25/10/07

Pablo Conti = Gastón "La Gata" Fernández

Rubio, de baja estatura, gambeta endiablada, poder de gol, cintura loca, sutilezas varias. Pablo Conti y Gastón La Gata Fernández comparten muchas cualidades y son dos verdaderas "gotas de agua". Uno aporta su cuota de talento cada domingo para que Horneros sueñe con el ascenso a la "A", el otro viene de gritar campeón con San Lorenzo y busca poner lo más arriba posible a su equipo de cara al final del Apertura.

Por estilo de juego y parecido físico, Conti y Fernández podrían confundirse tranquilamente. Si le tiran la azulgrana, Pablito podría convertirse en una especie de simulador jugando para los cuervos en el Nuevo Gasómetro. Claro, lo mismo pasa al revés: ¿alguien se imagina a La Gata haciendo un golazo con la rojinegra?

Pablo fue uno de los jugadores que más entrenó durante la pretemporada, allá cuando Tiki Jung todavía dirigía a Horneros. Junto al clan Conti (Sebi, Calenta y hasta alguna aparición fantasmagórica del Potro), eran una fija en las noches calurosas de Echeverría y Figueroa Alcorta. Así, agregó piernas a su ya conocida habilidad y se convirtió en una pieza clave durante la primera parte del campeonato.

Luego, llegó el alejamiento por algunas fechas y se sintió su ausencia. Pero volvió y ya se erigió nuevamente en un importante baluarte ofensivo para el equipo de la dupla Miguel - Loncharich. La Gata hornereana hasta se dio el gusto de marcar un golazo en el recordado empate 2-2 ante Mapuche Blanco. Fintas, quiebre de cintura, definición suave pero precisa, la marca registrada del mayor de los Conti.

19/10/07

Tanto y tan poco: a cuatro fechas del final

Por Nicolás Loncharich

Cuánto de cierto hay cuando escuchamos esas frases hechas "todavía no conseguimos nada", o el legendario "paso a paso", o "hay que pensar en el próximo partido, todavía falta mucho". Parece un casette que se ponen los jugadores o los técnicos, pero todo eso es verdad.

Es verdad que no conseguimos nada, es verdad que faltan cuatro finales, pero lo que también es verdad es que de a poquito nos estamos armando, de a poquito estamos volviendo a ser un Equipo y eso nos tiene que poner contentos. Estamos y vamos bien, pero sólo eso.

El domingo pasado fuimos dos equipos muy diferentes. El del primer tiempo, fue un equipo decidido y ganador (cualidad que no tienen todos los equipos y que no se aprende). Presionamos en la mitad como nunca hasta ahora lo habíamos hecho (Rueda, así te quiero, levantando el equipo como lo hiciste) y cuando llegamos, concretamos. Intentamos siempre por abajo y nunca nos metimos atrás. Fuimos un equipo muy sólido y jugamos en 30 metros, que es lo que más me gusta.

Después, el segundo tiempo fue otra cosa. Entramos relajados, dormidos y permítanme decirles, medio pelotudos. Dejamos crecer al rival y nos metimos atrás. Regalamos el medio y sólo nos dedicamos a correr atrás de ellos. Sé que era imposible mantener la presión del primer tiempo, pero en esos momentos lo que tenemos que hacer es tener la pelota y, en la primera que nos dejen, definir el partido. Tenemos que jugar lejos de nuestro arco y no dejar agrandar al rival. No tengamos miedo en adelantarnos, lo estamos haciendo muy bien, de hecho en los últimos 8 partidos nos hicieron 5 goles.

También lo que quiero rescatar es lo importante que fue la vuelta de Zequi, Bubu y Bebi. Sin ellos, hoy estaríamos hablando de otras cosas.

Ahora llega la parte más dificil y la más linda. Nos tocan verdaderas finales. Esas finales que te generan ese nerviosismo en la semana y ni te digo cuando estás yendo por Panamericana rumbo al Reducto. Son finales que nunca vamos a olvidar. Son partidos para disfrutar y para ganar.

Viendo el fixture me di cuenta que es ideal. Ahora tenemos un clásico y después jugamos contra dos que están peleando por un ascenso con nosotros. Me encanta ganar esos partidos porque valen 6 puntos. Me va a encantar ganarles y dejarlos afuera de la discusión. Estoy convencido que si jugamos como en el primer tiempo, lo vamos a hacer y la última fecha en el Reducto, ganarle al campeón va a ser la frutilla del postre.

Así lo sueño yo y eso es culpa de ustedes, que domingo a domingo me están demostrando que estamos para el ascenso. Sólo restan 4..., falta mucho, pero ese mucho es tan poco...

Los quiere.

Nico.

17/10/07

Esteban Bendersky = Mariano Pavone

Es cierto, futbolísticamente están en las antípodas. Uno es un lateral voluntarioso y otro un goleador prácticamente implacable. Pero quién puede negar que Esteban Bebilacqua Bendersky, el defensor hornereano, es la viva imagen de Mariano Pavone, aquel delantero temible que rompía las redes del fútbol argentino cuando militaba en Estudiantes de La Plata.

Sin dudas, el gran Bebi es un calco de Pavone. Pero sus cualidades son bien diferentes. El William Wallace que tiene Los Horneros conmueve por su entrega, tanto dentro como fuera de la cancha. Sobre el verde césped, suple cierta falta de ductilidad con una tremenda vehemencia para la marca y una actitud ejemplar. Dejando los límites del campo de juego, es un verdadero motivador capaz de hacer llorar hasta a las piedras.

Pero si sus mails de guerra son famosos, qué hay para decir acerca de su increíble paso de ballet en las entradas en calor. Brazos y piernas moviéndose alegremente a destiempo, haciendo las delicias del resto de los players. Seguro que el goleador pincharrata nada sabe de estas cuestiones. No, no hay manera. Lo que demuestra que Bebilacqua es un jugador, qué digo, un ser humano, mucho más completo.

Además de ser la reserva moral del equipo, Esteban Bendersky es un laburante. Un tipo que siempre tira para adelante y que supo demostrar que a fuerza de constancia y entrenamientos se podía ganar un lugar entre los titulares rojinegros. Siempre sumando, siempre aportando para la causa, inclusive cuando -como este año- no pudo estar todo lo presente que hubiese querido.

14/10/07

Horneros se afianza goleando por un sueño

Como el último River - Boca y la mayoría de los partidos más importantes del fútbol argentino, el clásico Horneros - Highland se adelantó dos horas por el partido de Los Pumas. Los rojinegros dejaron los ñoquis para más tarde y se fueron para la cancha temprano, con la obligación de sacar tres puntos para mantenerse vivos en la lucha por el ascenso. Aunque se bancó bien las lluvias, la grama del Reducto estaba salvajemente alta. Más que con botines, la cosa invitaba a entrar a jugar con un machete.

En la previa, llama la atención la ausencia de Crouch Korn. Quien espera su oportunidad es el Doc Loncharich, máximo goleador de la liga de cirujanos porteños, quien todavía no está del todo recuperado pero se pone a disposición de los técnicos porque siente que se le va la vida. Igual, la dupla prefiere mantenerlo en el banco y manda arriba a un solitario Pablito Conti, escoltado por Federico Galera y Bastón Pérez Acquisto y Zequi Rambla en la creación.

Horneros arranca mejor. El Club de los Once sale a meter presión en campo rival y se adueña de las acciones de peligro. A los pocos minutos, Bubu siente una molestia y se produce el retorno del gran Bebilacqua a las canchas.

La presión hornereana rinde sus frutos. Después de una pelota robada cerca del área rival, Pablito escapa por izquierda, desborda y mete un perfecto centro atrás para que el lírico Zequi empuje la pelota al fondo de la red. El 1-0 tranquiliza un poco al equipo de Ingeniero Maschwitz, que igual decide seguir yendo para adelante para aumentar la diferencia.

Y el segundo llega al poco tiempo. Juancho ejecuta un tiro libre desde la derecha y aparece el gran Escandinavo Kaminker para su clásica peinada en el primer palo. La pelota le recorre la nuca, hace una parábola extraña y se mete junto al poste. El nórdico acalla las críticas por su falta de gol y pone así el 2-0 en el marcador, dándole todavía un poco más de aire a los rojinegros.

En el entretiempo, se pide continuar con la presión y el Pelado Miguel lanza una frase profética: "Adrián va a ser la sorpresa". Ni una cosa ni la otra suceden en el complemento, donde Horneros mira estático como el rival lo va metiendo atrás y el Escandinavo sorprende sí, pero con una graciosa volada a lo delfín en Mundo Marino y una murra de novela que le vale la amarilla número 534 de su carrera.

El rojinegro no juega nada bien y sufre más de la cuenta ante un débil Highland, que manda al Colorado para arriba y complica con pelotazos de 60 metros. Cuando lo llaman a la acción, el pibe Agesta responde bien y mantiene el cero en su arco. Además, se produce el regreso del Doc Loncharich, que en la única que tiene le pega con el hueso fisurado y al arquero se le ríen los guantes por la masita que llega a sus manos.

El alivio llega recién con una patriada de Franky Augeri, que le pone el pecho a los rebotes y termina empujándola debajo del arco para meter el 3-0. Encima, el árbitro echa al 21 rival por agredir al goleador. ¿Lo digo o no lo digo? Partido liquidado, Fabbri.

Pero todavía habrá tiempo para uno más. Pusineri vuelve a escapar y define cruzado para poner el 4-0 definitivo y un doblete en su cuenta personal. Se va el partido y, a pesar de un segundo tiempo muy pobre en el juego, Horneros termina rubricando una goleada para mantener más vivo que nunca el sueño del ascenso.


Resumen del partido:

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Bubu Melamed, Juan Manuel González, Juan Peluffo, Mariano Tewel; Adrián Kaminker, Diego Peluffo, Francisco Augeri; Ezequiel Rambla, Federico Pérez Acquisto; Pablo Conti. DT: Héctor Miguel - Nicolás Loncharich.

Resultado final: Horneros 4 - Highland 0

Goles: Primer tiempo: Zequi Rambla y Adrián Kaminker (cabeza). Segundo tiempo: Francisco Augeri (2).

Cambios: Primer tiempo: Esteban Bendersky por Bubu Melamed (lesión). Segundo tiempo: Emiliano Loncharich por Zequi Rambla.

La figura: Francisco Augeri.

Pusineri volvió a hacer de las suyas y ratificó el gran momento que está atravesando. Cuando las papas quemaban, se mandó una tremenda corajeada para poner el lapidario tercer gol del partido y luego le puso la frutilla al postre con una buena definición en el cuarto. Doblete muy valioso del volante por izquierda, que se está haciendo todo un abonado en este rubro.

Premio "Carlitos" Rodríguez: vacante.

Se está convirtiendo en costumbre: Horneros no está para lujos. Quizás algunos pincelazos del Narigón y Pablito, pero nada más. Volvé Choli, por favor.

Premio Marcos "Bufo" Peluffo: Francisco Augeri.

Un nuevo logro para Pusineri, que hizo recordar al veterano jugador con su famosa táctica rebotera para llegar hasta el arco rival. A veces, tirar paredes con los contrarios puede ser más efectivo que hacerlo con los compañeros. En eso, el gran Bufo hizo escuela.

Premio "Patadita" Borinsky: Adrián Kaminker.

El Escandinavo parece decidido a ser el líder en este galardón. Una tremenda patada al clon del flaco Archubi le valió la amarilla y un nuevo lugar en esta sección. El Carnicero Santana está preocupado: el veterano del Báltico tiene varios cortes en oferta.

11/10/07

La columna del DT, primera entrega

Por Nicolás Loncharich

Cuando Rueda me ofreció tener una columna me pareció una buena idea, porque no es mucho el tiempo que compartimos y, sinceramente, en cinco o diez minutos a veces no me alcanza para terminar de decirles algunas cosas. Por eso, acepte su propuesta y voy a utilizar esta oportunidad que me da para contarles esas cositas que me quedan colgadas.

En esta primera columna quería decirles algo que no pude en su momento. Simplemente, quería agradecerles por haber aceptado que yo sea uno de los DT del equipo. La mayoría sabe lo que siento por el fútbol y, especialmente, por Los Horneros. Hace ya un tiempo que la idea rondaba por mi cabeza y que hoy sea una realidad para mi está muy bueno.

También quería decirles “gracias” por el apoyo que sentí desde un comienzo hasta ahora (no es una situación fácil ya que con varios tengo una relación de amistad). Ojalá cada domingo que pase pueda ganarme su confianza y respeto como Profe.

Quiero que sepan que voy a dejar todo, que tengo muy claro lo que quiero para el grupo y hasta dónde podemos llegar. Quiero que sepan que siempre voy a estar del lado de ustedes, de los que les toca jugar más y, especialmente, de los que les toca jugar menos. Siempre voy a estar del lado de este equipo que ya me dio varias alegrías que no voy a olvidar.

Muchachos, mi principal objetivo es poder transmitirles lo lindo que se siente el fútbol cuando se juega entre amigos. Tienen una oportunidad histórica de grabar en su corazón el orgullo que se siente pertenecer a un equipo con huevos, con honor, con gloria. Ojalá con el correr de los partidos pueda reavivar esa llamita que tienen adentro, que de a poco se comprometan más y más y estoy seguro que de esa manera vamos a volver a ser un EQUIPO.

Ojalá pueda lograr que cuando entren a la cancha se diviertan, que disfruten correr y romperse el orto porque un compañero ya no puede más. Ojalá que, cuando a fin de año estemos festejando el ascenso, alguno haya podido sentir eso. Ojalá ese abrazo en la mitad de la cancha cuando logremos el ascenso que imagino todas las noches antes de dormir, todos lo sientan de la misma manera. Ojalá todos estén orgullosos de cada uno de sus compañeros. Yo voy por eso camino, ojalá se me unan ustedes, porque sin ustedes no tendrá sentido.

Los quiere.

Nico.

10/10/07

Tomás Melamed = Augusto Fernández

Cuando avanza por el carril derecho, el pibe deja un surco. Baja la cabeza como si fuera un jugador de rugby y agita sus brazos mecánicamente para aumentar su velocidad final hacia el banderín del corner. Aunque uno es lateral y otro un decidido volante, podríamos estar hablando tanto de Tomás Melamed como de Augusto Fernández, el rendidor mediocampista que tiene River Plate.

Además de compartir el mismo peinadito hacia adelante y algunos rasgos faciales similares, hace tiempo que Tomi dejó de ser un simple defensor, lo que aumenta su parecido con el dinámico Augusto. Y sino pregúntenle a Nano Tewel, el “3” de Horneros, que sufre cada vez que ve como su compañero parte raudo al ataque y hay que cubrir porciones importantes de terreno en la retaguardia.

Con la venia del Profe Loncha, Mela se anima y pone pie firme en la mitad de la cancha. Pero no se conforma con eso: si le dan espacio, agarrate, porque el juvenil prende los motores y no para hasta llegar a la línea de fondo. Así se ha ido consolidando como uno de los titulares del equipo rojinegro, abriendo camino para la convocatoria de otro de su sangre, el todavía escolar Bubu.

Las principales virtudes de Tomi: regularidad, afición para la marca y despliegue suficiente para el ida y vuelta. Aunque a su prontuario en Selección todavía le faltan varios capítulos, el Augusto Fernández de Horneros ya supo tener su tarde de gloria. Fue en este mismo torneo, cuando capturó una pelota suelta en el área y marcó un memorable gol en tiempo de descuento para la victoria agónica 1-0 sobre Aranzazu Amarillo, un rival siempre complicado.

Ah, me olvidaba. El juvenil integra una de las parejas más consistentes del fútbol tenis de los jueves con Rodri Agesta, quiero decir el danés Kasper Schmeichel. Ambos ostentan un récord casi perfecto en el Polideportivo Loncharich de Palermo. Sin embargo, la única derrota de la joven dupla fue muy dolorosa: una verdadera paliza del técnico y el capitán rojinegros que puso en su lugar a los atrevidos adolescentes.

7/10/07

River - Boca, Los Pumas y..., una sola pregunta

¿Cómo salió el superclásico? ¿Cómo van Los Pumas con Escocia? ¿Gana River 2 a 0? ¿El rugby sufre hasta el final pero se mete entre los mejores cuatro del mundo? Las preguntas van y vienen por las calles de Buenos Aires. Los diálogos se repiten casi idénticos en bares, colectivos, en las plazas, en miles de mensajes de texto que atraviesan la ciudad. Asisto un tanto impávido a un domingo sin igual en la historia deportiva de nuestro país, mientras una única pregunta se posa como un gusano hambriento en mi cabeza: ¿Cómo salieron los partidos de Selección B?

Claro, rápidamente me doy cuenta de la desventajosa situación en la que me encuentro. ¿Qué cara me pondrá la gente si pregunto sobre el resultado del duelo entre los Aranzazus? ¿Y si quiero averiguar la suerte del puntero Mapuche Celeste? Seguramente piensen que estoy loco, no soy argentino o que juego un torneo para comunidades aborígenes. Resignado, resuelvo volver a mi casa y buscar ayuda en los innumerables medios electrónicos que nos ofrece la vida moderna.

Televisión, radio, internet..., hago un repaso exhaustivo pero no encuentro una sola mención al apasionante torneo intercountry que tiene a Horneros peleando por el ascenso a la "A". Del canal 2 al 84, del 530 al 1600 en el AM del dial..., nada, absolutamente nada. En la web, llego a la página de la Asociación, pero aún figuran los resultados de la fecha pasada. Evidentemente, la AFA opera fuertemente en los medios para evitar el crecimiento de un campeonato cada vez más importante.

Ya está. Seguramente, esta noche soñaré con la tabla de posiciones. Sí, 34 puntos, 38 goles a favor y 28 en contra en 19 partidos jugados. Tengo los números impresos en la mente: quedan 5 partidos para concretar una ilusión, 450 minutos y algo más de fútbol vistiendo la gloriosa rojinegra para terminar el año con unos festejos que -aunque todavía no quiero apresurarme- imagino impresionantes. No puedo dejar de pensar... ¿qué destino habrá tomado la pelota esta tarde?

3/10/07

Adrián Kaminker = Thomas Brolin

Claro, cuando el Escandinavo Adrián Kaminker hacía goles muchos de los actuales jugadores de Los Horneros aún no habían nacido o gateaban por el living de sus hogares manoteando alguna pelota de juguete. Pero hubo un tiempo en que el nórdico era enganche y hasta opción en la delantera, con presencia en el área rival y romance con la red incluido. Fue allí cuando surgió la comparación con Thomas Brolin, el sueco que deslumbró en el Mundial de Estados Unidos.

Pero la mención requiere un repaso histórico. Una de las mejores temporadas del Escandinavo fue en 1994, una fecha por demás significativa. En aquel entonces, el equipo de Ingeniero Maschwitz debutó en los torneos oficiales de Selección de la Asociación Intercountry Zona Norte. Sí, no se asusten, han pasado trece largos años, muchos inviernos que se notan en los referentes más veteranos del equipo.

Créase o no, en aquella temporada iniciática, el Colorado metió la nada despreciable cifra de 6 goles en 14 partidos (Horneros entró directamente en la segunda ronda) y fue uno de los puntales del campeonato y el ascenso a la “A”. Sólo quedó detrás del mítico Cucharita Slonimsqui y compartió los honores de ser el segundo artillero con otro símbolo del equipo, el siempre añorado Sebastián Sotelo.

La súbita racha luego originaría todo tipo de ridículas apuestas que mucho después hicieron las delicias del resto del plantel. Kaminker prometía conquistas por decenas y el gran filósofo Javier Salorio aumentaba su colección de champagne a cada año que pasaba. Pero lo que nos importa ahora es que era 1994 y Thomas Brolin, aquel sueco que festejaba sus tantos con un gracioso trompo en el aire, llevaba a Suecia a un histórico tercer puesto en la Copa del Mundo.

Allí surgió la comparación. Claro, además del asiduo contacto con la red, uno y otro tenían el mismo origen: la fría Escandinavia. Parecía como si ambos hubiesen nacido en un helado fiordo a orillas del mar Báltico, gritando goles que se repetían por miles en un eco interminable que se iba camino al océano.

Pero también había otros que preferían decirle Robby Baggio, demostrando lo generosos que eran por entonces los apodos para con Kaminker, quien lucía un peinado antológico: cabeza rapada y trencita que bajaba hacia la nuca, al mismo estilo que el hábil italiano. Pero lo de Brolin tenía sin dudas mayores paralelismos, en el juego y en lo físico también.

Luego, el promedio de gol fue bajando considerablemente, hasta llegar a 1… por temporada. Esto dio lugar a comparaciones un tanto más maléficas, como aquella que días atrás lo vinculó con el triste Colorado Federico Lussenhoff, el desgraciado defensor central que lustra banco en River Plate.

El Escandinavo hace rato que abandonó el uniforme de gala y se puso el overol, aunque cada tanto nos deleita con su célebre “enganche de vieja”. Cualesquiera sean las condiciones en las que llegue al partido, siempre deja todo en la cancha y suele mantener entretenidos diálogos con los jugadores rivales. Lo que se dice un grande de verdad.