
“Hoy ganamos”. La frase se escuchaba acá y allá, casi en cada rincón del Club de Campo Los Horneros. Como una extraña energía intuitiva, aquella idea del “Escape a la victoria” propuesta por Café, café Kaminker, parecía ir tomando forma en las mentes de los cracks rojinegros. Las nubes se corrían y daban lugar a un sol radiante y el césped del Reducto brillaba como si fuese el paño verde de una lujosa mesa de juego.
Quizás el único que desentonó fue el DT, que llegó tarde (con aviso), pero cuando el Triunvirato analizaba la aplicación de una dura sanción y el Pelado Miguel se afilaba los dientes dispuesto a demostrar que el verdadero mufa era el Profe Loncha, allí apareció el joven entrenador. El plantel estaba completo, salvo por la ausencia del Doc, todavía en Brasil participando de una clínica de definición con goleadores de la talla de Romario, Bebeto y Ronaldo.
El rojinegro salió con todo a la cancha. Desde el minuto uno, tomó la iniciativa y comenzó a jugar cerca del área de Mapuche, aunque faltaba tranquilidad para meter el pase preciso en tres cuartos de cancha. Tal es así que casi no hubo situaciones de peligro para el local: alguna peinada loca del Escandinavo en el primer palo y una escapada de Franky que picó correctamente desde atrás y el línea invalidó por error. El visitante inquietó gracias a un par de buenos pases en profundidad del siempre molesto “Rubio”, pero no mucho más que eso.
Quizás el único que desentonó fue el DT, que llegó tarde (con aviso), pero cuando el Triunvirato analizaba la aplicación de una dura sanción y el Pelado Miguel se afilaba los dientes dispuesto a demostrar que el verdadero mufa era el Profe Loncha, allí apareció el joven entrenador. El plantel estaba completo, salvo por la ausencia del Doc, todavía en Brasil participando de una clínica de definición con goleadores de la talla de Romario, Bebeto y Ronaldo.
El rojinegro salió con todo a la cancha. Desde el minuto uno, tomó la iniciativa y comenzó a jugar cerca del área de Mapuche, aunque faltaba tranquilidad para meter el pase preciso en tres cuartos de cancha. Tal es así que casi no hubo situaciones de peligro para el local: alguna peinada loca del Escandinavo en el primer palo y una escapada de Franky que picó correctamente desde atrás y el línea invalidó por error. El visitante inquietó gracias a un par de buenos pases en profundidad del siempre molesto “Rubio”, pero no mucho más que eso.

En la primera, Franky ganó la espalda después de un pelotazo cruzado y lo bajaron justo cuando se metía en el área. Penal. El DT de Mapuche juró que era afuera, pero ya no había vuelta atrás. Juancho le pegó como la sangre indica (rastrero y al medio) y estableció el 1-0 para Horneros. Desde afuera, Rueda pensó en pedir la hora, pero todavía faltaban como 25 minutos.

Pelota cruzada de Juancho. El arquero mapuche calcula mal y la pelota le queda al Melli Diego, que la para, la vuelve a parar, la para otra vez y define. Golazo y “chupete loco” en el festejo dedicado al pequeño Federico, el goleador del futuro. El 2-0 daba algo más de tranquilidad, pero todavía seguía faltando mucho. Tranquilidad que llegó cuando, con una defensa totalmente jugada, Bubu encaró solo hacia el arco, gambeteó al “1” visitante y tocó con el arco vació para meter el tercero.
Afuera, la gente se miraba extrañada. Algunos se frotaban los ojos, otros se pellizcaban entre sí, la mayoría pedía guardar algún golcito para la próxima fecha. Ni hablar cuando el Melli amagó al golero de Mapuche, volvió a acomodarla unas tres veces y tocó corto para marcar el cuarto gol. ¡Cuaterna! Un exceso…, una alegría incomparable, cuatro fantásticos tantos, una buena manera de saldar la deuda acumulada con el Reducto.
Faltó quizás el gol de Fefé, pero Horneros ya estaba hecho. Los rojinegros festejaron a lo grande la victoria ante un rival siempre picante, el necesario primer paso hacia lo que todavía puede ser una épica salvación. Del otro lado, el DT increpaba duramente a sus jugadores, incrédulo por una derrota contra el último de la tabla. Quizás se había olvidado de la rica historia del Club de los Once, de esa mística que hace que nunca lo puedan dar por muerto.
Resumen del partido:
Resultado: Horneros 4 – Mapuche 0
Formación inicial: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Fernando Lombraña, Juan Peluffo, Marcos Peluffo; Federico Pérez Acquisto, Adrián Kaminker, Francisco Augeri, Bubu Melamed; Diego Lombraña, Tomás Sirvarjer. DT: Nicolás Loncharich.
Goles, en el segundo tiempo: Juan Peluffo (penal), Diego Lombraña (2) y Bubu Melamed.
Cambios: Fernando Lía por Federico Pérez Acquisto y Zequi Rambla por Tomás Sirvarjer.
La figura: Diego Lombraña. El dato lo puede todo: el Melli Gordo gritó dos veces. Verdaderas obras maestras del cine de suspenso, el Pepe Sand hornereano le dio una gran alegría al pueblo rojinegro. No caben dudas: Fede llegó con goles bajó el brazo…
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