26/9/08

Bienvenidos a la jungla

Despreciada en el pasado por los otros equipos debido a sus innumerables pozos, irregular césped y escasas dimensiones, la cancha del Club de Campo Los Horneros es en la actualidad una de las mejores de toda la Asociación Intercountry de Fútbol Zona Norte. Sí, el Reducto ya no es ese potrero en el que los rojinegros desde chicos nos acostumbramos a jugar. Su superficie más bien parece un billar que invita al toque por abajo y de primera, a un jogo bonito que a veces se niega en aparecer.

¿Cómo describir la emoción que se siente cuando uno se va acercando hacia el templo sagrado? "Noooo, mirá cómo está la cancha...", se suele escuchar de boca de algún hornereano o quizás tan sólo pensando para sus adentros, incrédulo de la suerte que tiene por desandar domingo por medio aquel rectángulo de verde perfecto cual alfombra. Como si faltara alguna motivación más para entrar a jugar con la camiseta del Club de los Once...

Antes, el mítico Javier Salorio decía que Horneros desarrollaba mejor su fútbol cuando salía a jugar de visitante. Claro, en aquellas épocas estaba Sebastián Sotelo, un avión a chorro que se hacía imparable en terrenos más grandes. Sin embargo, jugar en el Reducto siempre fue una sensación única y, a lo largo de la historia, una mística especial se ha ido creando alrededor de este verdadero templo sagrado.

Este año, los rojinegros acumularon una larga deuda con su hábitat natural, su bendito campo de juego. Sin embargo, el domingo pasado, la racha de partidos sin victorias como local se quebró. El Reducto volvió a ser el Reducto y ese manto verde tan perfecto, de apariencia tan lisa y apacible, se transformó nuevamente en una jungla impenetrable. Bienvenidos...

No hay comentarios: