29/5/08

Más que un equipo, una familia

Por Diego Lombraña

La verdad es que cuando me propuse escribir la columna, creí que no me sería sencillo encontrar las palabras adecuadas para expresar mis sentimientos hacia cada uno de ustedes y hacia este equipo, sumado a la difícil situación que debemos afrontar esta semana.

Pero, realmente las últimas palabras del DT me hicieron entender que cada fracaso supone un capítulo más en la historia de nuestras vidas y una lección que nos ayuda a crecer. No debemos desanimarnos por los fracasos. Sino que debemos aprender de ellos, y seguir adelante, ya que la grandeza de un equipo no radica en nunca fallar sino en nunca darse por vencido, y ese es un atributo que en nuestro equipo no escasea, ya que lo que nos sobra es corazón, ese corazón que se ve reflejado en seguir corriendo cuando las piernas no responden, seguir intentando cuando los goles no aparecen, es esa palabra de aliento de Rueda pidiendo un poco más, es el esfuerzo de aquellos que están afuera esperando entrar para poder ayudar, es la garra del Doc que aún con un dolor que lo aqueja hace fechas hay que pegarle un tiro para sacarlo de la cancha, es ver al Bufo correr sin parar como si la espalda no le doliera, es verlo a Rodri seguir defendiendo el arco con alma y vida aún cuando el partido ya estaba perdido y así podemos seguir mencionando muchos otro ejemplos más.

Yo no puedo asegurar cuál va a ser nuestro futuro, decir que de esta manera vamos a salir campeones o no, pero de lo que si estoy seguro es que cuando lleguemos al final del camino nadie va a poder negar que este equipo luchó hasta el final, haciendo aquello que amamos y que es parte de nuestras vidas, EL FUTBOL.

Por último, quiero que sepan que, si bien como en todo grupo, uno puede tener más afinidad con uno que con otro, seguramente por cuestiones de edad y por maneras de pensar, ustedes son más que un equipo para mi, son una familia, que me supo ayudar en los momentos difíciles de la vida (fuera del ámbito del fútbol) y de los cuales siempre recibí un consejo o una palabra de aliento cuando lo necesité. Sepan que pueden contar conmigo para lo que necesiten y sigamos para adelante.

El Gordo (pero con cariño)

26/5/08

Qué tragedia…

Hubo traje, sí. El técnico cumplió su sanción y se vistió de gala, aunque esta vez no habría mucho para festejar… Ante Cuba Fátima, un Horneros envalentonado por el 2-1 ante Mapuche Celeste, buscaba su primera victoria como local en el campeonato, una verdadera deuda con el mítico Reducto.

Había confianza en los rostros de los jugadores rojinegros y en el comienzo del partido eso se notó. Aunque el visitante demostraba tener buenas armas, Horneros planteó un partido parejo en el inicio de las acciones y por momentos pudo tener el dominio de la pelota y acercarse hasta el arco rival.

Pero Cuba era más preciso y rápido en la circulación del balón. Llegó un pelotazo a espaldas de los centrales, Agesta tapó ante un delantero rival, pero en el rebote le cometió penal a otro que llegaba desde atrás. Ejecución fuerte al medio y gol. Los muchachos del Profe Loncha arrancaban abajo otra vez.

Sin embargo, en esta oportunidad no habría reacción alguna. A partir de allí, fue todo de Cuba, que seguiría golpeando y muy duro. Otro pelotazo cruzado de 50 metros encontró mal parados a los rojinegros, que se quedaron protestando un offside inexistente y las cosas se pusieron 0-2. Antes del final del primer tiempo, cayó el tercero. Todo era desconcierto para los locales (y alguna patada de más, producto de la impotencia).

En el entretiempo, hubo palabras de aliento y todos concordaron: todavía faltaba mucho y se podía ensayar una remontada histórica. Pero a poco de iniciada la segunda etapa, el visitante golpeó otra vez y dejó cerca del knock out a los hornereanos. El 0-4 ponía las cosas mucho más difíciles. Ni que hablar cuando llegó el quinto, luego de una siesta imperdonable a la salida de un corner.

El partido ya estaba liquidado, pero todavía quedaban varios minutos por delante. Pudo haber descontado Franky de penal, pero cayó preso del "síndrome Aureliano Torres" y su remate se fue desviado. Cuba castigó con un sexto y hasta un séptimo tanto. Una tarde que invitaba a soñar se había convertido en una pesadilla interminable y la vergüenza se apoderaba de algunos espíritus rojinegros.

Llegó por fin el silbatazo final. Cabezas gachas, miradas perdidas buscando una explicación, desconsuelo total. El empilchado DT juntó a todo el equipo y fue muy crítico, aunque llamó a volverse fuertes a partir de la dura derrota. Muy dura, por cierto. Qué tragedia, Profe…

Resumen del partido:

Resultado: Los Horneros 0 – Cuba Fátima 7

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Marcos Peluffo, Mariano Tewel; Francisco Augeri, Fernando Lía, Diego Peluffo, Bubu Melamed; Leandro Korn y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Cambios: Zequi Rambla por Fernando Lía; Adrián Kaminker por Mariano Tewel; Diego Lombraña por Tomás Melamed.

La figura: Claro, un 0-7 no invita a destacar a algún jugador en particular, pero quizás puede volver a remarcarse lo del Bufo, que siguió corriendo incansablemente ante cada avance rival.

22/5/08

Leones, compañeros, amigos

Por Fernando Lombraña

El domingo, desde afuera, con el dolor de no poder estar junto a ustedes adentro de la cancha (igual que el Escandinavo que parecía un león enjaulado), me di cuenta de lo que es este equipo y de que a pesar de no tener individualidades espectaculares, tenemos lo que ningún otro equipo tiene..., que es un grupo de leones que se mataron por ayudar al compañero, que se ahogaron por llegar a la última pelota antes de que termine el partido, que transpiraron la gloriosa negra por dar vuelta algo que parecía imposible, que demostraron porque merecían estar todos adentro de la cancha.

Fueron cada uno de ustedes y sus compañeros los que dejaron sin palabras a todos los viejos dinosaurios propietarios de Mapuche que desde el otro lado de la línea de cal no podían entender cómo podían estar paseando a su mejor equipo de la A. Fueron ustedes, los 14 que jugaron y el DT, los que hicieron que el famoso número 20 pareciera el Cucurucho Silvani. Y aunque a veces me ría de los delanteros, quiero rescatar que fueron fundamentales por el sacrificio y la entrega que pusieron en cada pelota desde el primer minuto..., porque lo que no tenemos de fútbol en algunos momentos lo reemplazamos con mucho huevo y con esas ganas locas de ayudar a nuestros compañeros.

La realidad es que ese sentimiento de compañerismo se vio plasmado adentro de la cancha el domingo 18 y acuérdense de esta fecha..., porque es el día en que Horneros demostró que es de la A y que se va a deslomar por dejar escrito en el libro de las grandes hazañas del country que se piensa quedar por muchos años más.

Con mucho orgullo me despido y les garantizo que si en algún momento del partido se sienten solos levanten la cabeza y se van a dar cuenta que al lado suyo hay 10 LEONES, COMPAÑEROS y AMIGOS, cantando y soñando con ustedes, que se van a matar por darles esa mano que tanto necesitan, aunque los pulmones no den, aunque las piernas no respondan, porque lo que nunca va a pasar es que ese sentimiento del corazón por los Horneros se apague.

POR ESO MISMO, YO SE MUY BIEN QUE LOS TENGO, QUE QUIERO CANTAR SUS CANCIONES, VIVIR A SU LADO, QUEMARME EN SU FUEGO (PASIÓN), Y SE QUE NO PUEDO CANTAR SI NO CANTO CON USTEDES, NO PUEDO SEGUIR SI NO SIGO CON USTEDES, NO PUEDO SOÑAR SI NO SUEÑO CON USTEDES... POR ESO PREGUNTO, DONDE ESTAN MIS COMPAÑEROS: Y LA RESPUESTA ES QUE LOS TENGO TODOS LOS DOMINGOS ADENTRO DE LA CANCHA Y EN LOS ENTRENAMIENTOS...

HORNEROS FUE, ES Y SERA DE LA A...

20/5/08

Ahora sí, empezó el campeonato

Por Nicolás Loncharich

El domingo en la charla técnica quizás alguno quedó un poco desconcertado porque la terminé abruptamente. En el momento no lo pude explicar, pero ahora que pasó un poco el tiempo quiero decirles qué fue lo que pasó.

El sábado a la noche y el domingo a la mañana me tocó acompañar a un amigo en un momento difícil que le tocó vivir. El domingo al mediodía, al despedirme de él, me abrazó muy fuerte y me agradeció el estar presente en ese momento tan feo. En ese instante, sentí que nuestra amistad había crecido mucho. Sentí que de ahora en más había algo más fuerte que nos unía. El domingo, confirmé que transitar momentos difíciles hacen crecer a uno como persona y cualquier vínculo que uno pueda tener.

Ahora, ustedes se estarán preguntando qué tiene que ver esto con el fútbol y por qué no lo conté. Bueno, es que cuando empecé a contarlo me di cuenta que todavía estaba "afectado" y que sinceramente no iba a poder contener la emoción, por eso preferí frenar, ¡ya bastante vergüenza voy a pasar el domingo que viene con el traje!

¿Y con el fútbol qué tiene que ver? Puede ser que no mucho. Pero el domingo, al ver otra vez que éramos 16 (contando a Adri y al Negro que no podían jugar) me di cuenta que este grupo también está en la mala. Me di cuenta que este grupo está formado por verdaderos hombres que en los momentos difíciles aparecen. Me llena de orgullo estar al frente de un equipo así. Me llena de orgullo los huevos que pusieron. Me llenó de orgullo escuchar a nuestro capitán gritando y suplicando un esfuerzo más. Me llenó de orgullo ese abrazo final.

En nombre del equipo, gracias a todos por el compromiso, gracias a todos por la valentía. No fueron tres puntos nada más. El domingo, ganamos muchas cosas más. Siempre recuerden que de este lado hay alguien que está ORGULLOSO de ustedes. Ojalá sigamos así. Sólo dependen de ustedes. Ojalá no se defrauden nunca, porque hoy estoy seguro que cada uno de ustedes siente orgullo de los compañeros que tiene.

Les mando un abrazo a todos y ahora sí empezó el campeonato para nosotros.

Puso primera

Quinta fecha. La sequía de triunfos empezaba a impacientar a los jugadores y el cuerpo técnico de Los Horneros, que ante Mapuche Celeste, campeón de la “B” en 2007, querían sumar de a tres por primera vez en el torneo. Era una especie de final ante un rival conocido.

En la charla previa, el Profe Loncharich vuelve a marcar la importancia de meter mucha actitud desde el minuto cero hasta el noventa y despacha una tremenda profecía –quizás inspirada por la fuerza de los genes-: “Emiliano hoy va a hacer un gol”. Hubo risas y algunas miradas incrédulas, pero el goleador del bisturí tendría la última palabra.

Después de un saludo muy profesional, con formaciones alineadas y todo (aunque sin flashes), arrancó el partido. Por fin, Horneros pudo hacerse dueño de las acciones desde el comienzo y empezó a manejar la pelota mejor que su rival, cuenta pendiente en este torneo. El Doc tuvo una, pero no pudo definir ante el arco de Mapuche. Y en casi la primera aproximación que tuvo hacia la valla de Agesta, el local aprovechó una breve “siesta” rojinegra para ponerse 1-0 arriba.

A remar otra vez. La frustración volvía a invadir al equipo de Ingeniero Maschwitz, que se veía obligado nuevamente a correr desde atrás en el marcador. Encima, Rueda se deglutió una inmejorable ocasión de gol luego que el Doc bajara una pelota de cabeza. El balón le quedó picando al borde del área chica y el capitán demostró que lo de Armenia no fue casualidad: le pegó de la misma manera, pero esta vez la mandó a la luna, claro.

Loncha pegó un par de gritos en el entretiempo y Horneros volvió a adueñarse del trámite del encuentro en el complemento. Sin embargo, faltaba claridad y la igualdad tardaba en llegar. Franky exigió al arquero en un tiro libre cerca del área, pero no abundaban las situaciones de riesgo. En el fondo, a defender con tres y empezar a tomar riesgos, pero el Bufo tenía una gran tarde y con su hermano menor resolvían los eventuales avances del Celeste.

Y llegó el empate. Un centro cruzado desde la derecha los pasó a todos y apareció el Doc, que comprobando el vaticinio del Profe Lonchadamus, la mandó a guardar con suspenso (la pelota pegó en el travesaño y picó cerca de la línea). Por supuesto, hubo festejo loco con el DT: el cirujano mojaba por primera vez en el torneo y rompía una racha de varios partidos sin convertir.

El 1-1 ponía algo de justicia en el marcador, pero Horneros era consciente que tenía que ir a buscar un poco más. Así, llegó otro balón cruzado y esta vez el ingresado Gandhi Korn acomodó su larga columna vertebral y sacó un zurdazo mordido que terminó en el fondo de la red. El rojinegro lo daba vuelta, aunque todavía quedaban varios minutos por delante.

Mapuche intentó acercarse al arco de Agesta, pero Horneros sacó a relucir su temple y no pasó demasiados sobresaltos. Pudo incluso haberlo liquidado con algún gol más, pero una vez el Doc se quedó sin nafta y en otra Bubu se la tiró larga a Zequi. Llegó el silbatazo final y los puños apretados del visitante. Abrazos. Sonrisas. Aplausos cerca del banco. Era el primer triunfo del torneo y el técnico ya empezaba a pensar en el color de la corbata para el próximo partido...

Resumen del partido:

Resultado: Mapuche Celeste 1 – Los Horneros 2

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Marcos Peluffo, Mariano Tewel; Francisco Augeri, Fernando Lía, Diego Peluffo, Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Goles: Emiliano Loncharich y Leandro Korn.

Cambios: Zequi Rambla por Fernando Lía; Leandro Korn por Mariano Tewel; Matías Ditullio por Diego Lombraña.

La figura: Marcos Peluffo

El Bufo se sacó la mano de la cintura y demostró que los años no pesan. Marcó, anticipó y corrió incansablemente, incluso cuando hubo que defender con tres. El Roberto Carlos de Horneros está vigente.

15/5/08

Ser hornereano

Por Esteban Bendersky

Si hay algo que no se puede explicar, eso es el sentimiento. Y por sobre todos los sentimientos del ser humano, el amor por la camiseta puede llegar a ser el más inexplicable y hermoso de todos ellos.

El sentido de pertenencia que cada uno de nosotros tiene por Horneros es algo difícil de explicar. Quizás está fundado en la proximidad de nuestras casas cuando éramos chicos y jugábamos en las calles hornereanas. Creo que al ser tan poquitos y conocernos todos, eso genera una solidaridad desde temprana edad, algo que a la larga resulta invalorable, que otros equipos no tienen, eso de dejar todo por tu compañero de al lado, por el mismo que venís dejando todo desde que pisaste el country por primera vez, que te pone contento con sus alegrías y te bajonea si está mal por algún motivo.

Quizás sea eso lo que genera que, siendo un country tan chiquito y a veces tan limitado, hayamos llegado a la categoría más alta de la Asociación, cosa que nos llena de orgullo y que queremos mantener por un buen tiempo. Que genera también que a veces tengamos que ponernos a llamar a los que no fueron siquiera a entrenar en todo el año, pero quedaron en la lista de buena fe, solamente porque no había nadie más para anotar, y a quienes recurrimos en casos extremos, pero que si logramos convencer de que vengan a jugar, sabemos que van a esforzarse como si hubieran hecho la pretemporada entera como cualquiera de nosotros.

Tenemos mucha historia, tanto futbolística como de otras vivencias, en nuestro querido Horneros. Pasaron muchos técnicos, algunos mejores, otros peores, pero todos supieron entender el sentimiento que nosotros teníamos por el equipo. Pasaron también muchos jugadores, algunos siguen jugando desde los comienzos de nuestra aventura en la Asociación; otros no pudieron o no quisieron seguir, pero creo que todos tenemos un punto de coincidencia en que nuestro paso por el equipo no fue efímero, y que cada uno a su manera dejó su pequeña marca indeleble para ser recordado.

Basta alguna jugada, algún gol, alguna patada o alguna trompada…, no hacen falta aclaraciones porque, como les digo, todos sabemos de quién hablamos sin tener que explicar demasiado. Esos códigos, que solamente alguno de nosotros puede entender, son parte nuestra. Es por eso que también conocemos cada rincón del Reducto, por dónde conviene jugar si llueve, para dónde patearla si estamos ganando y hay que hacer tiempo, cómo recuperar las pelotas del río o de la quinta del otro lado. Estas cosas no son menores, no cualquiera las entiende, y eso también es una parte importante de aquello que nos define como un grupo de gente que apunta para el mismo lado y se fija los mismos objetivos.

Finalmente, no tengo más que agradecer a la vida por haberme dado la oportunidad de conocer este glorioso country y a toda la gente que lo integra, a quien tanto quiero y a quien deseo de corazón lo mejor, en el fútbol como en todo lo demás, porque de alguna forma también influirán en mi propia vida y, espero, me harán más feliz todavía día a día.

13/5/08

A la cuenta de tres

El objetivo estaba claro: sumar de a tres en el Reducto y obtener la primera victoria en el campeonato. Los Horneros llegaba con el ánimo repuesto luego de un digno empate ante Armenia y quería hacer pesar la localía ante el duro San Diego. Día perfecto, cancha 10 puntos. A pesar de alguna que otra baja –como la del increíble ataque de columna de Lean Korn- todo parecía ideal para una buena jornada futbolera.

Hubo previa en la Casona: pizarrón, papeles tácticos, pequeños Loncharich con casacas verdes soñando con ser como el padre (¿o como el tío?). En fin, la familia hornereana estaba reunida como cada domingo y eso ya era importante. Hasta hizo su aparición el gran Bebilacua, siempre una reserva moral del universo rojinegro.

Aunque la premisa pasaba por entrar con una fuerte actitud desde el minuto cero, Horneros cayó presa de sus defectos de siempre y cedió la iniciativa en el comienzo. San Diego tomó las riendas del partido y, gracias al buen pie de algunos de sus jugadores, empezó a inclinar la balanza. Por eso, no extrañó que llegara el 1-0 luego de cierta desatención defensiva que permitió que el histórico Ricky la empujara a la red.

A remar otra vez. El equipo de Ingeniero Maschwitz debía ir a buscar el partido desde abajo, pero pronto se encontró con una inesperada ayuda: un rival reaccionó contra el recio Franky Augeri y se fue expulsado. Con uno más, la cosa parecía bien posible para los rojinegros, que empezaron a generar algo de peligro.

Pudo ser del Melli Lombraña, pero lo taparon justo cuando estaba frente al arquero, y también lo tuvo el Doc Loncharich, pero el arquero adivinó su intención en el mano a mano y se quedó con el empate en sus manos. A pesar de la desventaja numérica, San Diego seguía inquietando y casi marcó el segundo a través de un cabezazo -otra vez de su centrodelantero- que contuvo mágicamente el juvenil Agesta.

En el segundo tiempo, Horneros salió con la convicción que podía repetir lo hecho frente a Armenia. Kaminker entró bien en el mediocampo y Tomi Melamed estuvo cerca de conseguir el empate con un remate cruzado que contuvo el arquero. Pero el local carecía de ideas y, aunque tenía uno menos, por momentos San Diego se daba el lujo de manejar el balón.

Y llegó una jugada desafortunada. Un cabezazo rival que parecía iba a terminar en las manos de Agesta fue desviada en el camino por el gran Jona Leder (filósofo de la garra) y terminó en el fondo del arco. Era el 2-0 para el visitante y un duro golpe para Horneros, que todavía tenía más de veinte minutos para intentar la remontada.

Hubo alguna situación más, como cuando Bubu Melamed quedó frente al arquero y remató cruzado y afuera, o aquella en la que Calenta Conti no pudo rematar cómodo al borde del área chica. Pero Horneros estaba sumido en la impotencia y San Diego generaba peligro en cada contra. Así llegaría el tercero, cuando luego de una gran jugada del “5” rival, nuevamente el gigante Ricky definió ante Agesta.

Fue el golpe final. A la cuenta de tres, Horneros quedó tirado en la lona y el William Bu de negro hizo sonar el silbato para dar por terminado el encuentro. Los rojinegros habían sido superados y ahora sólo quedaba mirar para adelante, cuando un nuevo domingo ofrezca una nueva oportunidad de demostrar que este equipo quiere (y puede).

Resumen del partido:

Resultado: Los Horneros 0 – San Diego 3

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Jonathan Leder, Marcos Peluffo; Francisco Augeri, Diego Peluffo, Zequi Rambla; Bubu Melamed; Diego Lombraña y Emiliano Loncharich.

Cambios: Adrián Kaminker por Zequi Rambla; Fernando Lía por Marcos Peluffo; Pablo Conti por Emiliano Loncharich; Diego Conti por Diego Lombraña; Mariano Tewel por Tomás Melamed.

La figura: Tomás Melamed.

Aunque –como el resto del equipo- no pudo contener la ofensiva de San Diego, el lateral-volante de Horneros volvió a mostrar un gran sacrificio por su banda. Además, en el segundo tiempo metió varias buenas diagonales, algunas con gambeta incluida, y hasta pudo haber marcado el gol del empate transitorio.
Fotos: Esteban Bendersky.

8/5/08

Filósofos de la garra

Por Jonathan Leder

Difíciles palabras me proponen pronunciar; mucho tiempo alejado del rectángulo ha secado las lágrimas de mis ojos. Cuesta emocionarse cuando uno siente que parte de su vida se ha terminado, que le han arrancado un pedazo de su historia.

Por suerte, en la vida siempre hay una revancha y una vuelta atrás para corregir esos errores, para marcar una diferencia con el pasado. Gracias al esfuerzo de Nico (el Profe), he decidido volver para tomar de arrebato lo que siempre creí que era nuestro, ese fruto deseado y jugoso que siempre el fútbol muestra atado a un palo y una piola cual burro con su zanahoria.

No me voy a poner en exigente ni triunfalista; el fruto deseado no se gana sin esfuerzo, sufrimiento, emotividad, mucha paciencia y, sobre todo, con unos trabajadores unidos y amotinados. Jauría de perros rabiosos mordiendo al enemigo y lastimándolo donde más le duele y persiguiendo el tesoro sagrado, redondo hermoso, bicolor y lastimado por los malos tratos de esa manga de insensibles que cada domingo tenemos enfrente.

El fútbol es lírico, como decía un amigo de la casa (Salorio), y la pelota es la doncella, una dama fina y recatada buscando su príncipe que la saque de su calvario.

No tienen sentido mis palabras si no culmino mi párrafo diciendo que amo el fútbol, volví y volveré por el fútbol y nada me arrepiento en estos días de pertenecer a un grupo de filósofos de la garra y el aguante como considero a este grupo.

Y termino diciendo tres palabras: FUTBOL, HUEVO Y CORAZÓN.

ALABADO SEA EL GOL !!!!!!!!!!!!!!!!!

5/5/08

Levántate (a la mañana) y anda

Con dos derrotas sobre las espaldas, los muchachos de Horneros llegaban envueltos en una sensación general: había que sumar como sea. Para eso, no sólo había que madrugar y tratar de llegar a las 10 de la mañana a Armenia; fundamentalmente, había que despertarse del letargo y empezar a encontrar el camino en la máxima categoría. Despertarse para poder soñar, aunque suene paradójico.

La cosa empezó bien. A la hora señalada, todos los rojinegros estaban al borde de la cancha del rival. Incluso, hubo varios que no encontraban explicación para un hecho resonante: Gandhi Korn había sido uno de los primeros. Claro, el sponsor volvía con todo en el pecho de las camisetas hornereanas y tenía que dar el ejemplo.

A pesar de los buenos augurios, el primer tiempo no trajo noticias positivas para el otrora Club de los Once. Poco juego, escasa actitud, imposibilidad de dar tres pases seguidos y la lesión de Bubu Melamed, el principal factor creativo del equipo. Armenia tampoco mostraba mucho, pero complicaba con largos pelotazos que llevaron peligro al arco de Agesta.

Hubo un par de ataques del local que no terminaron en la red casi de milagro, pero al final el volante central armenio tomó un rebote en la medialuna y la mandó a guardar contra un palo. Los Horneros estaba 1-0 abajo, pero lo peor era que ni siquiera sabía cómo atajaba el “1” rival, que más que arquero parecía un barrabrava de Racing luciendo orgulloso su camiseta de la Academia.

Claro, los retos de Loncha en el entretiempo no se hicieron esperar. El DT tuvo que levantarle la voz a sus dirigidos y estos parecieron recibir el impacto: los rojinegros salieron con otra convicción. Aunque el fútbol seguía ausente, los de Ingeniero Maschwitz empezaban a generar peligro.

Lo tuvo Franky Augeri, que casi aprovecha un error defensivo para meterla por arriba del arquero y después se lo comió en forma increíble el Escandinavo cuando casi manda a la red una pelota suelta al borde del área chica. Hasta que llegó un tiro libre desde la izquierda: Rueda pateó al palo que custodiaba el barra de Racing, que dio un rebote corto y ahí apareció el ingresado Pablito Conti para establecer la igualdad. El partido estaba 1-1 y ahora te quiero ver.

Horneros no era claro, pero seguía empujando. Zequi hizo rápido un lateral, Rueda acomodó el balón con el pecho y, antes que llegara la marca, sacó un zapatazo que se metió pegado al travesaño. Golazo. Carrera loca del capitán (no acostumbrado a las artes goleadoras), que quedó sepultado bajo una montonera enfervorizada. La victoria parecía posible.

Armenia se vino con todo a buscar el empate y Horneros empezó a flaquear. Tommy Melamed se fue expulsado luego de la enésima patada que pegó y los huecos cada vez eran mayores. Y llegó la igualdad nomás, luego de un centro al segundo palo que agarró mal parada a la defensa rojinegra.

No hubo tiempo para mucho más. Aunque pudo haberlo ganado, Horneros se fue conforme con el 2-2. Se había conseguido mucho más que un punto: la certeza de que con la actitud adecuada, las victorias pronto llegarán.


Resumen del partido:

Resultado: Armenia 2 – Los Horneros 2

Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Adrián Kaminker, Jonathan Leder, Marcos Peluffo; Francisco Augeri, Diego Peluffo, Bubu Melamed; Diego Lombraña; Leandro Korn y Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.

Goles: Pablo Conti y Diego Peluffo.

Cambios: Zequi Rambla por Bubu Melamed (lesión); Mariano Tewel por Marcos Peluffo; Pablo Conti por Diego Lombraña; Diego Conti por Emiliano Loncharich.

La figura: Nuevamente, no hubo un rendimiento descollante, pero cabe destacar algunas buenas intervenciones de Zequi Rambla y Rueda, quien participó en la jugada del primer gol y marcó el segundo.