Dos jugados, dos perdidos. Horneros llegaba a Indio Cúa con urgencias. La tabla lo mostraba bien abajo, sin puntos en su haber, pero todavía había reserva anímica, ese plus que los rojinegros han mostrado a través de su historia. Cada domingo era una nueva oportunidad y eso el que otra vez fue el Club de los Once (más uno en el banco) lo sabía a la perfección. No por nada el Doc se había dejado pinchar y entraba a jugar infiltrado…
El equipo del Profe Loncha salió a la cancha con el objetivo de mantener el cero en su arco hasta el final del primer tiempo. Con actitud, concentración y marca, limitó las posibilidades de los locales y aquella primera premisa se cumplió. Después de 45 minutos, la cosa estaba como al principio.
Apenas un tiro libre a centímetros del área estuvo a punto de doblegar a Agesta, mientras que Horneros inquietó fundamentalmente con centros desde los costados y una buena tarea por derecha de Franky Augeri. El juego aéreo era toda una complicación para el flojo arquero y la defensa de Indio Cuá.
La acción llegaría en el segundo tiempo. El partido seguía siendo parejo y el rojinegro sufría pocos sobresaltos (hasta el peligroso “16” parecía mejor controlado que en la primera etapa). Pero una buena media vuelta desde afuera del área puso al local 1-0 y volvía a situar a los de Loncha frente al desafío de remar desde atrás.
Y Horneros fue. Y encontró un penal dudoso. Y Rueda le pegó a lo Olarticoechea en aquella recordada definición por penales ante Italia. Rastrero y al medio, horrible pero efectivo. Algunos aseguran que fue ahí que se lesionó, pero esa sería otra historia…
El 1-1 ponía algo de justicia en el marcador, aunque el Barba (y no nos estamos refiriendo al “5” rojinegro) tenía deparada una sorpresa, un desafío más para probar el temple de los muchachos de Ingeniero Maschwitz.
Minuto 90. El marcador parece inmodificable. Indio Cúa hace un lateral largo y Rueda salta a cabecear con el mañoso "18" local. El hornereano cae muy mal, con todo el peso sobre su tobillo doblado, siente un "crack" y un intenso dolor: sabe al instante que se lesionó feo. Entre gritos de dolor alcanza a levantar la cabeza y ve cómo la pelota se mete en un ángulo, impulsada vaya a saber uno por qué demonio. Es demasiado, piensa. Y cada vez duele más…
El partido termina 3-1 (hay un gol más de contra con Horneros jugado en ataque). Se trata de uno de esos partidos que no se olvidan fácilmente, los que marcan un hito, esos que serán evocados una y otra vez en charlas futboleras futuras. Algo hizo “crack”, es cierto, pero sólo fue el tobillo de Rueda. Un tobillo se arregla. Con tiempo y cuidados vuelve a ser el de antes y entra otra vez a una cancha. Pero el temple de Horneros, ese sí que no está roto. No, de ninguna manera. Pese a todo, a los repetidos golpes que le asestan, el espíritu del equipo no se quebró y no parece ya que pueda quebrarse. Y esa, sin dudas, es una gran noticia.
Resumen del partido:
Resultado: Indio Cúa 3 – Horneros 1
Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Marcos Peluffo; Francisco Augeri, Diego Peluffo, Adrián Kaminker, Bubu Melamed; Diego Lombraña, Emiliano Loncharich. DT: Nicolás Loncharich.
Cambios: Zequi Rambla por Emiliano Loncharich.
Gol: Rueda (penal), en el segundo tiempo.
La figura: Francisco Augeri. Franky volvió a ser el de varios partidos del año pasado, con un buen ida y vuelta por derecha que complicó a Indio Cúa, fundamentalmente durante el primer tiempo.
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