicieron atrás de la sede, prolongando el adiós y la depresión dominguera post-derrota, sabiendo que juntos todo se soporta mucho mejor. Y confirmando que, más allá de los resultados, este año el equipo ganó mucho.

Resumen del partido:

Resultado: Horneros 1 - Indio Cúa 5

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Adrián Kaminker, Diego Peluffo, Francisco Augeri; Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Gol, primer tiempo: Juan Peluffo.

Cambios: Federico Pérez Acquisto por Fernando Lombraña; Tomás Sirvarjer por Tomás Melamed.

La figura: No hubo.

24/10/08

Este domingo nos jugamos todo

Por Francisco "Pusineri" Augeri

Este domingo nos jugamos todo. Ustedes saben bien que, si perdemos, los 21 goles que hicimos no sirven de nada, las 500 atajadas de Rodri, los 74 entrenamientos que pasaron, tampoco sirven de nada, el frío que sufrimos, los cumpleaños a los que no asistimos, las discusiones familiares, los almuerzos relámpago, todo eso no servirá de nada. Por esto y por nosotros, este domingo tenemos que GANAR!!

Que amamos la camiseta, que amamos al club, que somos un equipo que se divierte jugando, todo eso ya lo sabemos, ahora es tiempo de otra cosa. Ahora es el momento de transpirar la camiseta por el resultado mismo, sin importar la calidad de juego.

Ya sabemos que ni Carlitos, ni Jona, ni Lean van a aparecen para salvarnos, nos tenemos a los mismos 11 de siempre y estoy seguro que para este domingo, sobra.

Hay muchos que nos critican, algunos desde el retiro, otros sin nunca haber tocado una pelota de fútbol, y hasta nos han bautizado “muertos”. A ellos tenemos que dedicarles este domingo todos juntos el triunfo al ritmo de: "Es para vos , es para vos… che ROLI puto, la puta que te parió!!!!!"

9/10/08

A catorce años de aquel gol de Ano a Praderas

Por Diego Slonimsqui (Cucharita)*

“Si en la historia de la humanidad hay un antes y un después de Cristo, en la historia de Horneros campeón hay un antes y un después de este día”.

9 de octubre de 1994 / Las Praderas 0 – Horneros 1


Cuarenta y cuatro minutos del segundo tiempo. Todo Horneros miraba el reloj apurando los últimos segundos. Todos menos él, que a pesar de haber sufrido un calambre, retornó al campo de juego para mostrarnos que aún tenía guardado su as en la manga.

Tomó el balón cruzando la raya central y aceleró dejando en el camino a un defensor. Luego, en un abrir y cerrar de ojos, estaba cara a cara con el arquero. Y ahí sí, se hizo el milagro, los cielos se estremecieron y un haz de luz divina le iluminó el rostro. Definió cruzado o tal vez al primer palo (a quién le importa). Éxtasis, alegría infinita. Barrilete cósmico, de qué planeta viniste?. Gracias Ano, jamás lo olvidaremos.

* Publicado en “Horneros Campeón ’94”

Nota de la redacción:

Aquel fue el año del debut de Horneros en los torneos de la Asociación Intercountry de Fútbol Zona Norte, en la categoría Selección. El equipo fue autorizado a ingresar directamente en la segunda mitad del año, adjudicándose en forma invicta el Campeonato Clausura de la “B” y consiguiendo el ascenso a la “A”. El título llegó luego de aquella recordada final contra Campo Chico (ganador del Apertura). Fue goleada 6-2 para el rojinegro en cancha de Aranzazu (Tewel hizo uno desde los doce pasos, sí, sí, pateaba penales…), pero esa es otra historia…

6/10/08

Y al tercer domingo, el arco se volvió a cerrar

Clima de final. Horneros venía de dos victorias consecutivas y sabía que ganándole a Aranjuez daba un gran paso para cumplir el objetivo de quedarse en la “A”. Por eso, Juancho, Totono y el Negro Lombraña convencían a sus músculos y se metían en la cancha igual. Por eso, el Escandinavo se embarcaba en una verdadera odisea con tal de ponerse la rojinegra en una jornada clave.

Lo de Café, Café Kaminker merece un párrafo aparte, porque llevó a cabo una verdadera “locura” que pocos se animarían a concretar y que honra con su fidelidad el espíritu y la mística hornereana. Luego de cumplir con sus obligaciones cordilleranas, abandonó la plácida San Martín de los Andes antes de lo pactado, se tomó un bondi a Neuquén y de allí voló a Aeroparque para llegar a tiempo al duelo con Aranjuez (un sacrificio que también lo obligó a desembolsar una buena cantidad de dinero). Aplauso cerrado para él.
Y llegó el momento del partido. Y aunque el Profe Loncha había vuelto a inculcar la fórmula de “mantener el cero”, Horneros durmió en el inicio y el “9” la mandó a guardar. Había que volver a remar desde atrás, como en tantos encuentros durante la primera parte de este año, algo que ya parecía desterrado. A partir de allí, el rojinegro empezó a aceitar su funcionamiento y a crear peligro en el arco de enfrente.

Bubu tenía ciertas libertades por izquierda y fue por allí que llegaron las mejores situaciones. Precisamente, fue el jugador más joven del plantel quien estuvo cerca de empatar, pero su remate de sobrepique se fue por arriba del travesaño. Además, una gran jugada con toques entre varios hornereanos terminó con el Doc mano a mano con el arquero, aunque su remate se fue desviado. Esas fueron las más claras, pero también hubo varios acercamientos peligrosos y un neto dominio del trámite.

Como siempre, Totono deleitó a la tribuna con un par de lujos. El primero, un taco infructuoso apenas comenzado el partido que generó murmullos en la hinchada, pero luego sació el exigente paladar futbolístico rojinegro: toque por un lado para ir a buscarla por el otro, con sombrerito al rival. Directo al ranking lírico.

En el segundo tiempo, más de lo mismo: Horneros yendo al ataque y Aranjuez aguantando como podía con la solvencia aérea de su número “14” (impasable de arriba, le salieron chichones de tanto cabecear) y las innumerables patadas del pelicorto “7”, que se cansó de pegar con la complicidad de un árbitro demasiado permisivo a la hora de sancionar las faltas.

Es cierto, el Club de los Once iba con más ganas que fútbol y se repetía en los centros, un arma que era fácilmente desarticulada por el lungo central amarillo. Así y todo, el rojinegro pudo haber llegado el empate gracias a un córner casi olímpico de Bubu, un tiro libre de Franky que dio en la barrera y una chilena del Melli Diego (llegaba el Escandinavo de frente) que se fue por arriba. Pero no hubo jugadas claras: los bochazos se repitieron hasta el minuto 93, siempre con el mismo (escaso) resultado.

Entre la impotencia hornereana y la mezquina conformidad del local, se fue el partido con aquel 1-0 que nunca se modificó. Aranjuez festejó una victoria clave y Horneros se fue sabiendo que dejó pasar una buena oportunidad, aunque todavía queda mucho por jugar y las esperanzas no son pocas. Se vienen otras cuatro finales y el equipo ya demostró que tiene armas para ganarle a cualquiera. Que así sea.

Resumen del partido:

Resultado: Aranjuez 1 – Horneros 0

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Federico Pérez Acquisto, Adrián Kaminker, Francisco Augeri, Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Cambios, en el segundo tiempo: Tomás Sirvarjer por Federico Pérez Acquisto y Fernando Lía por Francisco Augeri.

La figura: No hubo un gran destacado, pero hay que remarcar otra vez el rendimiento del Negro Lombraña y el Bufo en defensa, lidiando con delanteros potentes. El Doc también tuvo un buen partido, aguantando muchas pelotas, aunque le faltó el gol y descargar más rápido cuando está de espaldas.

3/10/08

Un arquerazo (y no sólo para la foto)

Toda la plasticidad de Rodrigo Agesta, el "1" de Horneros

Incrédulo, Fefé admira la estirada del guardameta rojinegro

Un paso al frente y las manos firmes para desviar el balón

Por abajo, Agesta también responde bien. Una garantía.

29/9/08

Ahora, Horneros moja más que la lluvia

Después del adiós a la sequía goleadora que significó el 4-0 a Mapuche, Horneros volvía al Reducto con la intención de sumar tres puntos más y meterse en la lucha por la Permanencia. En frente estaba La Tradición, uno de los rivales a vencer, igualado en puntos con los rojinegros, uno de esos partidos que hay que ganar sí o sí para mantener el sueño de quedarse en la “A”.

Tarde lluviosa en un Reducto espectacular como siempre, rápido y furioso, listo como para un partido del fútbol inglés. En el local, se producía el regreso del Doc Loncharich y del glorioso Bebilacua, mientras que Totono Pérez se sumaba a Rueda en la lista de lesionados. Además de mucha experiencia, en el banco de suplentes había un mingitorio, como para demostrar que Horneros está a la vanguardia en lo que a infraestructura se refiere…
Como es habitual, los players se juntaron para la arenga previa y allí el barbudo capitán en inactividad lanzó una frase profética y muy lúcida: “Hay que hacer el primer gol primero”. ¡Qué claridad conceptual! ¡Qué facilidad de palabra! Tan claro fue su mensaje que aquello no tardó mucho en trasladarse a la cancha. El pibe Agesta sacó del arco, el Doc metió una asistencia de taco y de aire increíble (lo aprendió en Brasil) y el Melli Diego la mandó a guardar en el mano a mano. Golazo y 1-0 para el Club de los Once.

Pero la ráfaga goleadora continuaría, demostrando que el arco realmente se ha abierto para los rojinegros (aunque esta vez el arquero visitante fue algo así como un anfitrión de lujo). El segundo llegó por medio de un remate “furibundo” de Bubu desde afuera del área y el tercero gracias a otra “bomba” de Franky Augeri que venció la resistencia del “1”, empeñado en sacarla con el pie (¿?) como si fuese un (mal) zaguero. Horneros estaba 3-0 arriba y Zequi y el Escandi eran la combinación perfecta de toque y quite en la mitad de la cancha, pero faltaba mucho y Walter Nelson no quería gritar “partido liquidado”.

En el segundo tiempo la diferencia se haría aún mayor. El local entró un poco dormido, pero Franky con un remate engañoso (¿adónde fue a buscarla el arquero?) y el Cirujano del Gol con un toque sutil de zurda estamparon un 5-0 que hacía presagiar otra fiesta en Ingeniero Maschwitz. Afuera la gente pedía el ingreso del tanque Pavone y llegaron los cambios en el equipo del Profe Loncha.

Hay que decirlo: La Tradición tiene dos tremendos delanteros. El “7” es una especie de Usain Bolt de zona norte y el “9” tiene algo menos de velocidad pero quizás más habilidad y manejo. Un poco mejor controlados en la primera etapa, en el complemento comenzaron a hacer de las suyas y con sendos remates cruzados metieron dos golazos para poner las cosas 5-2. “Mirá si nos empatan…”, tiró algún agorero en la tribuna, convocando inútilmente fantasmas que se hicieron más grandes luego del error de Rodri y un nuevo descuento para el visitante.

Aún quedaban quince minutos, pero no habría más acción en el marcador. Agesta tapó una muy buena, la defensa aguantó el resto, Pavone casi no la tocó, Fefé intentó tres cucharitas (una con éxito) y Bubu y Tomy Sirvarjer se perdieron el sexto. Era igual: Horneros festejaba, cantando y goleando bajo el agua, mojando aún más que la misma lluvia, sumando su segunda victoria consecutiva y demostrando que está para dar la pelea grande, esa que lo quiere ver en 2009 en la máxima categoría.

Resumen del partido:

Resultado: Horneros 5 – La Tradición 3

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Francisco Augeri, Adrián Kaminker, Zequi Rambla, Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Goles: Primer tiempo: Diego Lombraña, Bubu Melamed, Francisco Augeri. Segundo tiempo: Francisco Augeri y Emiliano Loncharich.

Cambios, en el segundo tiempo: Fernando Lía por Fernando Lombraña; Esteban Bendersky por Zequi Rambla y Tomás Sirvarjer por Emiliano Loncharich.

La figura: Zequi Rambla. Larguirucho la rompió, fundamentalmente en el primer tiempo. Con su toque preciso y su capacidad para explotar los espacios vacíos, fue clave para desarticular al rival. Claro, contó con la colaboración del Escandinavo, que quitó mucho y también jugó (pase bochinesco a Franky en el tercero de Horneros). El doble “5” funcionó casi a la perfección.

26/9/08

Bienvenidos a la jungla

Despreciada en el pasado por los otros equipos debido a sus innumerables pozos, irregular césped y escasas dimensiones, la cancha del Club de Campo Los Horneros es en la actualidad una de las mejores de toda la Asociación Intercountry de Fútbol Zona Norte. Sí, el Reducto ya no es ese potrero en el que los rojinegros desde chicos nos acostumbramos a jugar. Su superficie más bien parece un billar que invita al toque por abajo y de primera, a un jogo bonito que a veces se niega en aparecer.

¿Cómo describir la emoción que se siente cuando uno se va acercando hacia el templo sagrado? "Noooo, mirá cómo está la cancha...", se suele escuchar de boca de algún hornereano o quizás tan sólo pensando para sus adentros, incrédulo de la suerte que tiene por desandar domingo por medio aquel rectángulo de verde perfecto cual alfombra. Como si faltara alguna motivación más para entrar a jugar con la camiseta del Club de los Once...

Antes, el mítico Javier Salorio decía que Horneros desarrollaba mejor su fútbol cuando salía a jugar de visitante. Claro, en aquellas épocas estaba Sebastián Sotelo, un avión a chorro que se hacía imparable en terrenos más grandes. Sin embargo, jugar en el Reducto siempre fue una sensación única y, a lo largo de la historia, una mística especial se ha ido creando alrededor de este verdadero templo sagrado.

Este año, los rojinegros acumularon una larga deuda con su hábitat natural, su bendito campo de juego. Sin embargo, el domingo pasado, la racha de partidos sin victorias como local se quebró. El Reducto volvió a ser el Reducto y ese manto verde tan perfecto, de apariencia tan lisa y apacible, se transformó nuevamente en una jungla impenetrable. Bienvenidos...

22/9/08

Los cuatro fantásticos

“Hoy ganamos”. La frase se escuchaba acá y allá, casi en cada rincón del Club de Campo Los Horneros. Como una extraña energía intuitiva, aquella idea del “Escape a la victoria” propuesta por Café, café Kaminker, parecía ir tomando forma en las mentes de los cracks rojinegros. Las nubes se corrían y daban lugar a un sol radiante y el césped del Reducto brillaba como si fuese el paño verde de una lujosa mesa de juego.

Quizás el único que desentonó fue el DT, que llegó tarde (con aviso), pero cuando el Triunvirato analizaba la aplicación de una dura sanción y el Pelado Miguel se afilaba los dientes dispuesto a demostrar que el verdadero mufa era el Profe Loncha, allí apareció el joven entrenador. El plantel estaba completo, salvo por la ausencia del Doc, todavía en Brasil participando de una clínica de definición con goleadores de la talla de Romario, Bebeto y Ronaldo.

El rojinegro salió con todo a la cancha. Desde el minuto uno, tomó la iniciativa y comenzó a jugar cerca del área de Mapuche, aunque faltaba tranquilidad para meter el pase preciso en tres cuartos de cancha. Tal es así que casi no hubo situaciones de peligro para el local: alguna peinada loca del Escandinavo en el primer palo y una escapada de Franky que picó correctamente desde atrás y el línea invalidó por error. El visitante inquietó gracias a un par de buenos pases en profundidad del siempre molesto “Rubio”, pero no mucho más que eso.
Las emociones llegarían en la segunda parte. Horneros seguía batallando, luchando en cada sector, poniendo más fuerza que fútbol, y entonces se produjo un hecho clave, el “hito” que cambiaría el rumbo del partido: Totono Pérez se fue lesionado e ingresó Edson Arantes do Nascimento. Sí, el gran Fefé. Allí, el circuito futbolístico comenzó a aceitarse y las situaciones se hilvanaron una detrás de la otra.

En la primera, Franky ganó la espalda después de un pelotazo cruzado y lo bajaron justo cuando se metía en el área. Penal. El DT de Mapuche juró que era afuera, pero ya no había vuelta atrás. Juancho le pegó como la sangre indica (rastrero y al medio) y estableció el 1-0 para Horneros. Desde afuera, Rueda pensó en pedir la hora, pero todavía faltaban como 25 minutos.

Sin embargo, el reloj no sería esta vez un enemigo del rojinegro. Todo lo contrario: en los minutos siguientes, se asistiría a un verdadero vendaval de fútbol y goles, todo un “empalague” para aquellos que miraban el partido. Y habría un protagonista especial, la intervención decisiva del definidor “no apto para cardíacos”, un jugador que puede matar a una tribuna entera con sus definiciones en cámara lenta.

Pelota cruzada de Juancho. El arquero mapuche calcula mal y la pelota le queda al Melli Diego, que la para, la vuelve a parar, la para otra vez y define. Golazo y “chupete loco” en el festejo dedicado al pequeño Federico, el goleador del futuro. El 2-0 daba algo más de tranquilidad, pero todavía seguía faltando mucho. Tranquilidad que llegó cuando, con una defensa totalmente jugada, Bubu encaró solo hacia el arco, gambeteó al “1” visitante y tocó con el arco vació para meter el tercero.

Afuera, la gente se miraba extrañada. Algunos se frotaban los ojos, otros se pellizcaban entre sí, la mayoría pedía guardar algún golcito para la próxima fecha. Ni hablar cuando el Melli amagó al golero de Mapuche, volvió a acomodarla unas tres veces y tocó corto para marcar el cuarto gol. ¡Cuaterna! Un exceso…, una alegría incomparable, cuatro fantásticos tantos, una buena manera de saldar la deuda acumulada con el Reducto.

Faltó quizás el gol de Fefé, pero Horneros ya estaba hecho. Los rojinegros festejaron a lo grande la victoria ante un rival siempre picante, el necesario primer paso hacia lo que todavía puede ser una épica salvación. Del otro lado, el DT increpaba duramente a sus jugadores, incrédulo por una derrota contra el último de la tabla. Quizás se había olvidado de la rica historia del Club de los Once, de esa mística que hace que nunca lo puedan dar por muerto.

Resumen del partido:

Resultado: Horneros 4 – Mapuche 0

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Fernando Lombraña, Juan Peluffo, Marcos Peluffo; Federico Pérez Acquisto, Adrián Kaminker, Francisco Augeri, Bubu Melamed; Diego Lombraña, Tomás Sirvarjer. DT: Nicolás Loncharich.

Goles, en el segundo tiempo: Juan Peluffo (penal), Diego Lombraña (2) y Bubu Melamed.

Cambios: Fernando Lía por Federico Pérez Acquisto y Zequi Rambla por Tomás Sirvarjer.

La figura: Diego Lombraña. El dato lo puede todo: el Melli Gordo gritó dos veces. Verdaderas obras maestras del cine de suspenso, el Pepe Sand hornereano le dio una gran alegría al pueblo rojinegro. No caben dudas: Fede llegó con goles bajó el brazo…

18/9/08

Escape a la victoria

Por Adrián "Café café" Kaminker

Homenajeando a la mejor película de fútbol de la historia del cine, llegó el momento. Ya no hay más tiempo. No hay más puntos. Horneros tiene que ganar el domingo.

Juego en Los Horneros desde que tengo memoria y amo esta camiseta desde que Ano tenía chapas y jugaba de delantero, y hasta tenía gol. Pasé por grandes equipos y otros no tanto. Tuve a mi lado individualidades sobresalientes que decidían el destino de un partido como Cucharita (llegó a hacer 14 goles en un partido y tenía un arranque en velocidad electrizante), el Chino Santarcangelo (hacía goles de tiro libre con las dos piernas, de cerca y de lejos, a colocar o bombazo y dominaba a los árbitros), Carlitos Rodríguez (un distinto con gambeta endiablada para adelante y mucho gol), Seba Sotelo (una velocidad y una potencia arrolladora, bastaba con tirársela al pique para que resolviera el partido) y hasta Emi Loncharich (sí, el “9” actual, pero hace por lo menos 12 años, cuando en cada final se tornaba desequilibrante con gambetas en una baldosa y un puntín sólo imitado por Romario tiempo después).

Hoy NO tenemos nada de eso. Nadie va a resolver por sí solo la permanencia nunca lograda por Horneros en la “A”. Hoy sólo puede lograrse por un esfuerzo comunitario nunca visto, salvo por el del combinado del campo de concentración para ganarle a la Alemania Nazi.

El domingo, Horneros sale con esta alineación:

STALLONE: Es cierto que nuestro fondo es el punto más fuerte del equipo, pero Rodri todavía no llega a ser Sylvester Stallone en Escape a la victoria. El domingo, un ABURRIMIENTO.

ZANETTI: Tomy es salida, tiene proyección, un enganche curioso, aunque no tanto como el de quien escribe. El domingo, una TROMBA.

GAMBOA: También de apodo “el Negro” y tocayo. Fernando es el de este último domingo, IMPECABLE e IMPASABLE.

SERRIZUELA: Por Tiburcio. Juan, es la hora de creerte todo lo bueno que sos. Entrenamos y la clavás en un ángulo. Antes del partido, asesinás al que se pare en el arco y en el partido le pegás como Astrada. Este domingo vas a hacer un gol, GOLAZO.

CHAMOT: El “Flaco” era como el Bufo. Tenía salida, pero lo complicaba el perfil zurdo por jugar con pierna cambiada. Pasaba al ataque como una tromba, pero rara vez terminaba bien una jugada. Hoy la figura, el domingo que viene, una GARANTIA.

TOTONO GRISALES: ¿Se acuerdan del Totono Grisales de Colón? Su pegada, su tranco lento pero seguro, sus lujos esporádicos pero vistosos y su ubicación exacta para quites criteriosos. Bueno, ése no es Fede. Fede es la versión actual del Rojo. Le pega con la ojota, gana de cabeza pero a cualquier lado, se ahoga rápido y sus tacos le rebotan en la pata de palo. El domingo, la FIGURA.

PELE: En Escape a la victoria, Edson definía el partido con una chilena inverosímil que provocaba hasta el aplauso y la ovación de la parcialidad nazi. Ese es tu destino Fefi, un GOL de CHILENA, aunque te rompas todo en el aterrizaje.

DOLLBERG: Su velocidad es la del Flaco en Argentinos, un motor golpeado en un micro escolar. Pero el Flaco terminó embolsando fortuna en Alemania. Zequi cuando está bien contagia con sus quites y su facilidad para los pases al vacío. No tenés que desanimarte. No hay mejores que vos para jugar en el medio. Y tenés que ganar todo por arriba. TENES que CREERTELA.

ROSALES: Tiene 40, pero aparenta 25. Tiene una de las terminaciones más estéticas del fútbol actual cuando maneja la pelota. Tiene una velocidad tremenda, pero rara vez explota. Franky, explotá un poquitito más seguido. El domingo será IMPARABLE.

GANDIN: El Gordo está cada vez más parecido. Tiene la habilidad, cubre y aguanta bien la pelota y tiene mucho aire aunque le faltan piernas. El domingo se va a parecer más todavía, porque vuelve con un GOL de CABEZA.

LUGÜERCIO: Son dos gotas de agua. Muchas ganas y mucho huevo. Tienen velocidad y desequilibran. Tomy tiene más gol que el perro de Racing.

PUSINERI: Perdón que te robe el apodo, pero estoy muy parecido a él. Cada tanto gambetea a alguien aunque a una velocidad exasperante, de lo lenta. Se pelea con todo el mundo, lo amonestan todos los partidos, pega que da miedo y habla más de la cuenta con el árbitro. Lo único que le reconozco y me reconozco es que no nos guardamos nada. Estoy convencido que sé jugar a esto. Y el domingo es el día ideal para demostrarlo.

EL ROLFI: El Rolfi es al Rojo como Bubu es a Horneros. Cuando está es algo así como la esperanza de la generación de juego. Es el jugador que más desequilibra, que puede patear desde afuera y que gambetea en velocidad y para adelante. Cuando el Rolfi no está, el Rojo hace lo que puede. Demasiado parecido y muy NECESARIO.

El CHAPULIN: Supo ser grande. Un definidor de antes, de hoy y del futuro, que hoy en día hace un esfuerzo sobrehumano para jugar con costillas a la miseria. Para sacarse el sombrero. Gracias, pero hacé goles.

ASTRADA: Un capitán como los de antes. Una pegada glamorosa, una velocidad envidiable y peinado setentoso. ¿Qué más se puede pedir? Que vuelvas. Sos UNICO.

LLOP: Cuando el barco parece hundirse, Nico siempre muestra todo lo que él siente por el equipo. Lo siente y se le nota. En nombre del equipo, GRACIAS por la confianza. El domingo, lo ganamos.

El domingo es el primero para empezar a escribir el ESCAPE a la victoria. Para escaparle al descenso y comenzar a hilvanar una racha inolvidable de victorias.

Si me olvidé de alguien, pido disculpas. Es el cansancio. Soy un hombre grande y es tarde. Debo recostarme. Adiós.

15/9/08

En la delgada línea rojinegra

Horneros en su lucha por la Permanencia, capítulo 6: la batalla de Armenia. Los muchachos del Profe Loncha venían de rescatar un punto, pero luego de una semana de “parate” por fecha libre, volvían a ser el Club de los Once, ese mote distintivo que ha caracterizado al conjunto rojinegro a lo largo de toda su historia.

Los avatares pre-partido ante el puntero eran numerosos: una rueda pinchada en el camino, un Rueda pinchado que apenas camina, un Escandinavo suspendido devenido en cafetero, un Juancho desgarrado pero finalmente contracturado, un Totono más frutillón que Balbi, un Bubu ausente y un Tomi Sirvarjer indocumentado. Así salía a jugar Horneros un encuentro clave: realmente, en la delgada línea rojinegra, toda una metáfora de lo que sucedería más tarde.

Sin demasiadas vueltas, se puede decir que el partido fue malo. Peleado, trabado, sin muchas situaciones cerca de los arcos. En definitiva, tal y como le convenía al equipo de Loncha, que esperaba sacar provecho de alguna pelota parada. Armenia era un poco (pero muy poco) más y el 0 a 0 se mantenía firme en el marcador. Casi nada para destacar en el primer tiempo: algunos hablan de una clara situación del Melli Negro, pero este cronista no la vio, ya que se encontraba camino a la embajada hornereana junto a “Café, café” Kaminker yendo a buscar los papeles del “ilegal” Sirvarjer.

Todo lo alcancé a ver fue a Totono Pérez pegándole duro con su “ojota” derecha, un par de cabezazos rivales que por fortuna tuvieron mala dirección, un Negro Lombraña prácticamente impasable y un “Carlitos Negro” con un ida y vuelta endemoniado, además de un Melli Diego “con mucho aire y pocas piernas”, según su propia definición.

Antes de meterme en el segundo tiempo, un párrafo aparte para el Escandinavo. No sólo es un gran cafetero, también -junto a quien escribe, claro- va camino a convertirse en uno de los plateístas más jodidos de toda la zona norte. Gritos como el de “otro volador, otro volador, otro volador…!!!” y “se fue, se fue, se fue, se fue…” (empezando quince metros antes que la pelota realmente se fuera), sorprendieron a propios y extraños y se agregaron a su ya larga lista de frases célebres. Un grande.

Ahora sí, vayamos a la acción. Si el primer tiempo había sido malo, el segundo fue peor. A pesar de la merma física de algunos rojinegros, Armenia no creaba peligro y el cero se mantenía. El plan de Loncha era seguido a la perfección, pero el gol “raro” que tanto se esperaba en un arco llegaría justo del otro lado.

Bocha cruzada para dos armenios que llegan por el segundo palo. Primer remate y tapada de Rodri. Cabezazo en el rebote y tapada de Rodri casi milagrosa en la línea. Parece que Horneros pasa el sofocón, pero el asistente hace lo que ninguno de sus colegas suele hacer: toma una decisión y corre hacia la mitad de la cancha marcando que fue gol. Una decisión equivocada, claro. Desde su posición (casi la misma que la del técnico y la platea hornereana), era imposible saber si el balón había entrado.

Desazón, incredulidad, protestas. Ese sería el 1-0 definitivo para Armenia, el broche desafortunado para una nueva derrota del equipo de Ingeniero Maschwitz. Una derrota que se dio, precisamente, en la delgada línea rojinegra, esa misma por la cual el Club de los Once parece marchar, haciendo equilibrio, tratando de no caer. A veces, se tambalea por su propia inestabilidad, pero a veces le dan un empujoncito innecesario.

Resumen del partido:

Resultado: Armenia 1 – Los Horneros 0

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Federico Pérez Acquisto, Francisco Augeri, Ezequiel Rambla, Fernando Lía; Diego Lombraña y Tomás Sirvarjer. DT: Nicolás Loncharich.

Cambios: no hubo (Club de los Once)

La figura: Fernando Lombraña. El Negro jugó un gran partido, casi no tuvo fisuras y logró que no se notara la merma física de Juancho. Comandó la defensa e intentó complicar con bochazos al área rival. Además, salvo sobre el final con la calentura obvia del gol, no gastó energías en discusiones con el árbitro o los rivales.

8/9/08

Goles en arcos sin redes no son amores

Los amantes del fútbol (entre ellos, los hornereanos) lo sabemos bien: jugar en una canchita con arcos que no tienen redes no es lo mismo. Es como si los goles valieran menos y hasta no dan tantas ganas de patear si no está latente la posibilidad de inflar con un remate la preciada malla cuadriculada (o hexagonal o del diseño que sea).

Pero, además, hay algunos problemas técnicos. Muchísimos goles en la historia del fútbol mundial amateur no han sido adjudicados jamás por la falta de redes en los arcos (y otros han sido contabilizados erróneamente, por supuesto). Es que esta tremenda carencia le allana el terreno a los “chorros” y malos perdedores, a aquellos que están dispuestos a todo con tal de no salir derrotados de un campo de juego. Y por otro lado: ¿cómo saber a veces si la pelota pasó por un lado u otro del poste cuando se juega ya casi de noche y no hay reflectores…?

Después, está el hecho muy desmotivante de tener que ir a buscar la pelota lejísimos hasta cuando se ha marcado el tanto. La peor parte muchas veces se la lleva el arquero, quien no sólo sufre las puteadas de los compañeros sino que debe ir con la cabeza gacha a dar con el paradero del balón. Esto ha llevado a innumerables peleas entre los integrantes de un mismo equipo: “Andá vos”, “No, te toca a vos”, “Andá que te comiste un gol increíble, Clemente…”, etc.

Ni hablar cuando los palos son dos buzos, conos, piedras, árboles, mochilas… No, no, definitivamente no: los goles que se marcan en arcos sin redes no son amores. O quizás deba decirse que son amores “fríos”, sin tanta pasión, de esos que se olvidan fácilmente.

4/9/08

Federico Lombraña, el goleador del futuro

Todo equipo necesita recambio. Lo saben los técnicos, los dirigentes, los hinchas, el entero mundo del fútbol. Por suerte para Horneros, ese proceso de regeneración ya empezó y con la llegada de Federico Lombraña, el rojinegro ya tiene asegurados los goles que se gritarán en el futuro.

Fiel a la herencia paterna, los 3,930 kg de Federico presagian a un delantero potente, de esos que se llevan por delante a los defensores con sólo tirarles el carromato. Sería bueno que se vaya probando la “9”, seguro un número que sabrá llevar como buen hornereano de ley. Como el padre, entablará una intensa relación con la red y el gol lo acompañará adonde quiera que vaya…

Por supuesto, el pequeño Lombraña (que tendrá el alivio de no tener que lidiar con un hermano mellizo), no será el único en la delantera del Horneros del 2030. Seguro algún (¿o los dos?) Loncharich lo acompañará en la ofensiva, repitiendo así una de las duplas de ataque más memorables de la historia.

Federico, Felipe y Nachito son la avanzada hornerana. No es por meterles presión desde el vamos, pero son muchas las esperanzas que están depositadas en sus todavía pequeños piecitos. Hasta ahora son tres y no alcanza ni para un papi fútbol, pero es cuestión de tiempo para armar un nuevo Club de los Once.

2/9/08

Punto de partida

Después de una semana complicada, llegó otra vez el domingo. En el Reducto, Horneros debía demostrar que estaba entero, que su espíritu de hierro no se había roto, que las ganas por salir del pozo estaban intactas. Enfrente estaba Mapuche, invicto en el reducido por la Permanencia, una buena medida para saber si el rojinegro todavía estaba para pelear a pesar de los malos resultados.

El equipo del Profe Loncha arrancó muy bien: abandonó por fin la fría Casona y los jugadores se cambiaron al sol, sobre el sagrado césped de la mejor cancha del mundo. El Rengo Peluffo llegó poco después (a su ritmo), sanguche de milanesa en mano y cocucha en la otra y el Melli Gordo estaba ausente por fiebre, pero el plantel parecía listo para tener una buena tarde.

Horneros arrancó bien en los primeros minutos, pero el dominio no duraría demasiado. Poco a poco, Mapuche se fue adueñando del terreno, aunque tampoco generaba demasiado peligro sobre el arco que da al arroyo Escobar. Igual, Agesta tuvo que revolcarse un poco, como cuando dio rebote en un buen remate desde afuera y se tuvo que jugar las ropas para tirarla al corner ante la llegada de un rival.

El rojinegro se acercó fundamentalmente con tiros de media distancia: un zurdazo “furibundo” del Escandinavo que pasó cerca del ángulo y una “bomba” de Zequi que desactivó el lungo arquero visitante. Lo mejor: un caño sen-sa-cio-nal de Totono Pérez, mirando para un lado pero yendo hacia el otro. Bastón y galera, como siempre. En defensa, el Bufo era un titán impasable, anticipando siempre y erigiéndose en la eterna figura del equipo.

El primer tiempo terminó en cero y para el segundo la premisa era animarse un poco más e ir a buscar los tres puntos. Pero esta vez fue Mapuche quien empezó mejor y Agesta salvó las papas en un par de situaciones riesgosas, gracias a su rapidez de piernas y sus buenos reflejos.

Horneros tenía guardado todo su arsenal para los minutos finales. Allí, los rojinegros fueron un verdadero vendaval, metiendo a Mapuche contra su arco. Claro, la polémica no podía faltar. El “Carlitos Negro” metió una tremenda asistencia de cachetada para el Doc, pero cuando el Cirujano del Gol estaba presto a empujarla casi al borde del área chica lo desestabilizaron desde atrás. Claro penal, pero el árbitro eligió mirar para otro lado.

Pero eso no sería todo. Los de Loncha siguieron yendo. Franky casi lo “mata” al arquero con un zurdazo desde afuera y en la última del partido el Doc se la bajó perfecta a Totono Pérez, que con la gloria a su alcance, levantó el remate por arriba del travesaño y selló el 0-0 final en el marcador. Empate. Primer punto en el Reducto. Se empiezan a hacer las paces con la historia. Primer punto en la lucha por la Permanencia. Un punto de partida.

Resumen del partido:

Resultado: Horneros 0 – Mapuche 0

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Marcos Peluffo, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Tomás Melamed; Francisco Augeri, Adrián Kaminker, Zequi Rambla, Bubu Melamed; Federico Pérez Acquisto; Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Cambios: Tomás Sirvarjer por Zequi Rambla, Fernando Lía por Adrián Kaminker.

La figura: Marcos Peluffo. Sí, señores. El Bufo la rompió y volvió a demostrar que es el jugador más regular del equipo en 2008. Anticipó siempre, yendo al piso, mordiendo, clausurando su punta para el ataque rival, especialmente en el primer tiempo. Si hubiera Gran DT intercountry, lo pongo sin dudar.

28/8/08

Vieja Guardia vs. Los Pibe'

Por Federico Totono Galera y Bastón Pérez Acquisto

Como es de público conocimiento, a lo largo de la gestación de este equipo se han generado diferencias en el seno del grupo. No sólo en lo que respecta a la edad y al aspecto físico sino que la diferencia más importante se nota en la forma de vivir: me refiero a los hábitos, las costumbres, las opiniones y las posturas. Ya todos sabemos cómo están conformados los grupos, pero para que no haya confusiones, voy a detallar los integrantes de cada uno:

Los Pibe': Negro, Diego, Tomy (o “Manteca” para mi), Bubu, Zequi, Tomy Sirvarjer, “Totono” Acquisto, Juancho, Calenta y Rodri (aunque se ha dudado mucho del mismo por su estrecho vínculo con integrantes del otro bando).

Vieja Guardia: Rueda, Buffo, Escandinavo, el Profesor, el Doctor, Nano y Fefi.

Una mención especial merecen dos “comodines” en todos los desafíos planteados: “Pusinelli” Augeri (dicen que tiene casi 30 pero nunca se constató), Jona Leder (dicen que aún sigue con gripe en la casa pero tampoco se constató). Tampoco me olvido del amigo de todos..., el gran “Bebilacua”, que si estuviese en actividad estaría en el grupo de los más jóvenes, sin duda.

Para justificar la afirmación establecida al comienzo de este artículo, voy a comentar algunas cuestiones puntuales que generan las diferencias planteadas:

1- La actividad post partido. Al término de los partidos en los que Horneros es local, los “maduros” del plantel suelen “tomar la leche” en la sede con sus esposas e hijos, mientras que nosotros estamos tomando una cocucha, algunos fumando un puchín y planificando alguna salida para la noche. Otros de los más purretes andan con sus novias pero ese es otro tema..., todos nos confundimos alguna vez.

2- El gusto futbolístico. Es notorio que a la Vieja Guardia le gusta el pelotazo y quedó demostrado en el último encuentro. No tienen juego, no les gusta el buen fútbol como a la juventud. Además, durante todo el partido intentan amedrentar a los más jóvenes mediante golpes sin pelota, obviamente amparados por el “árbitro” Loncharich.

3- Noche previa al partido. Es realmente un problema para muchos del equipo que les gusta el anochecer (esto incluye la madrugada también), el alcohol, el boliche y no pueden abandonarlo. No voy a dar nombres porque no quiero que exista una represalia por parte del DT. Diría que prácticamente son todos del grupo de los más jóvenes, aunque hay varios de la Vieja Guardia que han aparecido con olor a vino y whisky. Debería darles vergüenza..., la etapa de “El Cuartel” ya pasó muchachos!!!

4- La pretemporada. Mientras que los más viejos disfrutaron de los días de playa con sus familias, los más jóvenes hicieron la pretemporada en Villa Gessel pero no se disfrutaba del día, sino de la noche. Los más peligrosos en este sentido son el Sr. “Manteca” Melamed y Rodrigo “Cabeza” Agesta. (Ver foto)

Podría seguir enumerando más diferencias ya que realmente somos un grupo muy heterogéneo en cuanto a las edades. Sin embargo, también hay cosas en común, como las ganas, la buena onda, el compañerismo y el sentimiento por un lugar que nos vio crecer a todos.

Para mi es un orgullo ser parte de este equipo y obviamente que quiero ganar todos los partidos. Sin embargo, no me quiero olvidar de algo fundamental, de DISFRUTAR. No importa que perdamos, que juguemos mal (DT no me mate), que estemos en la "A" o en la "B", lo más importante es la relación que se gesta entre todos nosotros encuentro tras encuentro, que cada uno se sienta cómodo y a gusto en el lugar que le toca ocupar. Estoy seguro que así las cosas salen bien y no sólo dentro de una cancha sino en el vida.

Un fuerte abrazo para todos.

Toti.

25/8/08

Una motivación más para pelear

Por Nicolás Loncharich

Son las doce de la noche del domingo y estoy triste. Hoy, sin dudas, fue una tarde triste. Hoy perdimos a nuestro capitán. Hoy perdimos por unas cuantas fechas a uno de los jugadores más importantes del plantel. Siento mucha tristeza por eso. Porque me desgarraron sus lágrimas, su impotencia.

Hoy sentí que el fútbol es muy injusto y quiero compartirlo con ustedes. ¿Con quién sino? ¿Quién podría entender lo que estoy sintiendo en este momento? Sé que todos lo que hoy estuvieron ahí sienten lo mismo que yo. No es justo, no sé por qué nos toca esto, pero no es justo.

Pero en medio de tanta tristeza siempre hay que sacar algo positivo. Creo que es la única manera de crecer, de mejorar. Y yo estoy dispuesto a hacerlo. Porque a pesar del final que tuvimos, hoy vi un equipo de guerreros, hoy vi un equipo que dejó todo, hoy volvieron a hacerme feliz, a hacerme sentir orgulloso y no es poca cosa.

Hoy nació una motivacion más para pelear: Rueda seguramente vuelva para las últimas fechas y nosotros somos los encargados de mantener vivo a Horneros, para que el tenga la oportunidad de volver a pelear por este objetivo que nos propusimos. Sé que la situación es dificil, no ganamos hace rato, muchos ya abandonaron y la confianza no está en su mejor momento, pero yo no estoy muerto. Y me gustaría que ninguno de ustedes se sienta así.

Hoy nos demostramos que podemos dar pelea. Sólo les pido que sigamos así, como hoy, con esa entrega. Sé que no es fácil, pero les pido que tan sólo un segundo se imaginen cumpliendo el objetivo. ¿Se imaginan lo felices que vamos a ser? ¿Se imaginan ese abrazo? Yo sí, lo hago todas las noches antes de dormir. TODAS.

Yo no voy adejar de pelear por este sueño. Ojalá ustedes tampoco. Ojalá ustedes sientan lo mismo, ojalá lo logremos para poder dedicárselo a Rueda, a los que nos abandonaron en la mitad del camino, pero especialmente a cada uno de nosotros. Saquemos nuestro orgullo, dejemos todo en estos meses que quedan, disfrutemos de matarnos por un compañero, disfrutemos de arriesgar TODO sin saber cuál va a ser el resultado. Sepan, como siempre, que acá al lado de ustedes hay alguien que los quiere mucho y que tiene muchas ganas de verlos felices.

Abrazo a todos, FUERZA RUEDA.

NICO.

Algo hizo crack (sólo fue el tobillo de Rueda)

Dos jugados, dos perdidos. Horneros llegaba a Indio Cúa con urgencias. La tabla lo mostraba bien abajo, sin puntos en su haber, pero todavía había reserva anímica, ese plus que los rojinegros han mostrado a través de su historia. Cada domingo era una nueva oportunidad y eso el que otra vez fue el Club de los Once (más uno en el banco) lo sabía a la perfección. No por nada el Doc se había dejado pinchar y entraba a jugar infiltrado…

El equipo del Profe Loncha salió a la cancha con el objetivo de mantener el cero en su arco hasta el final del primer tiempo. Con actitud, concentración y marca, limitó las posibilidades de los locales y aquella primera premisa se cumplió. Después de 45 minutos, la cosa estaba como al principio.

Apenas un tiro libre a centímetros del área estuvo a punto de doblegar a Agesta, mientras que Horneros inquietó fundamentalmente con centros desde los costados y una buena tarea por derecha de Franky Augeri. El juego aéreo era toda una complicación para el flojo arquero y la defensa de Indio Cuá.

La acción llegaría en el segundo tiempo. El partido seguía siendo parejo y el rojinegro sufría pocos sobresaltos (hasta el peligroso “16” parecía mejor controlado que en la primera etapa). Pero una buena media vuelta desde afuera del área puso al local 1-0 y volvía a situar a los de Loncha frente al desafío de remar desde atrás.

Y Horneros fue. Y encontró un penal dudoso. Y Rueda le pegó a lo Olarticoechea en aquella recordada definición por penales ante Italia. Rastrero y al medio, horrible pero efectivo. Algunos aseguran que fue ahí que se lesionó, pero esa sería otra historia…

El 1-1 ponía algo de justicia en el marcador, aunque el Barba (y no nos estamos refiriendo al “5” rojinegro) tenía deparada una sorpresa, un desafío más para probar el temple de los muchachos de Ingeniero Maschwitz.

Minuto 90. El marcador parece inmodificable. Indio Cúa hace un lateral largo y Rueda salta a cabecear con el mañoso "18" local. El hornereano cae muy mal, con todo el peso sobre su tobillo doblado, siente un "crack" y un intenso dolor: sabe al instante que se lesionó feo. Entre gritos de dolor alcanza a levantar la cabeza y ve cómo la pelota se mete en un ángulo, impulsada vaya a saber uno por qué demonio. Es demasiado, piensa. Y cada vez duele más…

El partido termina 3-1 (hay un gol más de contra con Horneros jugado en ataque). Se trata de uno de esos partidos que no se olvidan fácilmente, los que marcan un hito, esos que serán evocados una y otra vez en charlas futboleras futuras. Algo hizo “crack”, es cierto, pero sólo fue el tobillo de Rueda. Un tobillo se arregla. Con tiempo y cuidados vuelve a ser el de antes y entra otra vez a una cancha. Pero el temple de Horneros, ese sí que no está roto. No, de ninguna manera. Pese a todo, a los repetidos golpes que le asestan, el espíritu del equipo no se quebró y no parece ya que pueda quebrarse. Y esa, sin dudas, es una gran noticia.

Resumen del partido:

Resultado: Indio Cúa 3 – Horneros 1

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Francisco Augeri, Diego Peluffo, Adrián Kaminker, Bubu Melamed; Diego Lombraña, Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Cambios: Zequi Rambla por Emiliano Loncharich.

Gol: Rueda (penal), en el segundo tiempo.

La figura: Francisco Augeri. Franky volvió a ser el de varios partidos del año pasado, con un buen ida y vuelta por derecha que complicó a Indio Cúa, fundamentalmente durante el primer tiempo.

18/8/08

Errar es humano, pero sobre todo hornereano

Luego de unas largas vacaciones, Horneros volvía a su casa para jugar un choque clave ante Aranjuez, rival directo en la lucha por la permanencia. El Reducto, un patrimonio tan sagrado como violado, nuevamente lucía espléndido, como si perdonara una y otra vez a sus guerreros y cada domingo les diera una nueva oportunidad de redención.

Así llegaba el rojinegro, con la conciencia de estar afrontando un duelo decisivo en el que la única opción posible eran los tres puntos. Así lo remarcó el Profe Loncha en la charla previa, pero cuando los jugadores salieron a la cancha, la historia pareció repetirse: dudas y errores propios estuvieron a la orden del día y a los 15 minutos el equipo ya estaba 0-2.

El primero llegó luego de una mala entrega de Rueda a Bubu en la mitad de cancha. La jugada prosperó y terminó con un remate de larga distancia que Rodri Agesta –tal vez molestado por el sol de frente- no pudo desviar. Un golpe duro al que se le sumó otro cuando un cambio desde la izquierda encontró solo a un rival por el otro lado y su tiro cruzado se convirtió en el segundo tanto del visitante.

Como de costumbre, Horneros fue una y otra vez al ataque durante el resto del primer tiempo, pero no pudo doblegar el arco de Aranjuez. Hubo un claro penal que el árbitro dio afuera y los nervios rojinegros no tardaron nada en exaltarse. Bubu probó bien desde afuera del área en dos oportunidades, pero una vez tapó el arquero y la otra se fue cerca del ángulo. También llovieron decenas de centros sobre el área, siempre infructuosos y sin generar real peligro.

En el entretiempo, el Profe Loncha se despachó con todo contra el equipo y metió un par de cambios. Hubo reunión y promesas de darlo vuelta y Horneros salió a jugar el segundo tiempo sabiendo que estaba frente a una parada brava, de esas que pueden definir la suerte de toda una temporada.

Las primeras señales fueron buenas: mucha presión, dominio de pelota y rápidamente Aranjuez estaba todo metido contra su arco. El Melli Diego estaba muy activo y fue él quien generó un agarrón que el árbitro esta vez sí cobró adentro. Penal que Rueda convirtió en gol y a buscar el empate.

El rojinegro tuvo sus chances para ponerse 2-2: un par de buenos desbordes no pudieron ser capitalizados por el Melli y el ingresado Tomi Sirvarjer, cuyos remates se fueron por arriba del travesaño y también faltó mayor decisión en algunas jugadas. Un puntazo del Doc que nunca llegó y otras dos o tres situaciones del luego expulsado Tomi entrando por derecha que no pudieron resolverse favorablemente fueron algunas de las más claras.

Y así se fue yendo el partido, con Aranjuez tratando de aguantar la pelota y Horneros buscando la igualdad. El silbatazo final se sintió como un puñal en el corazón. El rojinegro había pagado nuevamente muy caros sus errores y ahora deberá sacar pecho si quiere quedarse en Primera. Falta muchísimo y se vienen varias batallas más que no admitirán rendimientos tibios ni desconcentraciones. Es tiempo de valientes.

Resumen del partido:

Resultado: Los Horneros 1 – Aranjuez 2

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Fernando Lombraña, Juan Peluffo, Marcos Peluffo; Federico Pérez Acquisto, Diego Peluffo, Francisco Augeri; Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Cambios: Adrián Kaminker por Federico Pérez Acquisto, Tomás Sirvarjer por Francisco Augeri y Zequi Rambla por Marcos Peluffo.

Gol: Diego Peluffo (penal), en el segundo tiempo.

Expulsado: Tomás Sirvarjer (doble amarilla)

La figura: Fernando Lombraña. Más allá de algún que otro exceso verbal, el Melli Negro fue de lo más rescatable de Horneros. Controló bastante bien a los difíciles delanteros rivales y hasta metió un buen desborde que podría haber sido el empate.

15/8/08

El día que "Cucharita" le metió 14 a Loma Verde

Tal vez sea un récord mundial. Quizás aquella tarde en la canchita de Los Horneros, hace nada menos que 23 años, fuimos testigos de una marca inigualable: Diego Cucharita Slonimsqui, uno de los talentos más grandes de la historia rojinegra, le hizo catorce goles a Loma Verde. En un mismo partido, sí. Aunque usted no lo crea…

Aquella histórica jornada de 1985, el pequeño Cucha tenía apenas 11 años y ya hacía lo que quería dentro de un campo de juego. Es cierto, la pasaba bastante poco, pero quién podía decirle algo cuando casi todas sus jugadas terminaban en el fondo de la red. Su gambeta endiablada era incontenible para los rivales y la Latin Globe siempre iba bien pegada a su zapatilla derecha.

Así fueron llegando uno a uno los goles. Los primeros se festejaron, pero a medida que la cuenta se iba engrosando lo único que importaba era saber hasta cuántos llegaría la figura de aquel equipo de Horneros que peleaba los primeros puestos de la categoría de 9 a 11 años. En ese momento, los de La Pista y Caseros jugaban con una increíble camiseta blanca con una franja azul horizontal, al mejor estilo Gimnasia y Esgrima La Plata (a contramano con la tradición rojinegra que se instauró luego a través de los años).

El partido terminó 18 a 1 y Cucharita acumuló la astronómica cifra de catorce conquistas. También hubo lugar para otras curiosidades: el único tanto del visitante fue un pelotazo desde lejos que picó antes de la posición de Marcos Peluffo (sí, fue uno de los primeros arqueros hornereanos) y se metió por arriba de su cabeza; además, a pesar de ser uno de los delanteros del equipo y lucir la “9” en su espalda, quien escribe tuvo la desgracia de no haber podido marcar un sólo golcito aquella tarde. Toda una premonición...

4/8/08

Llamado a la solidaridad

Se solicita cualquier información que pueda servir para dar con el paradero de Jonathan Leder Apatini. El muchacho responde al nombre de "Jona", "Gordo" o "Filósofo de la garra". De tez blanca, panza incipiente y estatura media, es conocido por su habitual simpatía fuera de la cancha, aunque si te cruza dentro del campo de juego te puede mandar al hospital.

Leder, oriundo de Ingeniero Maschwitz, fue visto por última vez el lunes 15 de junio en las inmediaciones del Golf Club Argentino. En aquella ocasión, vestía medias rojas, pantaloncitos rojinegros y camiseta al tono; su rostro era serio, como el de cualquier otro de sus compañeros que debían soportar seis goles sobre sus espaldas. Y jugaba para Los Horneros, claro, ese mítico equipo que lo vio nacer y que tanto se había alegrado por su retorno para la temporada 2008.

Ese frío lunes de junio, Jona saludó a sus amigos y se subió a un auto. Nunca más se supo de él. Algunos dicen que lo vieron comiendo un sandwich de bondiola en la Costanera Sur y un llamado anónimo facilitó un dato que nunca pudo ser comprobado: habría abandonado el equipo para evitar la participación en la versión rojinegra de Cuestión de peso. Otros aseguran que se sumó al plantel estable del Circo de Moscú y que ahora se encuentra viviendo en Vladivostock con una rubia y bella muñequita rusa.

Lo cierto es que sus amigos continúan buscándolo y agradecerán cualquier información que pueda servir para dar con su paradero. Ante cualquier duda, comuníquese con el 0800-46736-88776 (gordo-turro) o visite la página http://www.jonitebusco.com/. Por su atención, muchas gracias.

22/7/08

Hay que pasar el invierno…

Primera fecha del reducido por la Permanencia. Contra La Tradición y de visitante, Horneros se juega mucho más que tres puntos. Es un rival directo en una cancha conocida y los rojinegros llegan confiados en poder lograr una victoria y arrancar con el pie derecho el sueño de quedarse en la “A”. Hasta el Profe Loncha parece más metido que nunca y se luce con las palabras en la que –creo- es la mejor charla previa del año.

¿Cómo se explica entonces que a los 3 minutos del primer tiempo Horneros ya esté 1-0 abajo en el marcador? Un descuido, mala suerte, una siesta tempranera, uno ya no sabe qué pensar…; lo cierto es que el trámite del partido se vio modificado desde su inicio y los de Ingeniero Maschwitz jugaron el resto del encuentro con cierta presión y apuro sobre sus espaldas.

Los rojinegros intentaron por todos lados, pero no encontrarían los caminos hacia la red. Pudo haber llegado el empate muy rápido, cuando el Melli hizo estallar la pelota contra el travesaño luego del único error del buen arquero local en todo el partido. Después, se lo perdieron el Melli Negro (increíble mano del Doc) y el propio cirujano en la boca del arco, Bubu tuvo alguna entrando por la derecha y el “1” tapó como pudo un tremendo tiro libre de Juancho (pareció penal, pero el línea cumplió con la regla de los asistentes y prefirió no comprometerse).

En el segundo tiempo, más de lo mismo. Por momentos, pareció un verdadero ping-pong contra el arco de La Tradición. Uno, dos, tres rebotes, pero siempre llegaba una pierna rival o el arquero o la propia impericia de los rojinegros a la hora de rematar impedían lo que hubiese sido una obvia igualdad. El arquero le tapó una buena al ingresado Tomi Sirvarjer, pero casi siempre faltó decisión a la hora de meterse en el área y quedar mano a mano.

Todo esto enmarcado en el clásico juego sucio que siempre proponen los tradicionalistas (y al que Horneros no le cuesta nada entrar). Nervios, exceso de pulsaciones y reclamos constantes: elementos que dificultaron el juego hornereano, que igual fue muy superior y mereció llevarse algo más que un jugador con un corte en la ceja y una expulsión de los contrarios. Pero a esa altura el partido ya estaba 2-0 para el local, gracias a una contra que agarró mal parados a los rojinegros (buena definición del “7”).

Otra vez, Horneros se fue con las manos vacías. Más que nunca, la sensación fue de pura impotencia. Un sentimiento que se hace aún peor porque se viene el receso invernal y los de Loncha estarán un mes sin poder jugar, acumulando ganas de desquitarse, de demostrase a sí mismos que pueden. Hay que pasar el invierno… (y volver con todo).

Resumen del partido:

Resultado: La Tradición 2 – Los Horneros 0

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Juan Peluffo, Adrián Kaminker, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Bubu Melamed, Zequi Rambla, Diego Peluffo, Federico Pérez Acquisto; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Cambios: Tomás Sirvarjer por Zequi Rambla; Fernando Lía por Federico Pérez Acquisto; Mariano Tewel por Marcos Peluffo.

La figura: Cuesta destacar a un jugador en particular, aunque no especialmente por una cuestión de bajo nivel. Dentro del aceptable rendimiento general, Bubu volvió a hacer algunos movimientos interesantes y con Juancho (que esta vez pareció más suelto de lateral) por momentos lograron lastimar por derecha.

18/7/08

Amigos de la Permanencia

El domingo arranca una de las epopeyas más importantes en la historia de Los Horneros: el “Operativo Permanencia”. Contra La Tradición y de visitante, Horneros tiene la gran oportunidad de sumar sus primeros tres puntos de cara a su gran objetivo de 2008, el que estoy seguro vamos a conseguir.

Cualquiera que lo mire desde afuera tal vez diría que estoy loco, que sólo conseguimos ocho puntos en 13 partidos. Pobrecito, caería preso de la dictadura de la tabla, ignorante de todo lo que pasa en la intimidad rojinegra. Debo reconocer que todo esto es algo extraño, pero a pesar de los resultados tengo la entera convicción de que nos vamos a quedar en la “A”.

El domingo es también el “Día del Amigo”. Una gilada comercial (los que me conocen saben lo que pienso al respecto), pero que me hizo volver a pensar en lo más importante que tiene este equipo: su unión. Créanme, no exagero: este es quizás el Horneros más unido de toda la historia y eso no es poco. Es más, es tener el 80% del camino recorrido. El 20% restante lo tenemos que poner adentro de la cancha, con compañerismo y entrega, pero también con fútbol (que de eso se trata este juego, al fin y al cabo).

Escuché mucho la frase “es imposible que seamos todos amigos”. Es cierto, somos distintos, con edades e intereses diferentes, pero yo creo que dentro de la cancha estamos forjando una relación indestructible. Ojalá todos los domingos (y en los entrenamientos de la semana) podamos seguir honrando el principio más importante de toda amistad: estar dispuesto a dar todo por el otro, a sacrificarse y pensar siempre en el compañero que se está matando a nuestro lado.

Contra La Tradición, empieza una gran oportunidad. No la dejemos escapar. Disfrutemos cada minuto de esos 90 y más que tenemos en cada partido. Aprovechemos este espacio único, esta posibilidad de practicar el deporte que amamos con amigos, hermanos, compañeros que conocemos hace años.

Y no nos quedemos en las palabras. Las palabras son lindas, pero rara vez pueden lograr algo por sí solas. Seamos amigos de la acción. Transformemos todo lo que sentimos por la rojinegra en energía real: un pique más en el segundo tiempo, una corajeada, una pierna fuerte para ganar otra pelota dividida. Por nuestros compañeros, pero también por cada uno de nosotros, hagámonos amigos de la Permanencia.

14/7/08

Cuestión de peso… ofensivo (un clásico)

Última fecha de la primera fase en el Reducto. Horneros venía de una buena victoria ante Aranjuez, pero quería extender su optimismo de cara al comienzo de la segunda parte del campeonato, la más importante, aquella del tiempo de definiciones. Contra Maschwitz, el resultado no era lo más importante (sí el rendimiento y no terminar con expulsados ni lesionados), pero igual era un clásico y los guerreros de Loncha buscaban saldar la deuda interna: cero puntos jugando de local.

Cuestión de peso. En la previa, el DT peló balanza y agarrate Catalina Dlugi… Uno a uno fueron pasando los cracks rojinegros, algunos de los cuales habrían hecho un ayuno de dos días para mejorar su performance. Para sorpresa de todos, con 84 kilos, el "Gordo" Agesta compartió la punta de la tabla (de quesos) con Fefi Lía (que no es Salgado), mientras que Tomi Sirvarjer apenas le hizo cosquillas al artefacto: sus 62 sólo quedaron por debajo del Bufo, el veterano purohuesos. El batacazo lo dio el Melli Diego Lombraña, que marcó 75 y levantó sospechas sobre la escasa calibración de la balanza...

A la hora del partido, Horneros demostró desde el comienzo sus renovados bríos, aunque la tenencia de pelota se inclinaba para el lado del visitante. Maschwitz ganaba más en la mitad de la cancha en el marco de un encuentro rápido y vertiginoso, lo que iba desgastando el físico de los locales. Sin embargo, las situaciones de gol no abundaban y parecía difícil quebrar el cero.

Pero Horneros durmió su clásica siesta de 15 minutos y lo pagó caro. Un buen pelotazo sobre la cabeza de los centrales encontró habilitado a un delantero más académico que tricolor, quien –aunque el pibe Agesta atoró bien- definió arriba con poco ángulo y puso el 1-0 para los visitantes. Historia conocida…

Por supuesto, los rojinegros recibieron la cachetada, despertaron rápidamente de su letargo y empezaron a presionar más arriba. Una gran apilada de Bubu Melamed y alguna buena asociación con Tomi Sirvarjer fueron lo mejor de un primer tiempo con pocas luces. También resultaron muy aplaudidos (por los rivales) los cuatro o cinco tacos que tiró Totono Toti Galera y Bastón Pérez Acquisto. Además, al lírico “10” hornereano no le dieron un claro penal que podría haber sido el empate…

El segundo tiempo trajo un cambio posicional: el Guerrero Escandinavo pasó a integrar un doble cinco con Rueda y Nano Tewel ingresó en el fondo. Horneros empezó a quitar más en la mitad y a acorralar a un Maschwitz que parecía desconcertado. El máximo dilema era el de siempre: cómo hacer para inquietar al arquero contrario (una mezcla del "Flaco" Vivaldo e Iggy Pop que tenía como 58 años…)

Pero la desgracia volvió a golpear a los rojinegros. Un rechazo defectuoso del Bufo fue capitalizado con una tremenda volea que se clavó en el ángulo de Agesta y estableció un 2-0 que era demasiado castigo para los muchachos de Loncha.

Pudo haber descontado Horneros luego de otra gran jugada de Bubu, que habilitó a un Melli Diego que no pudo concretar. En su regreso a las canchas, también tuvo su chance el Doc, pero la pelota terminó mansita en las manos de Iggy Vivaldo. Y las esperanzas de que Juancho Peluffo por fin pueda mojar de tiro libre quedaron truncadas por partida doble…

No hubo caras tristes después del silbatazo final. Horneros se fue tranquilo por lo hecho dentro de la cancha, donde todo pareció reducirse a lo de siempre: una “cuestión de peso” ofensivo... Lo que viene, lo que viene es el primer capítulo de los doce que tendrá una historia apasionante: “La permanencia”. No se lo pierdan…

Resumen del partido:

Resultado: Los Horneros 0 – Maschwitz Tricolor 2

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Juan Peluffo, Adrián Kaminker, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Zequi Rambla, Diego Peluffo, Bubu Melamed; Federico Pérez Acquisto; Diego Lombraña y Tomás Sirvarjer. DT: Nicolás Loncharich.

Cambios: Mariano Tewel por Zequi Rambla; Fernando Lía por Federico Pérez Acquisto; Emiliano Loncharich por Adrián Kaminker.

La figura: Bubu Melamed. El jugador más joven del plantel demostró también que es por lejos el más habilidoso. Un par de apiladas en velocidad y una asistencia al Melli Diego lo distinguieron del resto. Además, corrió mucho a lo largo de todo el partido. El “distinto” llega 10 puntos a la mejor parte del torneo.