24/11/08

La “Araña” es escorpión, el DT ya no lo es más

Última fecha. Horneros llegaba al partido con Mapuche Azul con el descenso ya bien digerido y muchas ganas de entrarle a un tremendo asado que se prometía para la noche dominguera. Pero la tarde traería sorpresas, dentro y fuera de la cancha. Jugadas mágicas y malas noticias, caras alegres y tristes, comedia y tragedia, como en el teatro, como en la vida.

El Club de los Once salió a la cancha con el manual para días calurosos: control de pelota, toque fácil, ahorro de energías y ritmo cadencioso hasta encontrar el espacio para lastimar. Por eso, el rojinegro dominó el trámite desde el principio y sorprendió a un equipo local que tampoco estaba dispuesto a arriesgar demasiado (con un empate se quedaba en la “A”).

La llegada más clara para Horneros estuvo en los pies del Doc Loncharich. Mano a mano con el arquero, el Cirujano la empaló con su zurda “quirúrgica” y la pelota se fue rozando el palo (si operara como define, el Doc ya tendría varios juicios por mala praxis). Después, una volea “tremenda” de Franky y un par de tiros “furibundos” del Melli y Bubu que hasta le dieron tiempo al arquero de tomar un poco de agua de su rústico termo.

Pero lo mejor llegaría en el segundo tiempo, luego de los cambios posicionales que el Profe Loncha tanto había anunciado: la Araña al arco, Rodri de enganche, Bubu y el Melli a marcar en el fondo. Si alguien esperaba la debacle, se equivocó: el rojinegro siguió haciendo control de pelota y –aunque pasó más de un sofocón- el marcador no se movería del cero.

Y llegó la jugada más espectacular del partido, esa que hará que en el futuro muchos digan: “Yo estuve esa tarde en Mapuche”. Los padres le contarán a sus hijos y estos a sus hijos y así irá pasando de generación en generación la historia de aquella tarde en la que la Fernando La Araña Lombraña tiró un “escorpión rastrero” cuando ya su valla parecía vencida.

Centro desde la derecha. El peligroso “9” local se eleva y saca un cabezazo lento pero bien colocado. El Negro se estira y alcanza a rozar el balón. La pelota da en el palo y enfila hacia la línea de cal. Parece que se va a meter, pero en una reacción absolutamente arácnida, el “1” rojinegro le mete un suelazo desde el piso al mejor estilo René Higuita (aunque con unos rulos menos). ¡Paradónnnn!, dirían en México. Pero la cosa no termina ahí. El arquero hornereano se levanta y con una sonrisa de oreja a oreja grita: “¡¿Nico, viste lo qué hice!?”. Histórico.

Mapuche tuvo un par más pero no logró concretar, Horneros mantuvo el toque pero casi no generó peligro en el arco rival. Rodri y el Escandi hicieron algunos movimientos interesantes y dejaron promesas para el año que viene. El local se conformó con el empate, el árbitro pidió un pulmotor y el partido se fue diluyendo para quedar en el 0-0 final.

Y el final vino con una sorpresa. Tremenda sorpresa. El Profe Loncha pidió la palabra y dijo lo que había madurado en su cabeza y pocos esperaban. Habló hasta donde pudo, porque nuevamente las lágrimas le impidieron seguir. Precisamente, dijo que no iba a seguir al frente del equipo. Y el plantel, ese Club de los Once que siempre estuvo junto a su conductor, se quedó en el más absoluto silencio. El DT dio sus razones y luego fue el tiempo de los abrazos. El final del campeonato traía otro final, mucho más duro aún de digerir. Por suerte, más tarde llegaría el asado, mezcla de festejo y despedida. Y Horneros volvió a demostrar que, a pesar del descenso y los retiros inesperados, en 2008 ganó mucho: consiguió un grupo que se divierte en las buenas y en las malas. Felicitaciones a todos.

Resumen del partido:

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Adrián Kaminker, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Francisco Augeri, Fernando Lía, Tomás Melamed, Diego Peluffo, Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Resultado: Mapuche Azul 0 - Horneros 0

Cambios (posicionales): Fernando Lombraña (arco); Rodri Agesta (enganche); Adrián Kaminker (delantero), Bubu Melamed (defensor central), Diego Lombraña (defensor).

La figura: Fernando Lombraña. Sólido cuando tuvo que defender, mantuvo la valla invicta en el segundo tiempo y dejó un escorpión “rastrero” que dejará su sello por varios años en la máxima categoría.

17/11/08

Un partido especial, un empate desopilante

Era una tarde especial. Horneros ya estaba descendido, pero en la previa del partido ante Armenia la noticia sacudió al plantel: aquel sería el último encuentro en el Reducto de Francisco Pusineri Augeri. Las lágrimas que asomaban por los ojos de uno de los referentes del equipo decían mucho más que aquellas palabras que por algún motivo no podían salir de su boca. Simplemente, el sentimiento rojinegro.

Así salió a jugar Horneros: con la emoción encima, pero también con muchas ganas de disfrutar un domingo de fútbol y despedirse de su casa con una victoria. Y las cosas no le salieron nada mal a los del Profe Loncha, aunque el partido tendría un condimento extra: una actuación lamentable y desopilante a la vez del árbitro, que no pegó una en toda la tarde y a veces hasta pareció cobrar con mala intención.

En el primer tiempo, le costó un poco acomodarse a las marcas al rojinegro, pero luego logró neutralizar al hábil “20” y las acciones se emparejaron. Para destacar los quince minutos iniciales de Totono Pérez, dando pases con la canilla y habilitando siempre a los rivales. La magia aparecería en el segundo tiempo con un caño es-pec-ta-cu-lar que se llevó un “10” y le valió al Narigón el primer puesto del ranking lírico.

Fue el propio Totono el que gestó la jugada del primer gol de Horneros, a través de un buen quite en tres cuartos de cancha que derivó para Franky. En su despedida, Pusineri metió un gran roscazo al segundo palo y allí apareció Bubu para poner el 1-0 para el local. Golazo y todos a abrazar al clon de Quintanita.

El rojinegro se fue al descanso con la victoria parcial. En la segunda parte, el cansancio hizo que el equipo se tirara un poco atrás, pero los rivales seguían estando bien controlados. El contraataque se ofrecía como una opción tentadora, aunque faltaba precisión para dar la estocada final. Y comenzó el show del árbitro…

En realidad, ya había empezado en el primer tiempo, con un planchazo terrible a Rueda (ni siquiera cobró foul!) y una amarilla a Totono por gritarse a sí mismo, consciente de la espantosa tardecita que estaba teniendo. Además, todas las divididas eran para Armenia.

En el segundo, directamente se inventó un reglamento, como cuando sólo le sacó amarilla al “20” por una agresión sin pelota al Escandinavo. Increíble. Mientras tanto, seguía sacando amarillas a los rojinegros por protestas leves. Y se ponía quisquilloso para marcar faltas cuando eran a favor del visitante. Verdaderamente, parecía un chiste (ni que hablar de la torpe actuación del “4” en el área que despertó sonrisas en propios y ajenos).

En el juego, Armenia se quedó con diez jugadores por lesión, pero igual logró llegar al empate. El “20” conectó fuerte de volea un centro pasado, Agesta logró rozarla y la pelota dio en el palo, pero el rebote le cayó a uno de los de azul y ni Fefé ni el arquero pudieron evitar el 1-1 que sería final.

Horneros empujó, pero no pudo llevarse los tres puntos. El equipo se fue tranquilo por lo hecho dentro del campo de juego, triste por la noticia de Pusineri y extrañamente alegre por haber presenciado hechos inauditos que no se dan siempre en una cancha de fútbol. Sin dudas, fue un partido muy especial y una tarde desopilante.

Resumen del partido:

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Adrián Kaminker, Juan Peluffo, Fernando Lombraña; Francisco Augeri, Fernando Lía, Diego Peluffo, Federico Pérez Acquisto, Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Resultado: Horneros 1 – Armenia 1

Gol, en el primer tiempo: Bubu Melamed.

La figura: Franky Augeri. Por el centro del primer gol y por factores subjetivos a los que este cronista se rinde por completo.

4/11/08

Siamo (casi) fuori

Horneros llegaba con una tenue esperanza al partido contra Mapuche Celeste, líder del torneo por la Permanencia. Luego de la dura derrota ante Indio Cuá, sólo quedaba ganar para mantener encendida la ilusión de seguir en la “A”. Por eso, el Profe Loncha puso al mejor equipo que tenía para la ocasión y la Araña Lombraña se hizo dueño de los tres palos rojinegros.

Mientras Franky Augeri, el Doc Loncharich y Rodri Agesta tomaban un daikiri de durazno y jugaban al backgammon en Solanas, la Araña se mataba entrenando con un sparring de lujo: su hermano Diego, un goleador temible. Dicen que el “Pepe” Sand lo mató a pelotazos en la exigente práctica y el “1” llegó algo falto de confianza al decisivo encuentro con Mapuche.

El Profe también se vio obligado a poner a Café Café Kaminker como segundo marcador central, mientras que en el medio armó un “doble cinco etílico” con Rueda y Totono Pérez, dos jugadores que hablan el mismo idioma dentro de la cancha: el del vino tinto. Por el carril izquierdo, apostó por el ida y vuelta de Bubu, y por el izquierdo, por la ida de Fefé. Arriba, Tomi Sirvarjer tenía su oportunidad junto al Melli Diego. Para los cambios, toda la explosión del Chapulín y Jesús.

Así salió Horneros a jugar el trascendental choque. Y no lo hizo nada mal: el rojinegro logró el dominio de la pelota en varios pasajes de aquel primer tiempo, aunque faltaba tranquilidad y profundidad en los últimos metros. Totono entró al “Lírico” con el primer taco exitoso de todo el torneo y en el arco la Araña respondía cada vez que se lo necesitaba.

Pero llegó una desafortunada jugada y Mapuche encontró el 1-0. Un centro desde la izquierda tomó una extraña parábola y se le metió atrás al fenomenal golero rojinegro. Palo y adentro, imposible para el “1”, que igual se adjudicó responsabilidad en el tanto. Sin embargo, el trámite no cambió y Horneros seguía teniendo la pelota. Claro, tampoco se generaba mucho peligro en el arco de enfrente: tan solo un tiro libre que desperdició Bubu y otros tibios intentos que no terminaron en nada.

En el segundo tiempo, la cosa se puso más complicada cuando Juancho dudó en una salida desde el fondo, tropezó, perdió la pelota y la jugada terminó en el segundo gol de Mapuche. Horneros siguió intentando, el local se quedó con diez y Bubu metió el descuento con un derechazo tremendo desde afuera del área. Golazo y esperanza.

La ilusión de la remontada no duró mucho. En una jugada dudosa (pareció que la pelota se había ido al lateral) llegó el 3-1 y más tarde llegaría también el cuarto. El rojinegro siguió yendo y luchando hasta el final, buscando entrar por todos los medios y chocando con sus propias limitaciones a la hora de la creación.

Con el pitazo final, pareció terminar el sueño de Horneros en la “A”, aunque queda una remotísima posibilidad matemática. En los dos partidos que quedan, los muchachos del Profe Loncha saldrán a homenajear a la camiseta, a sus compañeros, a este maravilloso grupo. Y a disfrutar del deporte más hermoso del mundo, claro. Mientras tanto, Totono ya prepara los festejos de fin de año.

Resumen del partido:

Formación inicial: Fernando Lombraña; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Adrián Kaminker, Marcos Peluffo; Fernando Lía, Diego Peluffo, Federico Pérez Acquisto, Bubu Melamed; Tomás Sirvarjer y Diego Lombraña. DT: Nicolás Loncharich.

Resultado: Mapuche Celeste 4 – Los Horneros 1

Gol, en el segundo tiempo: Bubu Melamed

Cambios, en el segundo tiempo: Chapulín por Fernando Lía; Matías Di Tullio por Tomás Melamed.

La figura: la Araña Lombraña. Por actitud, buena pilcha, entrenamiento previo y un aceptable rendimiento en la cancha.