13/11/17

Horneros en su laberinto

Cuando uno ve que Peter Crouch se pone una muñequera de tenis en el tobillo, se da cuenta al toque que la mano viene torcida. Cuando uno ve que Rocha pierde el sorteo (parece que el árbitro no servía ni para lanzar bien la moneda) y que Horneros arranca jugando de espaldas al arco que da al arroyo después de 58 partidos, no tarda en pensar que algo extraño está por suceder. Cuando uno ve que hay cambio de camiseta y después no y de vuelta sí, pero al final no, enseguida advierte un aire enrarecido. Cuando uno ve a Pancho Oneto al costado de la línea de cal, se pone feliz. Y después nuevamente se pregunta si algo raro puede llegar a suceder aquella tarde calurosa en el Reducto.

El rival de turno es San Diego, equipo que lucha por no descender. Es una final y los Pájaros Asesinos lo saben. Cada vez queda menos para el final del torneo y el margen de error se reduce. Hay hambre de victoria (eso siempre es bueno), pero también ansiedad de victoria (a veces, eso no es tan bueno). En los primeros minutos, el equipo de la dupla MJ canaliza bien la adrenalina, toma las riendas del partido y comienza a llevar peligro al arco visitante, pero luego todo empieza a diluirse, a enrarecerse...

Los pibitos de San Diego que prenden la radio y no paran de hablar; Horneros que hace mal un lateral y Ari pega un patadón que lo hace acreedor de su quinta amarilla; los pibitos de San Diego que prenden el simulador y no paran de tirarse; Horneros que se engancha en la gilada y pierde el foco y erra pases y deja de jugar; los pibitos de San Diego que se agrandan; los Pájaros Asesinos se ponen cada vez más fastidiosos... Pocas situaciones, poco fútbol. El partido se juega más en la cabeza que en la cancha y así se va el primer tiempo.

Metido en un laberinto y con 45 minutos para encontrar la salida; así está Horneros en esta extraña tarde en el Reducto. ¿Lo metió el rival? ¿Se metió solo? Quizás San Diego haya colaborado, pero los Pájaros Asesinos parecen haberse metido allí por propia cuenta. Es su laberinto y, aunque aquellos pasillos le resulten familiares, no resultará fácil resolver el enigma y encontrar el camino a la victoria. Los laberintos propios suelen ser los más complejos: conocemos las paredes, los callejones muertos, cada uno de los giros... Creemos conocer la salida y nos confiamos, nos olvidamos que nuestro laberinto siempre está mutando, cambiando a cada minuto que pasa.

Todo parece seguir igual en el segundo tiempo: Horneros nervioso, San Diego en su salsa. Las interrupciones se repiten una y otra vez, se juega poco y nada, y el reloj pesa cada vez más sobre el equipo de la dupla MJ. Los visitantes juegan a sacar de quicio a los locales y hasta el árbitro, impresentable, parece disfrutarlo... Con el ingreso de Peter Crouch, Horneros busca ganar potencia ofensiva. Con juego o sin juego, hay que buscar el triunfo como sea; si no es con toque y asociaciones, que sea con bochazo largo y cabezazo. Pero nada parece funcionar...

El árbitro adiciona 6 minutos y Horneros ensaya la última arremetida. Casi hay victoria agónica cuando Joaco cabecea y un defensor la saca sobre la línea. Casi hay victoria agónica, pero Peter Crouch no puede aprovechar un peligroso tiro libre a centímetros del área... Casi hay victoria agónica, pero no... Hay empate. Hay un doloroso 0-0, una inesperada igualdad para los Pájaros Asesinos, que se quedan masticando bronca e impotencia.

A la noche, como siempre, Pusineri elabora su servilleta mágica. No hay tiempo para lamentos. El ascenso sigue ahí, al alcance de la mano, depende enteramente de los Pájaros Asesinos y Hambrientos de Gloria. Hay que cambiar el chip y pensar en lo que viene. El domingo (¿o el lunes?) hay una finalísima del mundo mundial, toda una semana para enfocarse en el duelo crucial contra Cuba. Un nuevo desafío, una oportunidad de volver a demostrar la fuerza de este grupo, la voluntad inquebrantable de siempre ir por más. Es ahora. Es tiempo de hacer historia, tiempo de héroes y epopeyas. Ya lo decía Leopoldo Marechal: “De los laberintos, se sale por arriba”.

Hay que seguir, hay que seguir.

Resumen del partido:


Los Horneros “F” 0 – San Diego 0

Formación inicial: Rocha; Joaco Miranda, Juancho, Ari, Germi; Rueda, Bubu; Pedro, Alexis, Tomi Mela; Ostra Dychter.

Goles: No hubo.

Cambios, todos en el ST: Lean por Tomi Mela; Fede Pascual por Alexis; Facu por Ostra.

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