31/8/09

Un par de depósitos del Doc en el Banco

La noticia lo paralizó y, por un momento, pareció quebrar su confianza goleadora: el partido no se jugaría en la cancha del fondo, la que está rodeada de alambrados. El duelo entre Banco Provincia y Horneros se disputaría en el escenario central, aquel de amplias dimensiones y hasta tribunas de cemento. El Cirujano del Gol andaba cabizbajo: había dedicado sus ensoñaciones semanales y toda su imaginación de artillero letal a la canchita del alambrado. Había soñado con goles en esos arcos. Y ahora le decían que el campo de batalla sería otro. Tenía que imaginar todo de nuevo…

Claro, pero el Doc no fue el único que sintió el impacto de la novedad: el mediocampo rojinegro empezó a sufrir por adelantado. El termómetro marcaba más de 30 grados. Todo un desafió para los 135 años (todo un récord en la Liga) que integraban la veterana línea media del equipo de Javier Salorio. El Escandinavo, Rueda, el Chino y Nico Loncha, que volvía después de la suspensión, se miraban con cara de “qué mal la vamos a pasar…”.

Pero no fue así. Desde el principio, Horneros encontró facilidades ante un Banco Provincia predecible y que dejaba espacios para jugar la pelota con tranquilidad. El partido tenía un ritmo cansino y el rojinegro dominaba el trámite. Sin embargo, la ventaja llegó de manera casi fortuita. Un centro desde la izquierda que encontró poca reacción en los locales, una pelota que prácticamente le rebotó al Melli Negro y el visitante se ponía 1-0.

Luego del gol y el parate para refrescarse por el calor, los muchachos de Salorio entraron a la cancha un tanto relajados. Y Banco empezó a acercarse al arco de Agesta. Pero al local le costaba entrar y se limitaba a rematar desde afuera, generalmente con poco puntería. Encima, antes del final del primer tiempo, llegaría una contra letal del rojinegro. El Melli la cruzó para el Doc, quien se hamacó, enganchó hacia adentro y desde el borde del área sacó un zurdazo que se clavó allá arriba, en el ángulo derecho del arquero de Banco. Un gol que el Cirujano no se hubiera imaginado ni en sus más dulces sueños.

Horneros salió a jugar el segundo tiempo con un 2-0 que todavía indicaba que el partido no estaba cerrado. Pero rápidamente llegaría el tanto de la tranquilidad. Nico Loncha recibió dentro del área por la derecha, hizo un chicle con el balón, y tiró un centro preciso para que nuevamente el artillero del bisturí clavara otra de sus finas incisiones (esta vez de cabeza) en la valla de los locales. Cinco goles en los últimos cinco partidos para el veterano romperedes. Y 3-0 para el rojinegro.

A partir de allí, todo fue hacer pasar el reloj. Banco intentaba descontar, pero chocaba con la defensa y la solidez de Agesta. Horneros fallaba en su misión de hacer control de pelota. Salorio sacó al Bufo (que jugó con su tobillo mocho) y puso a Calenta; y luego entró Jarabe por el Chino.

Sobre el final, llegaría el 1-3, gracias a un error rojnegro y una gran definición de un delantero local. Pero el encuentro estaba terminado. Horneros sumaba su segunda victoria consecutiva en el reducido por la Permanencia y con puntaje ideal quedaba en lo más alto de la tabla. Con un Doc endiablado. Con más de 130 años en la mitad de la cancha. Con el regreso del mejor arquero de la categoría. Con una defensa sólida. Con ganas. Y –todavía- con algunas ausencias.


Resumen del partido:

Resultado: Banco Provincia 1 - Horneros 3

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Marcos Peluffo, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Esteban Bendersky; Nicolás Loncharich, Diego Peluffo, Juan Santarcangelo, Adrián Kaminker; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Javier Salorio.

Goles. En el primer tiempo: Fernando Lombraña y Emiliano Loncharich. En el segundo tiempo: Emiliano Loncharich.

Cambios, en el segundo tiempo: Diego Conti por Marcos Peluffo; Jarabe Muñoz por Juan Santarcangelo.

La figura: Emiliano Loncharich.

Aunque no está en su plenitud física, el Doc volvió a hacer de las suyas. Esta vez se despachó con dos goles (uno de gran factura) y ya suma cinco en los últimos cinco partidos. Además, aguanta bien la pelota, está lúcido a la hora de las decisiones y sigue colaborando en defensa. Ojalá continúe con su febril imaginación goleadora.

24/8/09

Menos mal

La hora de la verdad. Arrancaba el reducido por la permanencia de local contra Cardales y Horneros era nuevamente el Club de los Once. Claro, del otro lado las cosas estaban aún peores. Los visitantes eran sólo siete y planteaban todo un desafío para los rojinegros: aprovechar de la mejor manera la ventaja numérica para pasar una tarde sin sobresaltos.

Y arrancó el extraño partido. Once contra siete. Y a los dos minutos del primer tiempo Horneros ya ganaba 1-0. El Cirujano del Gol la aguantó, tocó hacia atrás y el Chino Santar sacó un zurdazo bajo que el improvisado arquero de Cardales no pudo contener. La primera parte de la misión estaba cumplida. Pero todavía faltaba mucho, claro.

El rojinegro perdió un par de chances claras para aumentar. Y empezaron a caer los visitantes. Primero fue el arquero (que liberó al buen 11 cardalista) y luego entrarían dos más para elevar a diez el número total de jugadores del equipo visitante. Corrían poco más de 10 minutos de la etapa inicial. Y once contra diez empezaba otro partido.

Cardales empezó a dominar la pelota y a tirar a Horneros contra su propio arco. El local no encontraba respuestas en la mitad de la cancha, defendía muy abajo y, aunque en la zona defensiva tenía mucha gente, eso no aseguraba que el arco de Agesta estuviese seguro. Afortunadamente, el juvenil y tantas veces extrañado arquero hornereano estaba en una buena tarde. Su pericia y la propia falta de puntería de los rivales evitaron que en al menos tres jugadas muy claras llegara el empate.

En el segundo tiempo, el trámite se equilibró. El rojinegro comenzó a controlar mejor los avances del visitante, que se veía limitado a los arranques endiablados del 11, la pelota parada y los remates desde afuera del área. Siempre, Agesta respondió bien. La pelota se quedaba pegada a su mano como si tuviese alguna suerte de adhesivo. A Horneros le quedaba la contra y así desperdiciaría algunas chances para aumentar.

Pero, luego de una sucesión de toques de la vieja guardia en la mitad de la cancha, el Escandinavo metió un preciso pelotazo para el Cirujano del Gol, que se enredó con el arquero, lo dejó en el camino, hizo lo propio con el defensor y tocó suave al fondo de la red. Todo ello en “slow motion”. Una heterodoxa definición de un Doc que parece haber retomado su romance con la red (tres goles en los últimos cuatro partidos).

Con el 2-0, el partido quedaba casi sentenciado. Cardales buscó el descuento pero siempre se topó con la seguridad de Agesta. El Colo Korn tuvo una muy clara para poner el tercero, pero su remate dio en el palo. El marcador ya no se modificaría. Sin haber jugado un gran partido, Horneros se llevaba una victoria fundamental en el arranque del reducido por la permanencia. Sin brillar, había hecho la tarea y sumaba tres puntos de oro. Menos mal.


Resumen del partido:

Resultado: Horneros 2 – Cardales 0

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Jarabe Muñoz, Esteban Bendersky; Tomás Melamed, Diego Peluffo, Adrián Kaminker; Juan Santarcangelo; Nicolás Korn y Emiliano Loncharich. DT: Javier Salorio.

Goles. En el primer tiempo: Juan Santarcangelo. En el segundo tiempo: Emiliano Loncharich.

Cambio, en el segundo tiempo: Zequi Rambla por Jarabe Muñoz.

La figura: Rodrigo Agesta.

Rodri estuvo muy seguro y, más allá de su rendimiento individual, eso tiene un valor agregado: contagia seguridad al resto del equipo. Respondió bien cuando algunos desacoples permitieron chances muy claras para Cardales en el primer tiempo y en el segundo no dio rebotes peligrosos ante varios remates comprometidos desde afuera del área. Una garantía. También merece una mención el Doc. El Cirujano del Gol sigue de racha y además sumó una cuota de sacrificio muy necesaria para el rojinegro.

19/8/09

El Bufo estuvo bien expulsado

Cuarenta y ocho horas después de su gran triunfo en Loma Verde, Horneros enfrentaba a Aranzazu por la última fecha de la fase inicial del campeonato. El equipo de Salorio volvía a ser el archiconocido Club de los Once, ya que varias ausencias convertían al banco de suplentes en un páramo, un desierto disponible para cualquier curioso que estuviese merodeando el Reducto. Más tarde, llegaría Zequi Rambla para ocuparlo en toda su longitud.

Así fue que, mientras Mati Di Tullio comía sanguchitos en el cumpleaños de la sobrina de la prima de la tía de la abuela de la novia, el rojinegro entraba a la cancha casi con la misma formación del sábado. El único cambio: Franky Augeri iba desde el arranque en la mitad de la cancha en reemplazo del Melli Diego.

En el primer tiempo, Horneros salió a jugar un partido de igual a igual, pero un par de distracciones le costarían demasiado caro al conjunto de Salorio. Como en otros partidos, la desventaja llegó rápido para el local, luego de una jugada por la izquierda que terminó con un jugador solo tocando la pelota abajo del arco para poner el 1-0. Y a remar otra vez…

El rojinegro no jugaba del todo mal, pero le costaba una enormidad crear situaciones de peligro. Centros y más centros llovían sobre el área visitante, pero el arquero no veía mucha acción. Por el contrario, ante cada avance de Aranzazu la defensa hornereana tambaleaba. Los rápidos y hábiles delanteros encontraban espacios y amenazaban el arco de la Araña Lombraña.

Pero el segundo tanto del visitante llegó luego de una distracción de Horneros. Un corner que se juega corto, un dos contra uno, un remate franco desde afuera del área y un atacante de Aranzazu que aprovecha el rebote para mandarla a guardar ante la pasividad de los locales. El 2-0 justo antes del fin del primer tiempo era un duro golpe para los de Ingeniero Maschwitz.

En el segundo tiempo, salvo algunos errores groseros al principio, casi todo sería del rojinegro. Lucha, pelota, campo, dominio. Situaciones, no tanto, como siempre. Los dos goles de ventaja se mantenían y llegó una jugada clave: un joven jugador visitante le metió tremendo planchazo al Bufo, el veterano Roberto Carlos que tiene Horneros. Increíblemente, el árbitro sólo sacó tarjeta amarilla y desató la furia de los locales. La pierna del Bufo parecía un rallador. El hombre de negro culpó a una presunta falta de canillera, hasta que se dio cuenta que la misma había quedado escondida del patadón. Vergonzozo. El técnico visitante tuvo que reemplazar al recién ingresado juvenil para evitar un linchamiento. Ah, el rojinegro se quedó con diez: el Bufo no pudo seguir del dolor, bien expulsado por la artera patada del pibito.

Heridos aún más en su amor propio, los rojinegros siguieron yendo a la carga y encontraron el descuento por medio de un zurdazo escandinavo que pegó en el palo y entró. Quedaba muy poco para el final. Horneros presionó, tiró un par de centros más, pero en una contra la Araña rechazó mal y Aranzazu puso el 3-1 y liquidó el partido.

Ahora, arranca el reducido por la Permanencia. A pesar de la última caída, Horneros ha mostrado signos vitales. Quedan diez partidos cruciales para dejar a un equipo con mucha historia en la “B”. Diez finales para disfrutar, para vivir con todo, para ser parte de esa historia rojinegra que ha dejado tantas piernas rojas como la del Bufo. No creo que haya mejor programa para un domingo. ¿O sí?


Resumen del partido:

Resultado: Horneros 1 – Aranzazu 3

Formación inicial: Fernando Lombraña; Rodrigo Agesta, Juan Peluffo, Esteban Bendersky, Jarabe Muñoz, Marcos Peluffo; Adrián Kaminker, Diego Peluffo, Francisco Augeri; Nicolás Korn y Emiliano Loncharich. DT: Javier Salorio.

Gol, en el segundo tiempo: Adrián Kaminker.

Cambio, en el segundo tiempo: Zequi Rambla por Jarabe Muñoz.

La figura: Matías Di Tullio.

Bigote la rompió. Sus diagonales hacia la mesa de los saladitos hicieron estragos. Movimientos rápidos para hacerse de algunos sánguches de miga y una tremenda vocación ofensiva para entrarle a la torta de cumpleaños fueron sus máximas virtudes. Un delantero con mucho hambre.

15/8/09

Fiebre de sábado por la tarde

Sábado. Un día distinto. Y Horneros llegaba al primer turno de la doble fecha del fin de semana con ganas de regalarse una alegría. Con la Araña de nuevo en el arco, Jarabe debutando en la defensa, conformando una temible dupla de zagueros junto al gran Bebilacua, Rueda sorprendiendo con unos botines demasiado capitalistas, el “violento” Loncha mirando desde afuera y el regreso de un hombre del riñón rojinegro: Francisco Flaco Schiavi Augeri.

Así llegó el equipo de Salorio para jugar su duelo ante Loma Verde y, a diferencia de los últimos partidos, Horneros pegó primero. El Melli Diego ejecutó un córner desde la izquierda, Rueda apareció por el fondo y la mandó a la red con un certero cabezazo: 1-0 para el visitante.

Pero los muchachos de Salorio no se relajaron. Siguieron dominando el trámite y tratando de jugar en campo rival y –extrañamente para un conjunto que no suele hacer más de un tanto por partido- los goles no se harían esperar. El segundo llegó luego de un tiro libre que Juancho ejecutó con virulencia y -rebote en la barrera mediante- se metió abajo junto a un palo. Y el tercero fue anticipado proféticamente por Rueda. “Ahora te toca a vos”, le dijo el barbudo de botines blancos antes de un tiro de esquina al Cirujano del Gol. Y cuando la pelota iba en el aire y parecía que el arquero se quedaría con ella, no dudó: “Andá Emi, andá Emi!!”. Y Emi Fue. Y Emi capturó el balón suelto. Y Emi puso el tercero para Horneros.

Con una diferencia de 3-0 a favor, el rojinegro salió a jugar el segundo tiempo con la premisa de no relajarse, sellar el encuentro y así no sufrir demasiados sobresaltos. El visitante cedió terreno, se metió muy atrás y, aunque no abundaron las situaciones de peligro en su contra, bajó mucho en cuanto a nivel de juego. La Araña apareció cuando lo exigieron, rozando una pelota que luego pegó en el travesaño y en una contra el Melli Diego peleó, ganó y lo dejó solo a Calenta para poner el 4-0 definitivo.

El árbitro terminó el partido y Horneros tuvo muchos motivos para festejar: hacer cuatro goles en un encuentro, romper la mala racha y sumar de a tres de nuevo, terminar con la valla invicta y, sobretodo, fortalecer la moral de cara al lunes y al reducido por la Permanencia que se viene en pocos días más.


Resumen del partido:

Resultado: Loma Verde 0 - Horneros 4

Formación inicial: Fernando Lombraña; Rodrigo Agesta, Juan Peluffo, Esteban Bendersky, Jarabe Muñoz, Marcos Peluffo; Adrián Kaminker, Diego Peluffo, Calenta Conti; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Javier Salorio.

Goles, en el primer tiempo: Diego Peluffo, Juan Peluffo, Emiliano Loncharich. En el segundo tiempo: Calenta Conti.

Cambios, en el primer tiempo: Francisco Augeri por Jarabe Muñoz. En el segundo tiempo: Nicolás Korn por Emiliano Loncharich.

La figura: Jarabe Muñoz.

Es cierto, Salorio lo quiere llevar de a poco y por eso no le dio demasiados minutos. También habrá alguno que diga que tiene algún kilito de más. Pero mientras estuvo en la cancha, Jarabe Román Muñoz mostró toda su jerarquía. Otro que merece una mención es Franky, que volvió a ponerse la casaca rojinegra y a deleitar con su fútbol pleno de estética. Y Rueda, claro, por el gol, por (al fin) un rendimiento aceptable, pero sobretodo porque hizo un alto en su arraigado socialismo y se compró botines nuevos.

10/8/09

Coma cuatro

Horneros llegaba a un nuevo domingo con un desafío: salir enchufado desde el principio para no volver a sufrir lo mismo que ante La Tradición. En el Reducto y contra San Diego, el equipo de Profe Salorio tenía la oportunidad de demostrar que estaba vivo.

Es cierto, las bajas eran varias (los hermanos Melamed, el Chino Santar, Matías Di Tullio) y obligaron a Salorio a cambiar nuevamente la formación inicial, echando mano a algunos regresos: el Melli Diego iba de volante por la izquierda, Calenta ocupaba uno de los dos lugares de ataque y el Negro Lombraña se ponía el buzo de arquero.

Así salió a jugar el rojinegro. Como decíamos, con la firme convicción de salir con todo y no padecer goles tempraneros que luego condicionaran el trámite. ¿Y qué pasó? Al minuto de juego, Horneros ya perdía 1-0. Sí, realmente desolador. Un centro desde la izquierda, un cabezazo de un hombre sin marca, una estirada que no alcanzó y a otra cosa. Pero eso no sería todo. Pocos minutos después, casi un calco de jugada, otro cabezazo y San Diego estaba 2-0 arriba. El rojinegro repetía sus pecados y otra vez tenía un partido cuesta arriba.

Muy golpeado en lo anímico, el local empezó a acercarse al arco rival. Como siempre, con más ganas que fútbol, con pocas ideas, pero sobre todo con mucha impotencia. Casi todas las jugadas terminaban en centros que no eran aprovechados. Hasta que el Doc recibió un lateral de espaldas al arco, aguantó, logró darse vuelta, dejó a uno en el camino, peleó con otro, se la llevó y ya pisando el área sacó un fuerte remate que se clavó a media altura. Golazo, descuento y el rojinegro otra vez entraba en partido.

En el segundo tiempo, Horneros salió a buscar el empate. Y estuvo a punto de lograrlo, con ese cabezazo de Rueda que los rivales salvaron en la línea. El equipo hacía daño por la derecha, fundamentalmente con las asociaciones de los hermanos Loncha. Zequi entraba por Calenta y empezaba a aportar su equilibrada cuota de quite y buen fútbol.

San Diego casi no inquietaba al arco de la Araña Lombraña, pero nuevamente la balanza se inclinaría del lado del visitante. Primero, Nico Loncha se fue expulsado junto a un rival luego de una reacción ante una fuerte falta. Y más tarde, llegaría la estocada final: un tiro libre desde la izquierda fue ejecutado directo al arco y la pelota se clavó en el segundo ángulo, estableciendo un 3-1 casi letal.

Los minutos restantes serían del ya clásico descontrol: un equipo jugado en ataque, algunas patadas a pura impotencia y el Negro ávido de trompear a todo el banco rival. El Colo tuvo una clara para descontar otra vez, pero su remate se fue desviado. Y en una contra, San Diego puso el 4-1 definitivo.

La derrota, esta vez sí, producía caras largas. Desánimo, frustración, impotencia: todo eso envolvía el post-partido. Horneros había llegado con la intención de demostrar que estaba vivo. Que el amor por la camiseta podía llevarlo a salir a la cancha con una actitud y una concentración tales que no le permitieran cometer los mismos errores. Pero había fallado otra vez. Se había comido cuatro. Estaba (y está) en coma cuatro. Se solicitan dadores de sangre.


Resumen del partido:

Resultado: Horneros 1 – San Diego 4

Formación inicial: Fernando Lombraña; Rodrigo Agesta, Adrián Kaminker, Juan Peluffo, Marcos Peluffo; Nicolás Loncharich, Diego Peluffo, Diego Lombraña; Nicolás Korn; Emiliano Loncharich y Calenta Conti. DT: Javier Salorio.

Gol, en el primer tiempo: Emiliano Loncharich.

Incidencias: en el segundo tiempo, expulsado Nicolás Loncharich.

Cambios, en el segundo tiempo: Zequi Rambla por Calenta Conti.

La figura: Emiliano Loncharich.

El Doc hizo todo lo que estuvo a su alcance. Aguantó muy bien la pelota, guapeó, hizo un golazo para el descuento en el primer tiempo y generó un tiro libre al borde del área en el segundo a pura garra. Bien por el Cirujano.

4/8/09

Gripe “H”: pronóstico reservado

Pasó el parate por la gripe A. Pasó el receso. Y volvió el fútbol nuestro de cada domingo. Pero cuando la redonda giró otra vez, una extraña enfermedad atacó de nuevo al equipo de La Pista y Caseros. Los expertos hablan de un brote de gripe “H” o “siesta hornereana de los primeros minutos”.

El Profe Salorio tuvo que improvisar un poco con la formación inicial que salió a la cancha para jugar con La Tradición. El Melli Negro estaba ausente por lesión, su hermano Diego cumplía fecha de suspensión y Bubu Melamed había caído presa de un malestar estomacal. El arco esta vez quedaba en las manos de Nico Loncha, que con buzo naranja muy fachero, se robó todos los flashes en la previa.

En el arranque del partido, el virus de la influenza “más que porcina, de achanchamiento súbito” se apoderó de los rojinegros. Antes de los 10 minutos del primer tiempo, Horneros ya perdía 2-0. El primero con un remate bajo de un volante sin marca que se clavó contra un palo. El segundo con una media volea de espaldas que se clavó arriba. En ambos tantos, nada que hacer para Loncha.

Y claro, pasó lo de siempre. Sin estrategias preventivas, Horneros reaccionó ante el dolor. Como un paciente enfermo, empezó a generar anticuerpos a fuerza de voluntad, a luchar en todos los sectores de la cancha. A luchar por su vida, aunque suene exagerado. Por mantenerse con vida en un encuentro que se le había presentado otra vez adverso.

Fue así que, sin un gran caudal futbolístico, los rojinegros empezaron a acercarse con peligro al arco de los locales. Mati Di Tullio puso tremendo remate en el travesaño y el Chino Santar también probó varias veces desde afuera. Pero parecía difícil llegar al descuento. Hasta que llegó un centro desde la derecha, al Colo Korn lo agarraron en el área y el árbitro sancionó el penal.

Rueda se hizo cargo de la pena máxima con un tiro fuerte y bajo. El arquero adivinó la intención, tocó la pelota, ésta dio en el palo y le quedó nuevamente al barbudo capitán, quien resolvió de forma magistral: simuló una pifia como para desparramar al guardavallas y luego definió con un toque sutil de zurda que se metió entre las piernas del engañado “1” tradicionalista. Uno de los goles más lindos de su carrera, como luego declararía ante la prensa.

Antes del fin del primer tiempo, Loncha tapó una buena y los equipos se fueron al descanso con ventaja de 2-1 para los locales. En el complemento, sería casi todo de los muchachos de Salorio, que con determinación saldrían a morder al rival y dominarían buena parte del trámite de esos últimos 45 minutos. Además, había un cambio: el Cirujano del Gol entraba por Mati Di Tullio.

Lamentablemente, todo lo que haría Horneros en voluntad y dominio no se vería cristalizado con la necesaria precisión en los últimos metros. Aunque el equipo rondó el área con peligro en numerosas oportunidades, no pudo generar situaciones claras de gol y no llegaría a modificar el marcador. Eso sí, casi todos probaron suerte, generalmente desde afuera: el Chino, Rueda, el Colo, el Cirujano, Tomi Melamed. La falta de puntería y el sólido arquero local impidieron el empate.

Del otro lado, la defensa aguantó bien las contras y Loncha respondió antes un par de tiros libres que lo vieron volar cual pájaro, aunque siempre con la elegancia acorde a su fina vestimenta. Y así se fue el encuentro, con Horneros yendo a buscar la igualdad, con los clásicos roces de un partido caliente, pero sobre todo con poco para reprocharse del lado de los rojinegros. Solamente una cosa. Algo que habrá que corregir la próxima vez. Que el remedio llegue antes que la enfermedad. Que las ganas de estar bien vivos en la cancha anticipen a la “soga al cuello”. Pronóstico reservado.


Resumen del partido:

Resultado: La Tradición 2 - Horneros 1

Formación inicial: Nicolás Loncharich; Rodrigo Agesta, Esteban Bendersky, Juan Peluffo, Marcos Peluffo; Diego Peluffo, Adrián Kaminker, Tomás Melamed; Juan Santarcangelo; Nicolás Korn y Matías Di Tullio. DT: Javier Salorio.

Gol, en el primer tiempo: Diego Peluffo.

Incidencias: en el primer tiempo, a Diego Peluffo le contuvieron un penal.

Cambios, en el segundo tiempo: Emiliano Loncharich por Matías Di Tullio.

La figura: La defensa.

Hubo rendimientos aceptables en la mayoría del equipo, pero lo mejor se vio en la defensa. La solidez de Marcos y Juan Peluffo, sobre todo. Y los avances de Rodri Agesta por la banda derecha, aunque a veces quiso gambetear desde el fondo y perdió un par de pelotas de riesgo.