Aunque al principio hay algunas dudas sobre la realización del partido, el árbitro da señales de querer jugar. En el vestuario, la charla se centra en el estado de la cancha y el calvo DT deja una clara muestra de su filosofía futbolística: "Cualquier cosa, la tiramos por arriba del alambrado". El componente joven de la dupla técnica pone enfásis en la entrega y, al mejor estilo Néstor Retamar, conmueve con sus palabras a los once hornereanos.
En los primeros minutos, Horneros parece haber entendido bien el mensaje. Los pelotazos para los delanteros complican a la defensa de Banco, que no puede salir del asedio y prácticamente no cruza la mitad de la cancha. Leandro Crouch Korn las gana todas de arriba y el Doc Loncharich demuestra su sabiduría para acomodar el cuerpo y proteger la pelota.
El equipo de Maschwitz gana seguido en los centros y falta poco para acertar algún cabezazo goleador. Encima, Adrián Escandinavo Kaminker entra al área por la derecha, lo tocan abajo y -aunque no se tira- el árbitro cobra penal. Horneros tiene su chance. Luego de una breve charla entre el Mellizo y Rueda, es éste último el que ubica la pelota al lado de un charco. El remate del capitán no es del todo esquinado y el arquero logra sacarla al córner. El barbado no lo puede creer y se lamenta por una acción que podría haber sido decisiva. Burro.
Algunos minutos después, el Doc hace una buena jugada y lo deja solo al Escandinavo. El remate cruzado del colorado más famoso de la Liga parece tener destino de red ("Golazo!", grita el Carnicero González), pero la pelota se va besando el poste derecho. A partir de ahí, Banco toma las riendas de las acciones y crea un par de jugadas de riesgo, una que da en el palo y otra que neutraliza rápido de piernas el juvenil Agesta.
En el segundo tiempo, Horneros demuestra que está muy concentrado y tiene el arco entre ceja y ceja. Crouch Korn quiere sorprender al arquero en el saque desde el círculo central. El tiro sale corto y algo desviado, pero lo peor es que... el árbitro no había dado la orden. Un blooper del largo número nueve, que en su segunda oportunidad prefiere tocar corto con el Doc.
El juego no tiene un dominador claro. Pelotazo va, pelotazo viene. El estado de la cancha no ayuda y casi no hay situaciones de peligro. Sobre el final, ya en tiempo de descuento, el equipo de Maschwitz pudo haberlo ganado con un córner desde la derecha. La pelota queda boyando en el área y pega en la mano de un rival, pero el hombre de negro prefiere mirar para otro lado y el partido se va en cero.
En el vestuario hornereano, predominan las caras largas. El Pelado Miguel felicita por la actitud, pero Loncha no parece tan conforme. Argumenta que faltó decisión para ir a ganar el partido y también arremete por el confuso episodio del penal en el primer tiempo. No hay pizza antes de la vuelta, tampoco quorum para una picada en la taberna de Miguel. Los jugadores se van cabizbajos por un empate con sabor a poco.
Resumen del partido:
Formación: Rodrigo Agesta; Tomás Melamed, Juan Manuel González, Juan Peluffo, Mariano Tewel; Adrián Kaminker, Diego Peluffo, Francisco Augeri; Diego Lombraña; Leandro Korn, Emiliano Loncharich. DT: Héctor Miguel - Nicolás Loncharich.
Incidencias: En el PT, a Rueda Peluffo le contuvieron un penal.
Las figuras: Emiliano Loncharich y Mariano Tewel.


Premio Carlitos Rodríguez: Vacante. La cancha no ayudó y no hubo lugar para jugadas de fantasía. Todo fue tirar pelotazos para los de arriba.
Premio Patadita Borinsky: Escandinavo Kaminker.

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