27/10/08

Sin reproches

Por Nicolás Loncharich

Simplemente les escribo para decirles que estoy triste, nada más que eso. No tengo ningún reproche ni hacia ustedes ni hacia mi. Estoy triste y tranquilo.

Ayer, cuando no podía contener mi emoción y mi tristeza, lo que les quería decir es que mis lágrimas eran sólo por eso. Di todo, desde lo profesional hasta lo personal. Siento que hice lo mejor que pude, y si no pude llevarlos por el camino de conseguir el objetivo fue porque no supe. Créanme, que si bien me duele no haberlo sabido hacer, eso no me mortifica ni me hace llorar. Me da tristeza que nos hayamos privado de la alegría de conseguir el objetivo, quería abrazarme con ustedes, con todos ustedes que confiaron tanto en mi.

Pero bueno, no se dio. El fútbol es así, y cuando uno pone tanto, el dolor por no conseguirlo es mayor. No me arrepiento de haber puesto todo y sé que ustedes tampoco. Sé que a la mayoría de ustedes le duele tanto como a mi. Pero también sé que, si tuviesen que volver a dejar todo, lo harían.

Siempre les dije que había que arriesgar, que podíamos quedarnos con las manos vacías, y que eso nos iba a doler mucho. Así fue. Duele y mucho, pero también les digo que con el tiempo el dolor va a ir pasando y quedarán guardados con más fuerza dentro nuestro, todos los momentos lindos que pasamos juntos.

Hay muchas cosas positivas para rescatar y valorar, lo que yo me llevo de ayer es el saludo de cada uno de ustedes ayer cuando se iba. Recuerdo cada abrazo y cada palabra. Eso a mi me paga todo.

Ahora, resta seguir con dignidad estas tres fechas, por respeto a todo lo que hicimos durante el año y esperando un milagro. Sigamos dsifrutando de juntarnos a jugar al fútbol. Me despido dejándoles un fuerte abrazo a cada uno de ustedes.

Nico.

Un domingo cualquiera

Era el partido clave, ese que podía definir el destino de Horneros en la máxima categoría. Por eso, el Profe Loncha apeló a todo tipo de artilugios motivacionales: extractos de emotivas palabras de jugadores rojinegros, algunas molestas palabras de los muchachos de Indio Cúa y un video de Un domingo cualquiera, aquella película de Oliver Stone en la que Al Pacino levanta a su equipo de fútbol americano con un encendido discurso (recurso que supo utilizar el Cholo Simeone antes del recordado clásico que Estudiantes le ganó a Gimnasia por 7-0).

Bajo un intenso calor, arrancó el partido en el Reducto. La cosa empezó pareja, aunque a Horneros le costaba mucho tener la pelota y debía hacer mucho gasto físico para controlar a los peligrosos delanteros rivales. La primera clara la tuvo el Melli Diego frente a frente con el arquero, quien metió el manotazo justo para mandar la pelota por arriba del travesaño. Del otro lado, el otro travesaño devolvía un remate que Rodri sólo había atinado a mirar.

La apertura del marcador llegó de forma casi insólita. Juancho ejecutó al arco un tiro libre desde atrás de la mitad de la cancha, el arquero de Indio Cúa dudó y la tuvo que ir a buscar al fondo de la red. Festejo apretado de Horneros, que conseguía un paso importante: empezar ganando. Pero seguía faltando mayor dominio del trámite y el visitante empezó a venirse con todo.

Ahí apareció la figura de Agesta, siempre rápido para salir y atorar, sumado a las piernas de los defensores que siempre llegaban en el momento justo para evitar los remates con destino de red. El rojinegro se aferraba a la ventaja y hasta pudo haber aumentado, cuando el Bufo quedó mano a mano, la picó de zurda y la pelota dio en el palo derecho.

En el segundo tiempo, la premisa era jugar con la desesperación de Indio Cúa, pero todo se iría desmoronando rápidamente. A los cinco minutos, el rápido "16" elaboró una buena pared y, solo ante Rodri, definió con clase. El excesivo festejo con puteada y "Topo Gigio" irritó a los rojinegros, pero el árbitro no sancionó la provocación del delantero visitante. El 1-1 era un duro golpe, pero todavia faltaba muchísimo.

Sin embargo, poco después llegaría el segundo, esta vez por un doble error defensivo. Agesta la gritó suya en un bochazo cruzado, el Melli Negro devolvió de cabeza hacia el medio, un delantero rival recogió el rebote, amagó un par de veces y remató al arco: el balón fue cerca de la posición del guardavalla hornereano, que alcanzó a manotearla, pero luego no tuvo reacción y sólo pudo ver cómo el esférico entraba mansito y establecía el 2-1. Durísimo.

A partir de ahí, ya no hubo respuesta. Salió el Negro Lombraña, quedaron tres en el fondo y Horneros intentó dar vuelta el partido, pero no hubo reacción física ni anímica. Indio Cúa hacía lo que quería cuando atacaba y así llegarían el tercero, el cuarto (increíble blooper Juancho-Rueda-Juancho) y el quinto para el definitivo 5-1. El sueño de una tarde gloriosa se desmoronaba estrepitósamente y sin consuelo.

Y llegó el final (¿el final?). Bronca, tristeza, vergüenza, todo junto. Las genuinas lágrimas del DT, ratificando y honrando nuevamente el sentimiento hornereano, ese que -de verdad- nunca muere. El sentimiento por la camiseta rojinegra, ese que está en las buenas y en las malas. Ese acompañamiento "terapéutico" que varios hicieron atrás de la sede, prolongando el adiós y la depresión dominguera post-derrota, sabiendo que juntos todo se soporta mucho mejor. Y confirmando que, más allá de los resultados, este año el equipo ganó mucho.

Resumen del partido:

Resultado: Horneros 1 - Indio Cúa 5

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Adrián Kaminker, Diego Peluffo, Francisco Augeri; Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Gol, primer tiempo: Juan Peluffo.

Cambios: Federico Pérez Acquisto por Fernando Lombraña; Tomás Sirvarjer por Tomás Melamed.

La figura: No hubo.

24/10/08

Este domingo nos jugamos todo

Por Francisco "Pusineri" Augeri

Este domingo nos jugamos todo. Ustedes saben bien que, si perdemos, los 21 goles que hicimos no sirven de nada, las 500 atajadas de Rodri, los 74 entrenamientos que pasaron, tampoco sirven de nada, el frío que sufrimos, los cumpleaños a los que no asistimos, las discusiones familiares, los almuerzos relámpago, todo eso no servirá de nada. Por esto y por nosotros, este domingo tenemos que GANAR!!

Que amamos la camiseta, que amamos al club, que somos un equipo que se divierte jugando, todo eso ya lo sabemos, ahora es tiempo de otra cosa. Ahora es el momento de transpirar la camiseta por el resultado mismo, sin importar la calidad de juego.

Ya sabemos que ni Carlitos, ni Jona, ni Lean van a aparecen para salvarnos, nos tenemos a los mismos 11 de siempre y estoy seguro que para este domingo, sobra.

Hay muchos que nos critican, algunos desde el retiro, otros sin nunca haber tocado una pelota de fútbol, y hasta nos han bautizado “muertos”. A ellos tenemos que dedicarles este domingo todos juntos el triunfo al ritmo de: "Es para vos , es para vos… che ROLI puto, la puta que te parió!!!!!"

9/10/08

A catorce años de aquel gol de Ano a Praderas

Por Diego Slonimsqui (Cucharita)*

“Si en la historia de la humanidad hay un antes y un después de Cristo, en la historia de Horneros campeón hay un antes y un después de este día”.

9 de octubre de 1994 / Las Praderas 0 – Horneros 1


Cuarenta y cuatro minutos del segundo tiempo. Todo Horneros miraba el reloj apurando los últimos segundos. Todos menos él, que a pesar de haber sufrido un calambre, retornó al campo de juego para mostrarnos que aún tenía guardado su as en la manga.

Tomó el balón cruzando la raya central y aceleró dejando en el camino a un defensor. Luego, en un abrir y cerrar de ojos, estaba cara a cara con el arquero. Y ahí sí, se hizo el milagro, los cielos se estremecieron y un haz de luz divina le iluminó el rostro. Definió cruzado o tal vez al primer palo (a quién le importa). Éxtasis, alegría infinita. Barrilete cósmico, de qué planeta viniste?. Gracias Ano, jamás lo olvidaremos.

* Publicado en “Horneros Campeón ’94”

Nota de la redacción:

Aquel fue el año del debut de Horneros en los torneos de la Asociación Intercountry de Fútbol Zona Norte, en la categoría Selección. El equipo fue autorizado a ingresar directamente en la segunda mitad del año, adjudicándose en forma invicta el Campeonato Clausura de la “B” y consiguiendo el ascenso a la “A”. El título llegó luego de aquella recordada final contra Campo Chico (ganador del Apertura). Fue goleada 6-2 para el rojinegro en cancha de Aranzazu (Tewel hizo uno desde los doce pasos, sí, sí, pateaba penales…), pero esa es otra historia…

6/10/08

Y al tercer domingo, el arco se volvió a cerrar

Clima de final. Horneros venía de dos victorias consecutivas y sabía que ganándole a Aranjuez daba un gran paso para cumplir el objetivo de quedarse en la “A”. Por eso, Juancho, Totono y el Negro Lombraña convencían a sus músculos y se metían en la cancha igual. Por eso, el Escandinavo se embarcaba en una verdadera odisea con tal de ponerse la rojinegra en una jornada clave.

Lo de Café, Café Kaminker merece un párrafo aparte, porque llevó a cabo una verdadera “locura” que pocos se animarían a concretar y que honra con su fidelidad el espíritu y la mística hornereana. Luego de cumplir con sus obligaciones cordilleranas, abandonó la plácida San Martín de los Andes antes de lo pactado, se tomó un bondi a Neuquén y de allí voló a Aeroparque para llegar a tiempo al duelo con Aranjuez (un sacrificio que también lo obligó a desembolsar una buena cantidad de dinero). Aplauso cerrado para él.
Y llegó el momento del partido. Y aunque el Profe Loncha había vuelto a inculcar la fórmula de “mantener el cero”, Horneros durmió en el inicio y el “9” la mandó a guardar. Había que volver a remar desde atrás, como en tantos encuentros durante la primera parte de este año, algo que ya parecía desterrado. A partir de allí, el rojinegro empezó a aceitar su funcionamiento y a crear peligro en el arco de enfrente.

Bubu tenía ciertas libertades por izquierda y fue por allí que llegaron las mejores situaciones. Precisamente, fue el jugador más joven del plantel quien estuvo cerca de empatar, pero su remate de sobrepique se fue por arriba del travesaño. Además, una gran jugada con toques entre varios hornereanos terminó con el Doc mano a mano con el arquero, aunque su remate se fue desviado. Esas fueron las más claras, pero también hubo varios acercamientos peligrosos y un neto dominio del trámite.

Como siempre, Totono deleitó a la tribuna con un par de lujos. El primero, un taco infructuoso apenas comenzado el partido que generó murmullos en la hinchada, pero luego sació el exigente paladar futbolístico rojinegro: toque por un lado para ir a buscarla por el otro, con sombrerito al rival. Directo al ranking lírico.

En el segundo tiempo, más de lo mismo: Horneros yendo al ataque y Aranjuez aguantando como podía con la solvencia aérea de su número “14” (impasable de arriba, le salieron chichones de tanto cabecear) y las innumerables patadas del pelicorto “7”, que se cansó de pegar con la complicidad de un árbitro demasiado permisivo a la hora de sancionar las faltas.

Es cierto, el Club de los Once iba con más ganas que fútbol y se repetía en los centros, un arma que era fácilmente desarticulada por el lungo central amarillo. Así y todo, el rojinegro pudo haber llegado el empate gracias a un córner casi olímpico de Bubu, un tiro libre de Franky que dio en la barrera y una chilena del Melli Diego (llegaba el Escandinavo de frente) que se fue por arriba. Pero no hubo jugadas claras: los bochazos se repitieron hasta el minuto 93, siempre con el mismo (escaso) resultado.

Entre la impotencia hornereana y la mezquina conformidad del local, se fue el partido con aquel 1-0 que nunca se modificó. Aranjuez festejó una victoria clave y Horneros se fue sabiendo que dejó pasar una buena oportunidad, aunque todavía queda mucho por jugar y las esperanzas no son pocas. Se vienen otras cuatro finales y el equipo ya demostró que tiene armas para ganarle a cualquiera. Que así sea.

Resumen del partido:

Resultado: Aranjuez 1 – Horneros 0

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Federico Pérez Acquisto, Adrián Kaminker, Francisco Augeri, Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Cambios, en el segundo tiempo: Tomás Sirvarjer por Federico Pérez Acquisto y Fernando Lía por Francisco Augeri.

La figura: No hubo un gran destacado, pero hay que remarcar otra vez el rendimiento del Negro Lombraña y el Bufo en defensa, lidiando con delanteros potentes. El Doc también tuvo un buen partido, aguantando muchas pelotas, aunque le faltó el gol y descargar más rápido cuando está de espaldas.

3/10/08

Un arquerazo (y no sólo para la foto)

Toda la plasticidad de Rodrigo Agesta, el "1" de Horneros

Incrédulo, Fefé admira la estirada del guardameta rojinegro

Un paso al frente y las manos firmes para desviar el balón

Por abajo, Agesta también responde bien. Una garantía.