27/4/09

La Pasión de Horneros

Segunda fecha. Por esas cosas que tiene Horneros, contra Miraflores los rojinegros eran locales en…, Miraflores. Pero la derrota del primer partido no pesaba tanto y el Club de los Once presentaba un plantel con la enorme cantidad de 14 jugadores. Para tirar manteca al techo, casi. Además, un hito trascendental sacudía la tarde: Juan Chino Santarcangelo volvía a jugar un partido oficial con la camiseta de sus amores luego de una larga ausencia.

Para el choque con Miraflores, Salorio movía las piezas. El Colo Korn debutaba oficialmente en Selección bajo los tres palos (emulando al recordado Van der Sar), Juancho iba de 4 y Bebi de 6, el Escandinavo y el Chino formaban el “doble 5” en el medio con Loncha y Rueda por los costados, Tomi Melamed se disfrazaba de enganche y arriba se confiaba en la “potencia” y la fe religiosa de Matías Jesucristo De Tullio.

Así salió Horneros a la cancha y en los primeros minutos las cosas le salieron bastante bien. Con presión sobre los jugadores rivales y salida rápida por la derecha, el equipo de Salorio se las ingeniaba para inquietar a Miraflores. Las jugadas más claras llegaron por medio de la pelota parada o con remates desde afuera. El Chino Santarcangelo había tomado su dosis diaria de pastillas “Tiro libre” e hizo estremecer el travesaño en un par de ocasiones.

Sin embargo, eso sería casi todo lo que harían los rojinegros en la etapa inicial. Miraflores empezó a dominar las acciones y comenzó el suplicio… Como si hubieran cometido algún pecado capital, los hornereanos fueron sometidos a ruinosos minutos en los que todo fue batallar por la supervivencia. Y vaya si batallaron los rojinegros… La defensa respondía casi cada vez que se requerían sus servicios y también emergió la figura del Colo, un arquero con una táctica muy especial, una suerte de equilibrista de la línea de valla dotado de enormes reflejos. Así, con un par de tapadas milagrosas del juvenil golero, el primer tiempo finalizó en cero.

Pero antes, Horneros sufriría una dolorosa baja: el carrilero Loncha sintió un fuerte tirón y cayó desplomado. Intuyendo lo peor, se lo pudo ver dándole palmadas furiosas al césped, casi al borde de las lágrimas. José Pérez, el eterno Raulo Cascini, ingresó en su reemplazo.

En el segundo tiempo, “La Pasión de Horneros” adquiriría capítulos aún más dramáticos. Cada ataque rival era un latigazo sobre el lomo descarnado de los rojinegros, que aguantaban los embates como si la sangre que brotaba fuera su savia, el alimento que los mantenía con vida. El Cirujano del Gol, para nada impresionable a estos derramamientos, tuvo una buena chance y estuvo por abrir el marcador. Pero la “injusticia no tan injusta” llegó cuando Tomi bajó una pelota cruzada y remató ídem al fondo de la red. Golazo.

Claro, si antes Miraflores atacaba con el cuchillo entre los dientes, luego comenzó a hacerlo directamente con instinto asesino. Los muchachos de Salorio aguantaron todo lo que pudieron, pero llegó el empate y los minutos finales volvieron a tener un tinte dramático. Pero el resultado no se modificaría. Los rojinegros, guerreros-poetas (a decir verdad, más guerreros que poetas), se llevaban un punto importante para empezar a crecer.


Resumen del partido:

Resultado: Horneros 1 – Miraflores 1

Formación inicial: Colo Korn; Juan Peluffo, Fernando Lombraña, Esteban Bendersky, Marcos Peluffo; Nicolás Loncharich, Adrián Kaminker, Juan Santarcangelo, Diego Peluffo; Tomás Melamed; Matías De Tullio. DT: Javier Salorio.

Gol, en el segundo tiempo: Tomás Melamed.

Cambios: José Pérez Acquisto por Nicolás Loncharich; Emiliano Loncharich por Matías De Tullio; Bubu Melamed por Tomás Melamed.

La figura: Fernando Lombraña.

Amo y señor de la defensa, el Negro Lombraña salvó las papas una y otra vez. Con Juancho corrido al lateral derecho, se hizo dueño del fondo y cumplió una muy buena actuación. Todavía habla de más, algo que puede mejorar.

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