Domingo 17 de septiembre de 2017, tres y media de la tarde. En Ingeniero Maui, una pujante localidad de la provincia de Buenos Aires, once pájaros asesinos aguardan sobre el verde césped del Reducto para el comienzo de su ritual sagrado: la caza de Los Castores, esquivos roedores semiacuáticos que habitan en Nordelta. A lo largo de los próximos 90 minutos, el equipo de la dupla MJ buscará acorralar a estos animales de enormes dientes y peligrosas mañas, toda una amenaza. Son más de once; son quince, dieciséis guerreros albinegros dispuestos a morder en todos los sectores de la cancha, a no dejar espacios para que castor alguno se filtre rumbo a la valla de Rocha, el mítico mánager-capitán-arquero-tesorero. El trabajo en equipo es fundamental; si alguna pieza se moviera en forma aislada, la ansiada victoria podría peligrar. La sangre hierve, las pulsaciones aumentan. El árbitro está a punto de dar el silbatazo inicial y en la cabeza de los once, de los quince e incluso de algunos que no están allí, hay una sola idea fija: ganar.
Desde el comienzo del partido, Horneros Fusión impone condiciones y deja en claro que dará todo por conseguir su tercera victoria en fila. Al minuto de juego, tras un preciso bochazo cruzado, Alexis Gambeta la baja de cabeza y Julián “El Implacable” esta vez no lo es tanto por culpa del travesaño, que le niega aquel gol tempranero. Firmes en la marca y con algunas buenas combinaciones en ataque, los “Pájaros Asesinos” no detienen su marcha y continúan generado situaciones frente al arco contrario, aunque con escasa puntería. Sin Franky “Pusineri” Augeri para tirar sus “centros de la muerte”, Morfet se dedica a lanzar “centros de la vida”; sin Peter Lanzani para desequilibrar en el uno a uno, Tomi “Román” Melamed se pone el traje de enganche y reparte pases con maestría. Finalmente, tras un nuevo centro cruzado, “El Implacable” sufre una dura falta en el área y el árbitro, sin dudar, sanciona el penal. Rocha sondea la situación, pero Julián parece decidido y así lo demuestra al ejecutar la pena máxima: 1-0 para el local.
Tras el gol, el rendimiento del equipo de la dupla MJ sufre una leve merma. Abundan los pelotazos largos y el espigado número “2” rechaza una y otra vez, manteniendo el balón lejos de su “castorera”. El visitante se anima e incluso se vuelca al ataque, apoyándose en la habilidad de algunos de sus ejemplares más escurridizos y en una fórmula bastante simple: bochazo largo al número “9”, hábil para aguantarla y girar. Es nada menos que “Martillo” Lerner quien debe bailar con el castor más feo, configurando un verdadero duelo de titanes. Y llega el primer aviso: un remate alto, cruzado y con mucho efecto que Rocha resuelve magistralmente con mano cambiada, arañando el esférico y mandándolo al córner. Y llega el empate: tras un par de rebotes y otros tantos jueguitos en el área, el “9” visitante saca un disparo certero que se mete justo contra el palo de un Agesta que nada puede hacer más que mirar. El gol le aplica un duro golpe a Horneros Fusión y el 1-1 no se mueve hasta el final de la etapa inicial.
Los “Pájaros Asesinos” salen renovados en el segundo tiempo, decididos a lograr una nueva ventaja para llevarse la victoria que los mantenga en lo más alto del torneo. Hay mucho ímpetu en el equipo de Ingeniero Maui, pero por momentos falta claridad. Desesperados por conseguir el triunfo, la ansiedad comienza a jugarle una mala pasada a los locales, sensación que se acrecienta cuando Los Castores se quedan con diez por la expulsión de uno de sus centrales tras una mano alevosa. Con superioridad numérica, Horneros Fusión siente que los tres puntos no se pueden escapar, pero al equipo de la dupla MJ le cuesta encontrar los caminos al gol. Mientras tanto, hasta los que están afuera colaboran en lo que pueden: Peter Crouch le ofrece Gatorei y agua a todo el que le pasa cerca, y el Samurai Dychter le pone protector solar al tatuaje de Colocha. Maternales, los muchachos no descuidan detalle alguno.
Los técnicos meten mano, buscando tener más “punch” arriba: Crouch ingresa por Tomi "Román" Melamed y, minutos más tarde, Pancho Yannone reemplaza a Bubu Fabregas, algo tocado en su tobillo mágico. Los cambios surten efecto. Tras un buen centro pasado del joven Pancho, el Zlatan hornereano hace de las suyas en la altura y le baja al balón a Julián, que nuevamente resulta implacable: doblete personal y 2-1 para los locales.
El conjunto visitante se desmorona. La “castorera” se desarma, arrastrada por ese río turbulento formado por once guerreros albinegros sedientos de gloria. Llega una nueva expulsión por una tremenda patada de atrás del castor número “9” contra el ingresado Dagoberto (otrora Monas, “El Grande”) y también cae otro gol de los “Pájaros Asesinos”, a manos de una dupla ofensiva letal: tras un rechazo-asistencia de Dagoberto, Julián devuelve gentilezas y asiste a Peter Crouch, que empuja el balón a la red en total soledad y decreta el 3-1.
El partido está liquidado, pero aún hay tiempo para más: el Samurai Dychter reemplaza a Julián, el Zlatan hornereano se trenza en las alturas con el espigado número “2” y la locura castora culmina con dos nuevas expulsiones. El árbitro decide terminar el partido antes de tiempo, temeroso de su bienestar psico-físico, y Horneros Fusión repite lo de las dos primeras fechas: abrazos y más abrazos por otros tres puntos adentro y la punta en soledad. Hay que seguir, hay que seguir...
Resumen del partido:
Horneros “F” 3 – Los Castores 1
Formación inicial: Rocha; Fede Pascual, Juancho, Ari, Joaco Miranda; Bubu, Rueda, Colocha, Alexis; Tomi Mela; Julián.
Goles: Julián (1-0), Julián (2-0) y Lean Korn (3-1).
Cambios, todos en el ST: Lean por Tomi Mela; Pancho por Bubu; Tati por Colocha; Samurai Dychter por Julián.
Resumen del partido:
Horneros “F” 3 – Los Castores 1
Formación inicial: Rocha; Fede Pascual, Juancho, Ari, Joaco Miranda; Bubu, Rueda, Colocha, Alexis; Tomi Mela; Julián.
Goles: Julián (1-0), Julián (2-0) y Lean Korn (3-1).
Cambios, todos en el ST: Lean por Tomi Mela; Pancho por Bubu; Tati por Colocha; Samurai Dychter por Julián.
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