8/10/18

El séptimo round

Ahí está Horneros, sentado en el rincón rojinegro, esperando el séptimo round. El Pájaro Asesino tiene el pómulo hinchado y un corte profundo en la ceja que casi no lo deja ver. La sangre brota a borbotones, corriendo por su mejilla y cayendo hasta dibujar un amplio mar rojo en la lona verde del Reducto. Vienen de pegarle feo en el quinto y en el sexto, cuatro trompadas por asalto, de esas que dejan marcas. Sin embargo, pese a las heridas y los magullones varios, Horneros ha sabido mantenerse en pie. Siempre ha sido así: un boxeador duro, macizo, tozudo; uno de esos púgiles que se ha ganado el respeto de sus rivales no por tener una técnica virtuosa, sino por su corazón enorme, su entrega infinita. Hay que pegarle mucho a Horneros para tirarlo. Pero mucho, eh... Ni te digo para noquearlo.

Ahí está Horneros, entonces, sentado en su rincón rojinegro. Mientras le susurra palabras de aliento, su entrenador le pasa crema por el rostro y le cura la herida de la ceja; de repente, la sangre deja de brotar. Luego, aprieta la botella plástica y un chorro de agua se estrella contra sus facciones, sacudiéndolo, como poniéndolo nuevamente en estado de alerta. La mirada del Pájaro Asesino cambia: se pone astuta, asesina, sedienta a pesar del cansancio y los golpes recibidos. En la otra esquina está Armenia, el rival de turno. Suena la campana. Empieza el séptimo round. Horneros salta de la silla, enérgico y decidido. A pelear, a seguir peleando.

En el comienzo, sin embargo, la cosa no se presenta fácil para el rojinegro. Los de Ingeniero Maui saben que están abajo en las tarjetas de los jueces y que tienen que recuperar algunos puntos perdidos y eso les genera cierta ansiedad. Cuesta mantener la pelota y el visitante empieza a complicar con poco, tirando bochazos largos y tratando de aprovechar las pelotas paradas. Agesta entabla una lucha titánica contra un rival impensando, enorme, todopoderoso: el sol. Decidido, el "1" sale a buscar una pelota frontal bien arriba... y el balón le termina rebotando en el estómago (1-0 para el sol). El "1" da unos pasos hacia atrás e intenta cortar un centro cruzado, pero el balón lo sobrepasa (2-0 para el sol). La escena se repite: pelota cruzada y Agesta manotea el aire de la cálida tarde hornereana (3-0 para Helios). El sol gana por goleada, pero afortunadamente no hay consecuencias para el arco local.

La más clara para el visitante llega a través de un tiro libre en el borde del área (amarilla para el talibán de la defensa): Rocha tapa el fuerte remate bajo y el propio barbudo manda el rebote al córner. Pero Horneros comienza a pisar firme la lona verde del Reducto y empieza a tirar manos que lastiman a su rival. Sin centrodelantero (Pancho Yannone de joda feliz y Peter Crouch felizmente jodido), las esperanzas ofensivas recaen en Alexis Nicolás Fernández Sassone y en Pol Rubio, secundados por Morfet y Toto, y un doble cinco con mucho juego: el regresado Bubugol y el gran Colocha Korn. Sin mucha posesión, pero con algunas buenas salidas rápidas (incluyendo un memorable slalom de Cesc Fabregas), los Pájaros Asesinos generan algunas situaciones de peligro. Y prueba Bubugol desde afuera y también lo hace Colocha y en una el arquero da rebote y Alexis casi llega para empujarla. Y Morfet aprovecha una pelota parada para meter un centro-arco venenoso y no es gol en contra gracias a una gran reacción del guardavalla visitante. Y el primer tiempo se va en cero, pero el rojinegro cada vez está más firme, convencido de poder ganarlo.

Arranca la segunda parte y los de JT-DT salen decididos a buscar los tres puntos. La pelota -ahora- circula mejor por la mitad de la cancha, pero falta claridad en los metros finales. El desnivel llega desde la derecha: lateral de Monas, devolución y el propio Dagoberto mete un centro con rosca endiablada que la defensa visitante rechaza defectuosamente. La pelota le cae redondita al impredecible Alexis, que se pone la ropa de "9" y, con gran lucidez, abre el pie derecho para colocar el balón abajo, contra un palo, imposible para el arquero de Armenia. Golazo. 1-0 para Horneros, el boxeador tozudo que siempre se mantiene de pie y que aguarda, expectante, el momento para meter una buena piña.

El gol cambia el trámite del partido. El visitante comienza a adelantarse e, inconscientemente, los de Ingeniero Maui empiezan a meterse atrás. Vuelven a llover las pelotas al área y -aunque el sol ya no es enemigo de Agesta- el "1" sufre por un cabezazo en el primer palo que está cerca de convertirse en el empate. El peligro aumenta y el "10" de Armenia logra sacar un fuerte remate desde afuera del área con destino de red, pero el gran Rocha mete sus manos salvadoras y mantiene el cero en su arco.

La cosa se pone áspera y los Pájaros Asesinos recurren a todas las armas que tienen a su alcance con tal de frenar los embates de su rival. Programado para matar, Germinator siente enseguida el llamado a la batalla: la patada que le mete al "10" se escucha hasta en la Heladería Conti y el árbitro no duda en sacarle tarjeta amarilla, la segunda para el Asesino Baby Face, que entonces debe dejar la cancha. Horneros se queda con 10. Sale Toto y entra Pusineri, el 10 que también es 3, listo para cubrir el lateral izquierdo. Pocos minutos después, el "4" de Armenia incursiona en ataque y mete una peligrosa diagonal, pero el talibán de la defensa se interpone. La pelota pasa, el jugador no. Rodilla con rodilla y se acaba el partido para ambos: el "4" sale lesionado; el barbudo, expulsado. Horneros se queda con 9. Horneros pega y resiste, siempre de pie.

Quedan pocos minutos y el visitante, con dos jugadores más, se vuelca hacia el arco del arroyo en busca del empate. Los Pájaros Asesinos multiplican los esfuerzos y mantienen la guardia bien alta, decididos a aguantar los embates. El Marisco y Colocha (devenido en segundo central) sacan todo desde arriba, Monas y Pusineri cierran filas en los laterales, Tomi Mela, el Negro Yannone, el Pol y la Garza Gurevich (recién ingresado por Morfet) combaten en la mitad de la cancha y hasta se animan a alguna contra. Dos líneas de cuatro para bancar de pie el 1-0. Y Agesta, el gran Rocha, dando seguridad y capturando cada balón aéreo que pasa cerca. Román Melamed queda inexplicablemente mano a mano, pero muerde el remate... Hubiese sido demasiada emoción para manejar...

Los ¡seis minutos! que adiciona el árbitro se consumen entre la garra hornereana y la impotencia de Armenia. Suena la campana. Horneros levanta el puño, consciente de haber sumado puntos vitales en las tarjetas de los jueces. Quedan cinco rounds, cinco batallas durísimas en la tremenda pelea por mantener la categoría. Como siempre, el rojinegro está de pie. Hay que seguir, hay que seguir.

Resumen del partido:

Horneros "F" 1 - Armenia 0

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tati Abatemarco, Juan Peluffo, Diego Peluffo, Germán Mucci; Federico Pascual; Matías Melamed, Nicolás Korn, Totó Yannone; Alexis Fernández, Pedro Mucci.

Gol, en el segundo tiempo: Alexis Fernández.

Cambios (todos en el segundo tiempo): Francisco Augeri por Totó Yannone; Tomás Melamed por Matías Melamed; Juan Yannone por Alexis Fernández; Facundo Gurevich por Federico Pascual.

Incidencias: En el segundo tiempo, fueron expulsados Germán Mucci y Diego Peluffo.